Falta de combustible ha obligado a que 20% de las empresas del centro de Maturín migren a otras parroquias

centro de maturin

Entre el costo elevado de impuestos municipales, limitaciones por el esquema 7+7 y restricciones para obtener combustible, los comerciantes en Monagas han tenido que reinventarse para continuar con sus empresas. Maglorys Alcalá, representante de medios de Fedecámaras en Monagas, destaca que 30 % de las empresas han cerrado en el municipio Maturín. Y otras, 20 %, han migrado del centro de Maturín.

Maturín. La cuarentena radical por la COVID-19 y la posterior implementación del esquema 7+7 ha golpeado la economía en Venezuela y ha incrementado las limitaciones para que los comerciantes puedan mantener operativas sus empresas, situación de la que no escapa el estado Monagas. A ello se ha unido la escasez de combustible, que ha obligado a 20 % de las empresas a abandonar el centro de Maturín e instalarse en parroquias más cercanas al domicilio de sus dueños.

Las pequeñas y medianas empresas en el estado oriental han tenido que sortear no solo la crisis que enfrenta Venezuela, la pandemia y la falta de combustible, sino también las altas tasas de los impuestos municipales, específicamente en Maturín.

Las quejas de los comerciantes han sido constantes en cuanto a lo costoso de los tributos que deben cancelar a la Alcaldía del municipio Maturín, tomando en cuenta que durante la pandemia por la COVID-19 no han sido exonerados de la cancelación de estos impuestos.

Maglorys Alcalá, representante de medios de Fedecámaras en Monagas, afirma que al menos 30 % de empresas en Monagas han bajado sus santamarías durante el primer semestre de 2021. Es el sector calzado y ropa el más afectado. Alcalá sostiene que en gran parte el cierre de estos comercios obedece al esquema 7+7 y al elevado costo de los impuestos.

Vemos con mucha preocupación que el sector que vende calzados y ropa ha sido afectado considerablemente. Este grupo de empresas se ve limitado en la venta de su mercancía porque el ciudadano de a pie tiene como prioridad comprar alimentos, lo que ha reducido sus ventas”, precisa.

Entre las dificultades de los comerciantes destacan: falta de tiempo laboral para cancelar a los proveedores, gestionar trámites en organismos públicos, pago de nómina y cancelación de impuestos municipales.

“El esquema 7+7 sigue siendo muy limitante, las semanas de trabajo pasan muy rápido y no logramos solventar trámites que deben hacerse en los organismos públicos, a veces también se hace difícil el pago a los proveedores. Todas esta limitaciones se ven reflejadas en las ventas de los comercios”, apunta.

Migración del centro de la ciudad

La falta de combustible y las restricciones que se establecieron en principio con el esquema 7+7 han obligado a los comerciantes a migrar a otras zonas del municipio Maturín para ubicarse en sectores cercanos a sus viviendas, con la intención de ahorrar combustible y fortalecer sus comercios en el mercado.

La representante de Fedecámaras en Monagas explica que, de acuerdo con un estudio realizado, han determinado que 20 % de los comercios han abandonado el centro de Maturín para instalarse en otras parroquias del municipio.

Muchos comercios han migrado hacia otras parroquias de Maturín. Las empresas han tratado de ubicarse en sectores como Los Guaritos, La Puente y La Cruz. La mayoría de estos comercios están relacionados con el sector de alimentación”, detalla.

Alto costo de impuestos municipales

El pago de impuestos municipales sigue siendo el dolor de cabeza para los comerciantes en Maturín, que en varias oportunidades han denunciado sentirse atropellados por la alcaldía del municipio, pues ha establecido tasas elevadas para los tributos.

Al menos 80 % de los comercios de Maturín han sido afectados por esta situación, e incluso hay empresas que laboran de bajo perfil porque no han podido cancelar los impuestos.

“Hay una gran parte de empresas que no han pagado impuestos porque son extremadamente caros; además, se aplican procedimientos fuera del Código Orgánico Tributario que se traducen en miles de dólares. Gran parte de las empresas trabajan esperando que exista un cambio en los próximos meses”, puntualiza Alcalá.


Participa en la conversación