EN FOTOS | Al son de maracas y tambor los Diablos Danzantes de Yare se rindieron ante el Santísimo Sacramento

El jueves, 16 de junio, día de Corpus Christi, los Diablos Danzantes de Yare, estado Miranda, llenaron de baile, música y fe las calles del pueblo.

Caracas. Bailar la danza de los Diablos de Yare tiene un ritmo y una secuencia de pasos muy particular. El sonido de las cajas de los tambores y de las maracas indica el conteo de movimientos que los promeseros ejecutan con el rostro cubierto frente al Santísimo Sacramento, como se denomina a la hostia consagrada en la tradición católica.

Los pasos van siempre hacia atrás porque se bailan de frente al Santísimo. La danza fue diseñada así en señal de respeto y sumisión. Mientras, las autoridades de la iglesia católica avanzan desde el inicio de la procesión con la Custodia, nombre que se le da a la pieza en la que se guarda la hostia, para adoración de los fieles.

A la vez, los bailarines, todos hombres, emiten sonidos peculiares con sus voces. Así transcurre la caminata, que se prolonga hasta horas de la noche.

Foto: Tairy Gamboa

Cuando hablamos del mal, nosotros somos la semejanza del innombrable. Cuando Jesús es levantado en la hostia consagrada, nosotros caemos rendidos a los pies de él y eso asemeja que el bien prevalece siempre sobre el mal, explicó Manuel Zurita, presidente de la Cofradía.

La promesa ni Nicasio

Hace ya varios años que Nicasio Rivas, de 71 años, dejó de danzar. Su promesa fue solo por cinco años. Cuando tenía 13 años de edad su madre lo encomendó al “Santísimo” para que lo curara de una fiebre amarilla. Mi mamá decía que yo ya no tenía vida, hasta que ella me llevó a la iglesia.

Foto: Tairy Gamboa

Sin embargo, Nicasio acompaña a la diablada cada vez que puede. Durante su período como miembro activo fue tesorero de la cofradía por 19 años. Este año fue uno de los dos homenajeados dentro de la celebración del Corpus Christi.

Cada año la cofradía homenajea a una o dos personas que estén involucradas en la tradición de los Diablos Danzantes de Yare y le entregan la orden especial de la diablada en la plaza Simón Bolívar de Yare. Este homenaje ocurrió el martes, 14 de junio, previo a la danza que fue este jueves, 16 de junio.

Foto: Tairy Gamboa

Nicasio se sintió contento y agradecido de que entre tantas personas, más de 2000 que conforman la cofradía, fue elegido para ser homenajeado. Para mí fue regocijo.

Yare tiene más de 42.000 habitantes, según el censo nacional de 2016, y una gran parte son promeseros de los Diablos Danzantes. Aunque algunos, como Nicasio, ya no bailan ni se visten de diablos, nunca dejan de ser “hijos del santísimo”, como él afirma.

Foto: Tairy Gamboa
Juanita, la tercera capataz

La otra homenajeada fue Juana de Álvarez, la tercera capataz de la cofradía, quien ejerce ese cargo desde hace nueve años.

La máquina de coser de Juana se dañó este año. Ella es una de las costureras del pueblo que se encarga de realizar los trajes que los promeseros utilizan el día de Corpus Christi. Este año solo me ocupé de hacer algunos rosarios para familiares y amigos que danzan.

A mitad de año Juana, o Juanita, como es conocida en el pueblo, se enteró que sería una de las dos personas homenajeadas. La noticia la recibió con mucha alegría, aunque ella se define como una persona que le gusta estar bajo perfil.

A mí solo me gusta ocuparme de mi trabajo dentro de la danza, que se basa en ayudar a las dos primeras capataces.

Foto: Tairy Gamboa

La promesa de Juana es de por vida. Tiene 59 años de edad y esos mismos años los tiene dentro de la cofradía.

Mi mamá me dijo que yo nací prácticamente muerta. La partera fue quien me revivió pidiéndole al Santísimo. A partir de ahí, al cumplir un año mi mamá me prometió, explicó Juana, cuyo segundo nombre es Milagro.

La bisutería para los rosarios la compró semanas antes en un viaje que hizo a Caracas. En total Juana hizo 13 rosarios. Todos los regaló.

Hay unos promeseros que acostumbran usar un rosario nuevo cada año, con esto se refiere a que muchos de los promeseros usan más de un rosario colgado en el cuello.

Foto: Tairy Gamboa

Para Juana, la tradición de los Diablos Danzantes de Yare es parte de su vida, porque le debe su existencia al Santísimo y estar dentro de la cofradía es la manera que ella tiene de retribuir ese milagro, además de ser una buena persona.

Tradición renovada

El pasado jueves, 16 de junio, día de Corpus Christi, antes de salir de casa vestida con el traje de tercera capataz, Juana se persignó y se encomendó. Y desde la puerta de su casa hasta la iglesia rezó e peticiones al Santísimo.

Foto: Tairy Gamboa

La danza de los diablos empezó justo a las 12:00 p. m. del jueves. A esa hora los diablos esperaban frente a la iglesia de San Francisco de Yare.

La ira del diablo se apaciguó cuando vieron frente a ellos al Santísimo Sacramento, el cual iba en manos del obispo Freddy Fuenmayor, de la diócesis de Los Teques, y del obispo Tulio Ramírez, de la diócesis de Guarenas.

En total, durante esta edición los diablos recorrieron 46 altares. Todas estas ofrendas estuvieron distribuidas por las calles del pueblo.

Foto: Tairy Gamboa
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