El deterioro de la Iglesia de San Blas en Valencia ni Dios lo puede esconder

La Iglesia de San Blas lleva casi 140 años en pie y la última vez que fue pintada en su totalidad fue hace aproximadamente 20 años, de acuerdo con la comunidad.

Valencia. La Iglesia de San Blas en Valencia es una de los tres templos erigidos en la calle Colombia. La misma que alguna vez fue la más importante de toda la ciudad. A diferencia de la Catedral y de la Iglesia de San Francisco, a la Iglesia de San Blas se le nota el tiempo.

En los últimos 10 años estos dos templos han sido recuperados por distintas razones. Una de ellas, fue la celebración de la Virgen del Socorro, otra, la restauración de la Catedral y, finalmente porque la Iglesia de San Francisco se convirtió en el santuario de la reliquia del beato José Gregorio Hernández. Por ende, las autoridades regionales y municipales invirtieron ese dinero en ambos edificios.

Fotografía: Armando Díaz.

Eduardo Pereira es el párroco de la Iglesia de San Blas y en múltiples oportunidade ha intentado que el gobierno brinde un auxilio económico para devolverle el encanto y la estabilidad al templo de la parroquia histórica. Aunque es un padre bastante joven, solo 34 años de edad, ocho ha estado dedicado al servicio ministerial. En la Iglesia de San Blas solo lleva 1 año y medio y ha transformado esta crisis en una problema prioritario a resolver.

Seguimos celebrando todos los días en nuestra parroquia, pero los 139 años de historia de nuestro templo hacen que ya esté bastante deteriorado, pero lamentablemente es la única de las tres iglesias a la que no se le ha dado ningún tipo de ayuda”.

El padre Pereira ha acudido a la autogestión como única vía para llegar a una solución, quizás no definitiva, pero sí útil, como es el caso de algunos salones y de la casa parroquial. Pero quedan pendientes lo que él llama “necesidades puntuales”. Lo cual se traduce en las múltiples filtraciones tanto en paredes, columnas y techos. Asimismo, los equipos de sonido de la Iglesia se encuentran dañados.

Fotografía: Armando Díaz.

Para Pereira es muy distinto llegar a una iglesia en la que uno se pueda sentir realmente cómodo a que todo el deterioro pareciese caerle encima al que viene a buscar una verdadera conexión con Dios.

Dos décadas de olvido

De acuerdo con información de la comunidad fue hace 20 años cuando se pintó por última vez la Iglesia en su totalidad. “Lo demás han sido pequeños retoques, pero en línea general la pintura está escarapelándose y toca reparar nuevamente otras zonas, que si bien no tiene filtraciones igual necesitan ayuda”.

Sin embargo, la autogestión por sí sola necesita evidentemente de dinero y también de equipos de trabajo. Sin los andamios es imposible llegar hasta las zonas más altas.

Fotografía: Armando Díaz.

La pérdida de personal dentro de la Casa Parroquial ha repercutido no solo en su mantenimiento, sino también en el uso de los espacios, a menor cantidad de gente, menos espacios utilizados, por lo tanto muchos salones cerrados al reabrirse muestran el abandono y el efecto del tiempo. Sin embargo, algunos han podido ser recuperados debido a su tamaño. “Hemos hecho algunas rifas para poder costearlo”.

Rifas para la iglesia

Desde que llegó se han hecho dos rifas y en la primera se recaudaron 700 dólares con los cuales repararon algunas filtraciones, usaron pintura y restauraron parte del sistema eléctrico. y con la segunda rifa casi llegan a los $900, pero sigue sin ser suficiente para el presupuesto deseado. “Una vez lo tengamos podemos proceder”.

Fotografía: Armando Díaz.

Para este párroco no hay duda alguna sobre cuál es la zona más vulnerable de todo el templo.

“El techo central, o sea en donde estamos sentados ahorita y en donde la gente se sienta a escuchar la misa al punto que cuando hay lluvia los fieles deben cambiarse de bancos porque el agua cae directamente”.

La zona en la que se encuentra el Santo Sepulcro es otra que muestra la gravedad del deterioro, el techo está mohoso debido al agua y las figuras tuvieron que ser removidas.

No olvidemos que nuestras figuras religiosas son de talla española. Es decir, son muy caras y de larga data histórica. Tenemos que resguardarlas. Inclusive una en otra zona se dañó y estamos en el proceso de restaurado”.

Pero, el Santo Sepulcro sigue en su lugar, protegido por una capa de vidrio en la que reposan los pedazos de pintura y fríos viejos que caen del techo.

Fotografía: Armando Díaz.

El padre Pereira puntualiza que es importante reparar estos daños. “Perder alguna imágen no es solo un daño a la Iglesia o a los fieles. Es un daño a nuestra historia estas figuras son muy costosas y las que trabajaban en hacerlas ya no existen”.

La Gobernación y la Alcaldía de Valencia siguen sin dar respuesta a las solicitudes. Pereira reconoce que las causas históricas priorizaron a la catedral y a la Iglesia de San Francisco. “La Iglesia de San Blas no es tan céntrica. Esto es más de nosotros, de San Blas y no somos tan visibles. Hay que recordar que es un patrimonio del estado Carabobo y de nuestra Arquidiócesis”.

Durante la semana entre 50 y 80 personas acuden a misa y los fines de semana 600 entre los distintos horarios. “Pudieran ser más, si la iglesia estuviese ne mejores condiciones”. Sentencia el padre Pereira.

Fotografía: Armando Díaz.


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