Varias ONG y defensores de derechos humanos se pronunciaron ante la muerte a tiros del niño migrante que iba en la embarcación rumbo a Trinidad y Tobago. Los activistas exigen que se inicie una investigación sobre el uso letal de la fuerza para el control de las fronteras marítimas.

Caracas. En un mes y siete días que han transcurrido de 2022 han muerto tres niños migrantes venezolanos. Dos de ellos estaban en compañía de sus madres e intentaban ingresar a otros países por vías irregulares. El caso más reciente es el de un bebé, quien fue asesinado por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago.

Sobre este último hecho, Orlando Moreno, activista y miembro de la ONG Foro Penal, advirtió a las 4:00 p. m. del domingo, 6 de febrero, que investigaban una nueva tragedia entre Delta Amacuro y Trinidad y Tobago. La alerta fue enviada por redes sociales.

Minutos después, Moreno confirmó que la noche del sábado, 5 de febrero, a bordo de un peñero salió un grupo de 20 personas, la mayoría venezolanos, de Tucupita rumbo a Trinidad y Tobago. Poco antes de llegar a tierra firme, integrantes de la Guardia Costera de ese país los interceptaron y dispararon contra la embarcación. En el procedimiento resultó herido de muerte un bebé de nacionalidad venezolana que viajaba con una de las pasajeras.

Le mataron al hijo en los brazos, decía uno de los audios que le hicieron llegar al activista de Foro Penal y resaltó que esa es la realidad de las costas. Una tragedia permanente con rostros, historias, familias y dolor, escribió.

Moreno lamentó que en estos casos de Trinidad y Tobago no exista posibilidad de una investigación seria, a pesar de los testimonios de migrantes venezolanos. La deportación es tan rápida que no hay posibilidad de que la justicia trinitaria pueda buscar a los responsables, resaltó.

Versión oficial 

David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos para la crisis de migrantes refugiados, publicó en su cuenta de Twitter un comunicado de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago. En el texto, los funcionarios admitieron que dispararon contra el peñero en el que viajaban migrantes venezolanos, donde murió el niño Elvis Santoyo e hirieron a la madre Darie Elvis Eliagnis Sarabia.

La versión de la Guardia Costera describió que, mientras realizaban patrullajes a lo largo de la costa sur de Trinidad y Tobago —poco antes de la medianoche del sábado—, detectaron una embarcación que cruzaba la frontera entre Venezuela y ese país.

En el comunicado aseguran que utilizaron métodos de aviso como el megáfono, bocina, reflector y bengalas. Sin embargo la embarcación continuó evadiendo y, de acuerdo con los protocolos estándar, se emplearon disparos de advertencia”. Asimismo, resaltaron que están “muy familiarizados” con los resultados catastróficos que pueden ocurrir.

Por su parte, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, se pronunció el 6 de febrero. Rowley aseguró que conversó con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, para transmitir el pésame a la familia de Darie Elvis Eliagnis Sarabia.

Hasta las 3:00 p. m. de este lunes 7 de febrero, la vicepresidenta Delcy Rodríguez no hizo algún comentario público sobre la muerte del bebé migrante. Tampoco ningún otro funcionario de alto nivel.

Reacciones

La Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) y Unicef emitieron un comunicado en el que resaltan que sus representantes están “profundamente consternados por la noticia de la muerte del bebé venezolano”.

Estamos profundamente entristecidos por esta tragedia y transmitimos nuestras más sinceras condolencias a la familia y a los seres queridos que lloran esta pérdida. Nadie en búsqueda de seguridad, protección y nuevas oportunidades debería perder la vida, dijo Eduardo Stein, representante especial conjunto de Acnur y la OIM para los refugiados y migrantes venezolanos.

Las organizaciones recordaron que ante la falta de rutas seguras, muchos migrantes venezolanos se ven obligados a recurrir a arriesgadas travesías marítimas y terrestres. Los Estados deben salvaguardar los derechos de todos los niños y niñas en su territorio, independientemente de su nacionalidad o estatus, escribieron en el texto.

