El pescado dejó de ser un plato exclusivo de la Semana Santa en Maracaibo

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El pescado en Maracaibo se vende desde un dólar el kilo hasta cuatro dólares, su bajo costo casi ha logrado desaparecer de la mesa del zuliano la carne roja. Comer pescado en occidente dejó de ser exclusivo de la Semana Santa.

Maracaibo. La sagrada costumbre de abstenerse de carne roja en Semana Santa se hace cuesta arriba, sobre todo en un país con un nivel de hiperinflación como lo es Venezuela y la capital del estado Zulia no es la excepción porque resolver el día a día se antepone hasta a los actos de fe.

Otrora, para esta fecha, los marabinos ya estaban preparándose, algunos planeaban sus viajes para aprovechar la semana mayor y descansar; otros, más religiosos, abarrotaban las pescaderías y las ventas de inciensos y sahumerios para celebrar la fecha católica. Ahora el escenario es otro.

Giovanny Fuenmayor de 52 años, es vendedor de pescado desde hace más de 30 años en Maracaibo, dice que el pescado dejó de ser una proteína de ocasión para servirse en la comida diaria de los zulianos, debido al alto costo de la carne.

La gente está comprando más pescado que en años anteriores y no es algo que tenga que ver con la Semana Santa, es porque es la proteína más barata que hay ahorita”, contó.

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A pesar del bajo precio del pescado en Maracaibo, Giovanny asegura que la gente sigue haciendo sacrificios para poner proteína en su mesa/Foto: Mariela Nava

Los precios de la carne roja en Maracaibo van desde los cinco hasta los ocho dólares, mientras que en las ventas de pescado del oeste y centro de Maracaibo, se consigue el kilo de pescado desde un dólar hasta cuatro.

La gente se lleva el más barato, porque muchos no tienen para comprar un kilo de pescado en cuatro dólares, compran el de dólar que es la carpeta, lisa, ronco, pescados pequeños”, dijo el vendedor.

Esta semana Giovanny viajó a Los Puertos de Altagracia, en la Costa Oriental del Lago, para traer 1000 kilos de pescado, la mitad la dejó en los puestos del Malecón, los otros 500 kilos los vendió en tres días en el sector Cuatricentenario, en el que hace ocho años para su cava en la acera de la avenida.

“Ahora el que viene a comprar pescado no solo es el pobre, personas de todos los estratos vienen a buscar lo más barato porque la mala situación es pareja”, sentenció.

“En casa ya no comemos carne”

Mientras Giovanny agitaba un palo de escoba con tiras de bolsa plástica en la punta, para espantar las moscas que buscaban pararse en su mercancía, María Molero aprovechó que era hora de retirar a sus hijos de la escuela y paró a comprar pescado como lo hace una vez a la semana, si tiene dinero.

Estoy comprando tres kilos de carpeta, esta chiquito pero con eso saco tres almuerzos para mis dos hijos, mi mamá y yo, porque en casa ya no comemos carne, está muy cara, en cambio con 50 bolívares compro mis tres kilos de pescaíto”, dijo la madre de 41 años.

Antes de partir hacia el municipio San Francisco, en el que vive, Molero dijo: “Nosotros aprendimos a comer pescado todo el año porque la situación nos ha obligado, si aumenta para Semana Santa comeremos otra cosa, Dios sabe la situación que tenemos”.

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El pescado que mas se vende en Maracaibo es la carpeta, pescados de menos tamaño a un dólar el kilo / Foto: Mariela Nava

Para Yaritza Fernández comer pescado en Semana Santa era más que una tradición, era como un sagrado mandamiento, de lo contrario, se le falta el respeto a Dios, hoy la profesora del plan intercultural bilingüe se ha visto obligada a ser más flexible.

La tradición de comer únicamente pescado para estas fechas se ha perdido porque ahora hay que comer lo que se pueda. La Semana Santa pasada solo comimos pescado un día; este año, veremos. Por ahora llevo dos kilos que me rinden para dos almuerzos porque somos cinco personas. Así que comeremos lo que tengamos, con el perdón de Dios”.

