Los gustos y forma de preparación varían aunque el arrebato de más de un comensal cede al exquisito sabor de cada uno.

Barinas. Al igual que otras regiones del país, el estado Barinas tiene sus particularidades en lo que a gastronomía se refiere, entre ellas el popular picadillo llanero y el sabroso chigüire.

El picadillo, ese caldo espeso y con mucha proteína que suele comerse cualquier día del año, forma parte de los platos que se acostumbran a degustar en esta parte del país. Su preparación sigue una serie de pasos para lograr dar ese toque especial de sabor, tal como lo expone Marinela Araque, especialista en Turismo Sustentable y Patrimonio Cultural nacida en Barinas.

Araque conoce dos formas de prepararlo. Una de ellas es con carne seca, la cual es colgada en unas cuerdas al aire libre luego de agregarle sal. Después se pone a remojar hasta que salga toda la sal y se hierve. Una vez que ablanda, se pica el topocho o plátano verde y la yuca. Todo esos ingredientes se ponen a sancochar y se les agrega ají dulce, onoto, cilantro y comino.

La segunda forma es saltarse el proceso de colgar la carne y ponerla a hervir. Entonces se retira toda la espuma y, a continuación, se repiten las instrucciones aplicadas a la carne seca. También están aquellos que prefieren la carne fresca o ahumada, deshidratada, a la que se le agrega sal. Esta se corta en trozos pequeños por cuadritos y se le añaden los aliños, previamente guisados, para sofreírlos junto con la carne. Por último, se suman los contornos que pueden ser arroz, plátano verde o maduro y ensalada.

Varios puntos coinciden con el de Marisela Febres de Cartay, ex primera dama del estado Barinas y especialista en la preparación de este platillo típico, quien suele prepararlo con carne seca.

Pero la preparación varía, algunos le agregan los aliños de último, cocinan la carne y luego se los adiciona. Otra gente acostumbra rallar el topocho o plátano verde para que el caldo espese, o le colocan un puntico de comino”, explicó.

Chigüire desmenuzado o licuado

Durante los días de asueto o unas semanas previas, los barineses comienzan a preparar la carne de chigüire, cuya demanda se incrementa en Semana Santa. Muchos acostumbran comerlo incluso antes o después de estos días santos por lo exquisito de su sabor.

No obstante, su preparación exige el remojo de la carne para aminorar el salado natural y que al prepararlo resulte agradable al gusto. La carne se pone a hervir mientras, de manera simultánea, en otro caldero se sofríen los aliños, con cebolla o ají dulce, por ejemplo, los cuales deben cortarse en pequeñísimos trozos. Después de retirar la carne del agua y desmecharla, se agregan los aliños para concentrar el sabor y se deja todo a fuego lento por una hora. Cumplido el plazo, ¡directo al paladar!

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