Exhorto

Greoff Ramsey, analista de política latinoamericana de derechos humanos y seguridad y director de Wola Venezuela, manifestó que las autoridades de Trinidad y Tobago deben llevar a los responsables ante la justicia yponerle fin a su tratamiento atroz contra los migrantes y solicitantes de asilo.

La ONG Provea publicó: Lamentamos profundamente la muerte de un bebé venezolano en brazos de su madre, víctimas de tiros de la guardia costera en Trinidad y Tobago. Los venezolanos huyen de Venezuela por hambre, no por elección. Los países deben respetar tratados internacionales de protección de DDHH.

Igualmente, se pronunció la presidenta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Carolina Jiménez Sandoval. La activista resaltó que es necesario que se investigue el sistema que permite que el control de fronteras marítimas se haga mediante el uso letal de la fuerza. Los refugiados de Venezuela necesitan protección, no balas, exhortó.

En anteriores oportunidades, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) expresó su preocupación por la deportación de migrantes y exhortó al gobierno de Trinidad y Tobago a garantizar el ingreso al territorio a venezolanos, quienes buscan protección internacional por razones humanitarias urgentes.

Intento de cruzar

Mayerlin Mayor, maestra de 36 años, y su hija Victoria Lugo Mayor intentaron cruzar la frontera de México con Estados Unidos el martes 18 de febrero. Ambas usaron un paso ilegal a través del río Bravo. La travesía no se completó, porque la niña murió antes de llegar a territorio estadounidense.

Mayor declaró a El Pitazo que ese martes salieron temprano desde un pueblo llamado Acuña, en San Antonio de México. Madre e hija completaron el trayecto hacia el río Bravo junto a un grupo de migrantes y coyotes (o personas intermediarias para “acelerar” trámites o escollos legales) que los ayudarían a llegar a Estados Unidos. Cuando llegaron al río, las condiciones eran difíciles y estaba crecido. En su testimonio, contó que cayeron en un hueco y la niña murió ahogada.

Datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) evidencian que las personas salen de Venezuela para huir de la violencia, la inseguridad y las amenazas. La gran mayoría también alega la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales como las causas del éxodo.

Como muestra de ello, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, calculó que para mediados de 2021, 10.635 venezolanos entraron a ese país por la frontera marítima. Una cifra que va en aumento. El organismo detectó que 1,7 millones de personas sin documentos (de diferentes nacionalidades) estaban en la frontera con México. 

Presunta mala praxis

Dos padres venezolanos en Chile denunciaron a través de las redes sociales que su hijo Kristopher Emmanuel Meza, de dos años. El niño falleció el 4 de enero luego de una presunta mala praxis. 

Los representantes relataron que llevaron al niño al hospital Borja. En la institución, ubicada en Santiago de Chile, buscaban que atendieran al niño por una cortada en el meñique, consecuencia de un accidente doméstico. La herida ameritaba una cirugía. Aunque tras la revisión preliminar les dijeron que todo estaba bien, minutos más tarde, el anestesiólogo informó que el niño no despertaba y necesitaban hacerle estudios. 

Pese a que intentaron tener más información sobre lo que ocurrió, no lo lograron. Los familiares del niño hicieron concentraciones frente al centro de salud. El caso se encuentra en manos de la Policía de Investigaciones de Chile y la Fiscalía chilena.

Foto: cortesía

Acnur calcula que hay 6 millones de venezolanos que se viven en el exterior. En su gran mayoría residen en países de América Latina y el Caribe. La estadística convirtió a la migración venezolana en una de las principales crisis de desplazamientos del mundo. Los acontecimientos políticos, de derechos humanos y socioeconómicos que se desarrollan en Venezuela obligan a un número creciente de niños, mujeres y hombres a irse a los países vecinos y más allá. Muchos llegan asustados, cansados y en extrema necesidad de asistencia, recuerda la agencia. 


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