Trascender en la fe cristiana

El presbítero Nedward Andrade, párroco rector de la Basílica Santuario Nuestra Señora de Chiquinquirá, fue enfático: “Dios encarnó en Jesucristo precisamente para asumir toda nuestra realidad humana. En Semana Santa se practica la oración, el ayuno, la abstinencia y la caridad, pero en este tiempo que nos ha tocado a nosotros vivir, tan difíciles en Venezuela, estamos llamados a trascender en la fe y profundizar en ella”.

Para el sacerdote “si no hay dinero para comprar pescado, sencillamente hay que comer lo que haya, lo que esté al alcance, pero partiendo del hecho de que con convicción nos unimos a la celebración”.

Andrade recordó el mensaje que el Papa Francisco envió al mundo:

“Nos dice de qué sirve hacer un ayuno, dejar de alimentarnos, si hay otras realidades que no están cónsonas con lo que Dios quiere; entonces, trascender en el ayuno no es solo dejar de consumir alimentos, sino dejar a un lado aquellas cosas superfluas que no convienen, es hacer ayuno de las críticas, de las malas palabras, de tanta tecnología”.

También lamentó que en Venezuela haya tantos niños, ancianos, hermanos y hermanas que viven en un ayuno permanente porque no tienen nada que comer.

“Hay que profundizar en esas prácticas cuaresmales y que verdaderamente contribuyan a que yo en acciones pueda encontrarme con Dios y con mis hermanos”, finalizó el sacerdote.

“Si el pescado aumenta, no sé qué va a comer la gente”

José Rincón tiene 13 años vendiendo pescado en el oeste de Maracaibo, dice que esta semana la venta ha estado mala, por eso lucha para que los precios que le ponen los distribuidores no afecten al consumidor.

“Si el pescado aumenta no sé qué va a comer la gente, porque con eso es que resuelven”, dijo.

Rincón está convencido de que el pescado es la mayor proteína que se está consumiendo en Maracaibo, porque aunque el kilo de pollo, a principios de año, quiso entrar en la competencia de precios, no lo logró y actualmente supera el precio del pescado.

Los vendedores esperan que en Semana Santa los distribuidores no aumenten tanto el pescado para que gente pueda seguir consumiendo la proteína / Foto: Mariela Nava

Su mercancía la trae de Los Puertos de Altagracia y del Moján, pero reveló que está en conversaciones con personas que tienen criaderos más cercanos a la ciudad para abaratar costos de gasolina, peajes, alcabalas y hielo, dice que solo de esa manera podrían mantener los precios.

Engañan el estómago

Si bien es cierto que el pescado que se vende a un dólar el kilo resuelve en la mesa de muchos marabinos, también es importante tener en cuenta que son ejemplares de aproximadamente 15 centímetros que le hacen honor a su nombre, carpeta.

Ángel Delgado llegó a la pescadería de José y pidió cinco dólares de pescado, la mayor parte era carpeta.

Tocamos a un pescadito cada uno, somos cuatro personas en la casa. Lo acompañamos con yuca o arroz y verdura, no quedo con hambre porque después de almorzar me tomo dos vasos de agua para completar, para engañar el estómago”, reveló el hombre de 59 años que espera para Semana Santa poder comprar sardina en lata.

Emelinda dice que en su casa comen una vez al día y aunque el pescado está barato es un lujo para ellos / Foto: Mariela Nava

Luego, Emelinda, una pensionada de 57 años, llegó al mismo puesto y luego de debatir por un rato con su hijo decidió llevarse un kilo de pescado. “De ese, del más grandecito para que alcance, mijo”, le dijo a su hijo.

Antes de pagar los 100 bolívares que hacía la bolsa con tres pescados, comentó: “Esto lo podemos hacer a veces, cuando mi hijo o mi nieto que están en Estados Unidos me mandan alguito, porque generalmente comemos una sola vez al día mi esposo, mi hijo y yo. Si Dios permite compraré pescado en Semana Santa, si no, comeremos arroz con verdura como ha pasado otros años. Por ahora, hoy nos toca la mitad de un pescado para cada uno y la otra mitad, mañana”.


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