Especialistas ayudan a desmontar los rumores en redes sociales

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“¿Niños detenidos o reclutados? ¿Cuál es la verdad? Carlos Trapani (Cecodap), Carlos Delgado Flores (Comunicador Social-Profesor de la UCAB) y Andrea Garrido (Espacio Público) ayudaron a construir un kit de herramientas para desmontar las falsas informaciones.

Caracas. “¿Niños detenidos o reclutados? ¿Cuál es la verdad?”, con esas interrogantes Crónica.Uno dio inicio al conversatorio con Carlos Trapani (Cecodap), Carlos Delgado Flores (Comunicador Social-Profesor de la UCAB) y Andrea Garrido (Espacio Público). La idea era aclarar las dudas frente a todas las informaciones, audios, videos, fotos que inundaron las vidas de los usuarios durante los días finales del mes de enero.

Estas informaciones no tuvieron asidero en la verdad, pero lograron desmovilizar y desestabilizar emocionalmente a la población.

Sí hubo menores de edad detenidos: 79 según Foro Penal. Pero no hubo reclutamiento forzoso, sostienen los defensores de los Derechos Humanos.

No obstante, los rumores fueron y vinieron. Causaron conmoción hasta el punto de trastocar la rutina escolar. Muchos padres no enviaron a sus hijos al colegio mientras se regaban los rumores y al ver que no salía el ministro de la Defensa a desmentirlos, más se sembraba la duda.

Y antes la duda ¿qué hacer? Carlos Trapani, abogado y coordinador general de Cecodap, reconoció el hecho de que tras las protestas que se iniciaron el 21 de enero de este año, ha habido una fuerte represión, acción que fue ejecutada por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) —a diferencia de las protestas de calle de 2017.

“Se llevaron a los adolescentes y les han aplicado delitos de terrorismo y agavillamiento”, dijo Trapani ante una audiencia integrada por vecinos de Coche, La Carlota, La Guaira, Terrazas del Ávila, Cúa y Los Teques.

Incluso, comentó, no se les facilitó el proceso de comunicación con sus familiares y abogados y les pidieron fiadores personales a muchachos que son de los barrios.

Trapani dijo que los niños, niñas y adolescentes son también sujetos de acción y derechos, pueden manifestar por comida, por la situación en sus escuelas, por el pasaje estudiantil, para defender la cultura, el deporte, y no por eso se les va a criminalizar, que fue lo que ocurrió.

“Lo que no debe pasar es que los adultos usen a los adolescentes en las protestas. Eso se debe denunciar”.

El evento, que se usó como un espacio para el análisis y la reflexión, tuvo como fin dar herramientas para que la comunidad sepa actuar frente a situaciones similares.

Trapani, desde su experiencia, recomendó primero que nada brindar protección a los jóvenes. Destacó que el papel de los cuerpos policiales debe ser garantizar al extremo de los derechos humanos de los niños.

Luego hay que verificar toda información. “Este es un momento para educar, para entender y analizar. No hay que darle retuit a una información si hay dudas de dónde salió. Hay periodistas, medios de comunicación, que pueden servir para hacer cruces de los datos que nos están llegando por las redes”.

También hay que conocer y difundir los derechos y denunciar.

La denuncia es fundamental en estos casos. Ciertamente, el Estado no ha generado mecanismos de confianza para que la ciudadanía formalice la denuncia. Sin embargo, hay órganos y dependencias que orientan y asesoran. Incluso hay una línea telefónica del Ministerio Público donde se puede hacer de manera anónima.

Es importante que se registre, que se denuncie. Así podemos saber qué está ocurriendo y de alguna forma detener el delito, detener la represión.

Tener racionalidad

El profesor Carlos Delgado, por su parte, insistió en que, para no caer en el agotamiento del rumor, hay que tener mecanismos de verificación. “Se debe hacer un ejercicio de comprensión, de análisis de lo que estamos recibiendo como información”, dijo.
Se paseó por el tema de la emergencia humanitaria compleja, para caer en la punta de lanza de toda esta crisis: el poder, la gobernabilidad y la ciudadanía.

Ese triángulo tiene mucho que ver en cómo nos empoderamos de la información y cómo se usa la opinión pública como un mecanismo de control social.

¿Qué es real y qué no? En ese punto se detuvo para decir que la gente ve como cierto la información que profesa, “y eso es lo peligroso”.

Habló, por ejemplo, de las herramientas que los ciudadanos tienen a mano. En 2014 había un alcance de Internet de 45 % y hubo protestas en 52 ciudades del país; en 2015 hubo un fenómeno de opacidad frente a las elecciones parlamentarias; en 2017 la penetración de Internet fue de 82 % y este año, a partir del 10 de enero, hubo presencia de 10 millones de personas en las calles, se movilizaron 63 ciudades, 6 de cada 10 venezolanos está conectado.

Eso quiere decir que hay información, pero debemos responsabilizarnos, tenemos que empezar a dudar de todo lo que nos dicen. Hay que tener racionalidad y dejar a un lado la emotividad. Verificar, principalmente. Para nadie es un secreto que muchas de esas informaciones salen del G-2.

Del G-2 comenzó hablando Andrea Garrido. En el público la gente no respondió con soltura cuando preguntó qué era eso. Ricardo Sansone, ingeniero de profesión, lo definió como un grupo de inteligencia interna que maneja el Gobierno.

Luego, cuando el profesor Delgado lo vinculó con los cubanos, más de uno asintió.

Lo cierto es que Garrido usó ese elemento para vincularlo con la participación ciudadana: qué estamos haciendo, como ciudadanos, frente a información que recibimos; qué responsabilidad tenemos; cuando compartimos algo, dejamos claro que “la reenvío tal cual me llegó”. Garrido dejó esas interrogantes en el aire, para después concretar con el kit de herramientas para lidiar con rumores, como el del reclutamiento que se extendió como pólvora.

  • Tener racionalidad.
  • Buscar la fuente.
  • Averiguar qué tanto se ha equivocado esa persona.
  • ¿Esa información la comparten otros medios?
  • Contrastar la fuente.
  • Difundir de manera adecuada con sitio, fecha y hora.
  • Verificar si es foto o material audiovisual de dónde viene la luz, agrandar y ver si tiene mosaicos, sombras, revisar los logos que aparecen en las imágenes, el espacio a ver si corresponde con ese sitio.

Con este kit se fueron los asistentes al conversatorio, que tuvo lugar en el salón Monseñor Romero de la parroquia Universitaria de la UCV. Fueron dos horas en las que personas como Yamilet Gómez, del sector educativo, llegaron con la cabeza llena de dudas y salieron con respuestas y con herramientas para mantenerse informados.


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