Más de 100 familias de este populoso sector del municipio Sucre en Aragua padecen la escasez de agua y la indiferencia oficial. Con sus paupérrimos salarios y pensiones no pueden comprar agua de camiones cisternas.

Maracay. “O compro la comida o compro el agua, pues la pensión no me da”. Este es el dilema de José Quintero, un pensionado que vive en la populosa y humilde comunidad de Las Vegas de Cagua, en el municipio Sucre del estado Aragua, donde ya tienen un año y cuatro meses sin agua.

En esa fecha se robaron varias piezas de la bomba que surtía de agua a la comunidad. Desde entonces, sus habitantes no han cesado los reclamos a los organismos oficiales como la Alcaldía de Sucre, la Gobernación de Aragua e Hidrocentro, pero sus peticiones se han diluido en la desidia oficial.

Quintero, acompañado de varios vecinos de Las Vegas, narró cómo los entes gubernamentales responsables de darles respuesta, los han engañado reiteradamente. Ha habido incontables reuniones en las que les prometen que la bomba será reparada, pero sin que se materialice el compromiso.

Ya basta de de ir a Hidrocentro donde nos caen a mentiras, que si vengan otro día, que les enviaremos un encargado y hasta el sol de hoy seguimos sin agua”, dice Quintero.

Más de 100 familias padecen la grave falla del servicio en la zona, aunque no es la primera vez que les ocurre. Solo que ahora la solución ha tardado demasiado.

Los habitantes de Las Vegas de Cagua tampoco pueden comprar a los camiones cisternas. Precios que superan los 50.000 bolívares son inaccesibles para quienes en su gran mayoría son pensionados o ganan salario mínimo.

En octubre de 2018, el gobernador de Aragua, Rodolfo Marco Torres, anunciaba mejoras en el servicio hidráulico.

En esa promesa, Las Vegas de Cagua no estaba incluida. Como tampoco lo está en el Plan Te Quiero Cagua, que promociona la alcaldesa del municipio Sucre, Miriam Pardo.

La severa escasez de agua que se padece en Aragua sigue generando protestas ciudadanas sin que ningún organismo competente, especialmente Hidrocentro, responda a los reclamos de cientos de comunidades que mueren de sed.


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