Los bajos salarios, las riesgosas y limitadas condiciones en las que laboran y la persecución y hostigamiento contra quienes denuncian las fallas en el sistema de salud son algunas de las razones por las que más de 50 % de enfermeras registradas en la región, se han ido del país, muchas veces sin siquiera renunciar a sus puestos de trabajo.
Maracay. En los últimos meses es muy común que sean los estudiantes de posgrado de Enfermería, quienes deban asumir la tarea de atención en los principales centros asistenciales de Aragua, principalmente para llevar a cabo los planes nacionales quirúrgicos que adelanta el Ministerio de Salud.
El personal de enfermería titular ha disminuido dramáticamente. La presidenta del Colegio de Enfermería del estado Aragua, Yésica Vidal, informó que más de 50 % de los agremiados se han ido del país, en muchos casos, sin siquiera renunciar a sus puestos de trabajo.
La data que maneja el gremio en la región refiere que de las 9800 personas que aparecen registradas, apenas la mitad se encuentra activa. Pero de los más de 4500 enfermeros, solo 50 % sigue en ejercicio. Un ejemplo de la merma del personal en esta área lo representa el principal centro asistencial en Aragua: el Hospital Central de Maracay.
En el HCM se requieren más o menos 1500 y 1800 para todos los turnos, pero en la actualidad hay menos de 600 enfermeras. Y aunque la Organización Mundial de la Salud establece que se requieren 5 enfermeras por cada 100.000 habitantes, una enfermera para atender 8 camas de hospitalización por turno y un auxiliar de enfermería por cada 3 camas, la realidad es que en el Hospital Central de Maracay, una sola enfermera debe ocuparse de hasta 40 pacientes”, explica la presidenta del Colegio de Enfermeras de la entidad.
En condiciones ideales, un servicio hospitalario debe contar con cuatro o cinco enfermeras, de tal manera que cuando dividan el turno, dos o tres descansen. Pero eso no ocurre en el HCM. Las enfermeras no cuentan con un espacio ni con condiciones para el debido descanso, porque en muchas ocasiones además, no llega el relevo.
“Las enfermeras del hospital están durmiendo en unas colchonetas lanzadas al piso porque desde hace un mes prometieron remodelar no sé qué y las dejaron sin un espacio acorde”.
Silvia Cassiani, asesora regional de Enfermería y Técnicos en Salud de la OPS/OMS, ha señalado que las enfermeras son un recurso humano importante para la salud e integran más de 60 % de la fuerza de trabajo en salud y cubre 80 % de las necesidades de atención.
Pero en el caso de Aragua, no se trata solo de la escasez de personal de enfermería en todos los centros asistenciales de la región. También imperan condiciones laborales riesgosas. Vidal explica por ejemplo, que en el HCM no cuenta con agua para el lavado de las manos, no hay tapabocas ni guantes, lo que compromete la salud de las propias enfermeras ante la ausencia de medidas de bioseguridad.
Conocemos al menos 3 casos –denuncia Vidal– de enfermeras contagiadas con tuberculosis y cuyas víctimas no han denunciado por miedo.
Y es que la persecución, el hostigamiento y el amedrentamiento en contra del personal de enfermería del HCM no han cesado.
La persecución es tan grave que corremos el riesgo de que nos ‘siembren’. Abren los lockers de las enfermeras y dejan medicamentos e insumos, para justificar el déficit y para acusar de ladronas a aquellas enfermeras que les son incómodas a las autoridades. Muchas veces no nos quieren dejar entrar a los centros de salud cuando en nuestra condición de dirigente gremial, acudimos para evaluar las condiciones laborales de nuestros agremiados”, dijo Vidal.
La detención el 18 de febrero de 2019 de Norma Rodríguez, enfermera con 22 años de servicio y coordinadora del área de Pediatría del HCM, acusada por el tribunal quinto de control del estado Aragua de los delitos de terrorismo, peculado doloso y tráfico ilícito de material estratégico y recluida por ocho días en la sede de la DIEP Aragua, es una evidencia de la persecución a la que el personal de enfermería del estado es sometido constantemente.
Para la dirigente gremial, atrás quedaron los años en los que las designaciones y asignaciones de cargos se hacían a través de un concurso de credenciales. Desde 2008, los nombramientos son a dedo.
En la escasez de enfermeros prevalecen los pésimos salarios que perciben. El sueldo base es de 68.000 bolívares al mes. Ni siquiera el escalafón es respetado, aunque su aplicación no haría ninguna diferencia.
Una enfermera con posgrados y especializaciones puede ganar como mucho 120.000 bolívares mensuales, cuando le suma algunas primas todavía vigentes. Sin embargo, la diferencia no es mucha: una prima por hijo es de apenas 2.000 bolívares y una prima de transporte es de solo 400 bolívares.
“Eso no nos alcanza ni para la comida, mucho menos para comprar zapatos. Nuestros uniformes están amarillos porque el sueldo no nos alcanza ni para comprar jabón para lavar. Es una burla”, manifestó Vidal.
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