Quienes sobrevivieron al deslave ocurrido el 17 de octubre pasado, que conmocionó a los habitantes del estado Aragua que aún no se recuperan de la tragedia de Tejerías, indicaron que era la primera vez que vivían un episodio de esas características en la zona.

Maracay. El susto de sus vidas. Así califican los habitantes del sector El Castaño, al norte de Maracay, los sucesos vividos la tarde del pasado lunes 17, cuando la quebrada Palmarito se desbordó y originó una nueva tragedia, que se suma a la de Las Tejerías.

De manera oficial se cuentan tres personas fallecidas de las cuales una fue identificada como Rosana Cano Alesandrello. Sin embargo, Yersomina de Nieves, esposa de un vigilante que laboraba en una de las viviendas de la zona que colinda con el parque nacional Henri Pittier, de nombre Freddymar Nieves, pide a las autoridades información sobre su paradero.

María Inés Mendoza es trabajadora del Programa de Alimentación Escolar (PAE), del liceo Dolores Ruiz Mendoza de El Castaño. Ella agradece a Dios por permitir que los 90 estudiantes que se encontraban en la institución al momento del deslave, pudieran salir con vida.

Toda el agua del deslave chocaba con fuerza contra la pared del liceo, gracias a Dios pudimos salir, solamente hubo varios aporreados porque tuvimos que pasar por el lodo y las piedras, pero gracias a Dios, todos estamos bien”, dijo a Crónica.Uno

Juan Carlos Mendoza, habitante de Ojo de Agua, aseguró que está “vivo de milagro”. En su relato contó que el fuerte torrente de agua lo agarró desprevenido, al punto de arrastrarlo alrededor de 100 metros y un tubo fue el que prácticamente le salvó la vida.

“Me agarré como pude y me salvé, nunca había pasado esto, me golpeé la mano, pero gracias a Dios estoy con vida”, sostuvo Mendoza.

En el callejón El Samán, de la zona de El Castaño, sus habitantes indicaron que la solidaridad entre ellos se activó desde el primer instante del deslave. Sin embargo, si ya de por sí tenían problemas con servicios públicos como el agua, ahora estos se agravaron.

El agua afectó a muchas casas, pero gracias a Dios todo está bien. Ahora no tenemos agua potable, si antes llegaba cada cinco días, ahora no sabemos cuando llegará”, indicó uno de sus residentes.

Las mascotas también han sufrido los embates de la tragedia. En la clínica veterinaria San Lázaro, varias mascotas no tuvieron la suerte de algunas que han sido rescatadas en el sector El Castaño y son atendidos en el hospital veterinario, Daniel Cabello, de la UCV-Maracay.

El Castaño
Foto: Gregoria Díaz

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