En el gabinete económico persisten las parcelas de poder

Desde 2013, Nicolás Maduro ha tenido ocho vicepresidentes de economía y de ellos, cuatro han sido nombrados en el transcurso de un año.

Caracas. Por cuarta vez en 12 meses, el presidente Nicolás Maduro ajusta su equipo económico, pero en la estructura del gabinete siguen prevaleciendo las parcelas de poder, lo que, a juicio de analistas, implica que no se tomarán decisiones de fondo que apunten a corregir las distorsiones de la economía que los venezolanos sufren diariamente cuando el dinero no les rinde y no consiguen los artículos de primera necesidad.

El pasado miércoles, el Jefe de Estado nombró a Ramón Lobo como vicepresidente de Economía y ministro de Economía y Finanzas, despacho que controlará las áreas de industria, comercio y finanzas. Con esta designación, salieron Carlos Faría —que estuvo cinco meses en la cartera de Industrias— y Rodolfo Medina, que duró un año en el manejo de las finanzas.

Lobo es economista de la Universidad de Los Andes y fue alcalde del municipio Andrés Bello del estado Mérida entre 2008 y 2010. Luego fue diputado de la Asamblea Nacional  (AN) y estuvo en la Comisión de Finanzas. En esta instancia por un tiempo llevó las riendas de la subcomisión de Presupuesto, la cual revisa la asignación anual del Gobierno central, así como los créditos adicionales.

Maduro dijo de Lobo “que es un joven experto en materia económica, uno de los expertos que tenemos en temas financieros y presupuestarios”. Y lo instó a impulsar el Plan Carabobo 2017-2018 que entre sus lineamientos se encuentra la consolidación del poder popular.

Con el nombramiento de Lobo en la vicepresidencia de Economía, el Jefe de Estado tiene a sus colaboradores de manera más cercana. Adicionalmente, el nuevo ministro cuenta con la venia de Tareck El Aissami, el vicepresidente Ejecutivo, comentan fuentes del oficialismo.

El economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, apunta que “Maduro de alguna forma se rodea de sus incondicionales y sigue priorizando lo político. No veo en Lobo ni el liderazgo ni la disposición para realizar los ajustes que la economía necesita”. El diputado, José Guerra también descarta revisiones de fondo: “No creo que Lobo tenga un plan estructurado y la fusión de los ministerios (Finanzas e Industrias es un error”.

Pero el nuevo vicepresidente económico será otra corriente dentro del tren ejecutivo, porque varias directrices son definidas por el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres. Fuentes del oficialismo y del Gobierno señalan que las líneas en materia cambiaria estarán a cargo de este funcionario.

Oliveros añade que “Marco Torres y [Vladimir] Padrino López [ministro de Defensa] seguirán manejando las divisas, especialmente la política de asignación de los dólares y otros manejos de ingeniería financiera”.

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El titular de Alimentación, que aunque ya no tiene mucho peso en el despacho de las finanzas con la salida de Medina, tiene el control de la banca pública y de las importaciones de alimentos, y funcionarios cercanos a él deciden la distribución de las divisas oficiales. A la par, Padrino regula la producción y despacho de productos por medio de la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS).

Guerra añade que “Lobo no se dejará pisar por los otros, por tanto, habrá lucha de poderes”.

Lo que pasó y lo que viene 

Maduro empezó el 2016 decretando la emergencia económica para tener más poderes especiales y conformó un gabinete con diferentes visiones sobre las áreas: cambiaria, de precios y de producción. A la cabeza del equipo puso al sociólogo Luis Salas, defensor del esquema de controles.

Al mes y medio, Salas salió y su cargo de vicepresidente fue ocupado por Miguel Pérez Abad, quien había sido nombrado ministro de Industrias. Tras el cambio, el mandatario subió el precio de la gasolina, devaluó y creó un sistema con dos tasas: dólar protegido y dólar complementario, acciones que se acompañaron con un fuerte recorte de las importaciones y del gasto, lo que los economistas calificaron como un ajuste desordenado y costoso.

