La FAO prevé que la sequía cause pérdidas parciales o totales de cultivos en las zonas áridas de los estados Zulia y Falcón, que afectan principalmente a pequeños agricultores y población indígena en riesgo. La situación económica y humanitaria venezolana aumenta la probabilidad de que se agudice la inseguridad alimentaria por El Niño.

Caracas. Las agencias climáticas internacionales pronostican que el fenómeno El Niño continuará hasta final de año y, probablemente, se extienda a 2024 con intensidad de moderada a fuerte y condiciones climáticas extremas que, en el caso de Venezuela, se verán en gran parte con episodios de sequías.

Al alterar los patrones de lluvia y temperatura, El Niño puede afectar la agricultura, los medios de vida rurales y la seguridad alimentaria asegura la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en su informe sobre el Plan de Acción y Respuesta Anticipada que busca mitigar los efectos de El Niño en países vulnerables, entre ellos Venezuela.

El plan estima movilizar fondos con un valor de 36,9 millones de dólares para reducir el potencial impacto de El Niño y asistir a comunidades en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela. La FAO calcula que al menos 258 millones de personas en el mundo sufren hambre aguda, entre ellas más de 17 millones que residen en Latinoamérica y el Caribe.

Producción agrícola en riesgo

En Venezuela, los últimos pronósticos -citados en el informe- indican precipitaciones por debajo de lo normal por los efectos de El Niño. La FAO prevé que la sequía cause pérdidas parciales o totales de cultivos en las zonas áridas de los estados Zulia (en especial La Guajira) y Falcón.

Los efectos del fenómeno climático, asegura el reporte, afectarán particularmente a los pequeños agricultores, aunque también se esperan afectaciones al ganado bovino, ovino y caprino por aumento de las temperaturas, agotamiento de los pastos y de los recursos hídricos. Los cambios en los patrones de precipitación también podrían afectar la producción pesquera y acuícola en Venezuela y otros países afectados.

Los impactos de los peligros inducidos por El Niño podrían causar un mayor deterioro de la inseguridad alimentaria (…) En Venezuela, se estima que la población indígena en riesgo pueda enfrentar una importante falta de alimentos debido a la reducción de la producción y al aumento de los precios, asegura la FAO en el informe sobre su plan de respuesta.

Venezuela padece una emergencia humanitaria compleja -reconocida por organismos internacionales- desde 2015 debido a políticas económicas erradas, altos niveles de inflación y una fuerte dependencia del petróleo que mostró sus efectos más devastadores cuando los precios del barril se derrumbaron y la industria petrolera entró en colapso.

A falta de cifras oficiales, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) proyecta que ocho de cada 10 hogares venezolanos padecen algún grado de inseguridad alimentaria, situación que se agrava en regiones alejadas de la capital del país ante la falta de oportunidades laborales y económicas para subsistir.

El peligro de no actuar

El Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) indicó en marzo que el déficit de precipitaciones producido por El Niño podría afectar al sector agrícola, de por sí impactado por la temporada de lluvias del año pasado que incluso obligaron a decretar estado de emergencia en varios estados del país.

También preocupa repetir el escenario del 2016, en la que el fenómeno Niño produjo una sequía severa que disminuyó a niveles críticos el agua de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (Guri). Es decir, esto podría afectar la generación eléctrica en el territorio nacional, señaló el OEP.

El último fenómeno de El Niño, asegura la FAO, afectó a más de 60 millones de personas en todo el mundo y causó que 23 países pidieran ayuda humanitaria internacional por un total de 5000 millones de dólares. 

La FAO asegura que ya ha puesto en marcha acciones anticipadas para mitigar el impacto de la sequía en Venezuela y otros cinco países y que el plan de respuesta de 36,9 millones de dólares buscará beneficiar a más de 1,1 millones de personas. Sin embargo, asegura que se necesitan recursos adicionales para ampliar la cobertura y llegar a más hogares en todos los países priorizados.

Pero a pesar de la asistencia proveniente de la FAO, la situación venezolana se complejiza a medida que se prolonga la crisis humanitaria y disminuyen los fondos para paliarla. 

Hasta abril de este año, 495.000 personas en el país recibieron respuesta humanitaria de las 2,1 millones que la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA) estima alcanzar para finales de este año. Sin embargo, del Plan de Respuesta Humanitaria de $720 millones, apenas se había financiado 11 %.


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