Durante cinco meses, Pérez Abad prometió una flexibilización del esquema cambiario y vías para elevar la producción y garantizar el abastecimiento, pero dichos planes no se concretaron porque cada ministro remaba por su lado.

En agosto, Maduro modificó otra vez su tren ejecutivo. Pérez Abad salió y fue reemplazado por Carlos Faría en la Vicepresidencia de Economía, quien sugirió acciones al para entonces vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, las cuales no trascendieron. De hecho, en materia cambiaria, Faría contemplaba unas medidas y Marco Torres, otras.

Ramón Lobo llega a un gabinete con diversas posturas, por lo que fuentes del oficialismo dicen que hay dudas de que pueda avanzar con medidas estructurales.

El diputado del PSUV, German Ferrer, expresa que “el Presidente se vio en la necesidad de realizar cambios y todos apoyamos a Lobo”, sin embargo, añade que “hay que hacer ajustes macroeconómicos, controlar la inflación y revisar el sistema cambiario. Esperamos que Lobo ejecute acciones puntuales”.

Para los empresarios, las expectativas no son alentadoras. El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, dice que “no tenemos expectativas de que se haga una rectificación. Ojalá no sigan con la trampa ideológica, porque se agravará el desabastecimiento y el deterioro del poder adquisitivo”.

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Los cambios evidencian más vínculos con Maduro como es el caso del diputado Francisco Torrealba que va al Ministerio del Trabajo en sustitución de Oswaldo Vera, quien también es afín al jefe de Estado.

En esta oportunidad, el mandatario dejó a Eulogio Del Pino con la presidencia de Pdvsa y le quitó el cargo de ministro de Petróleo, que ahora es de Nelson Martínez, ex presidente de Citgo. Martínez es otro cercano al mandatario.

El peso militar

Además de las designaciones mencionadas, Maduro incluyó más militares y ese sector tendrá dominio en: alimentos, obras públicas y electricidad.

En economía, el control lo encabezan Padrino López y Marco Torres con la producción, importación y distribución de comida. A ellos se suman, Wilmar Castro, titular de Agricultura y Ángel Belisario, ministro de Pesca.

En infraestructura, el jefe de Estado separó el despacho de Transporte y creó el Ministerio de Obras Públicas que asume César Salazar y quien, según el mandatario, tiene la tarea de culminar los proyectos detenidos. En Vivienda ya hay otro militar, que es Manuel Quevedo, y en electricidad está Luis Motta Domínguez.

Ocho vicepresidentes

Desde que Maduro está en la Presidencia ha tenido ocho vicepresidentes de economía:

1. Cuando comenzó su gestión en 2013, en la Vicepresidencia de Economía estaba Jorge Giordani, que duró hasta abril de ese año y fue reemplazado por Nelson Merentes, que para ese momento era el ministro de Finanzas. Su permanencia fue de seis meses, pues luego el poder pasó a Rafael Ramírez, que era el ministro de Petróleo. Ese año la economía perdió impulso por el recorte de la entrega de dólares, pese a que el precio del barril era 100 dólares. La inflación fue de 56 %.

2. En 2014, Ramírez sugirió la flexibilización del control de precios, el aumento de la gasolina y una modificación del régimen cambiario. Las propuestas fueron engavetadas y en septiembre de ese año la Vicepresidencia de Economía pasó a manos de Marco Torres, que era el titular de las finanzas públicas. Al cierre de ese ejercicio, la economía cayó 3,9 % por el modelo de controles y la inflación fue 68,5 %.

3. En 2015, la Vicepresidencia siguió a cargo de Marco Torres. La economía continuó su deterioro y la inflación escaló a 180,9 %.

4. Marco Torres estuvo hasta enero 2016, cuando fue sustituido por Luis Salas, quien en febrero fue cambiado por Pérez Abad. En agosto, Pérez Abad sale y llega Faría cuya gestión culminó en enero de 2017. Cuatro en un año. Aunque no hay cifras oficiales, las firmas estiman que el pasado año la economía retrocedió entre 10 y 12 % y la inflación fue de 500 %.

Foto referencial: Minci


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