La educación está en riesgo, han dicho la Avec y Fe y Alegría. Las cifras, cuando aún no culmina el año escolar, no son alentadoras: 30 % de inasistencias, 8904 niños dejados atrás y 15 % de los docentes han renunciado.
Caracas. Fe y Alegría celebra su 64 aniversario. Estar en 22 países y 3 continentes, llevar la educación católica donde no llega el asfalto, es motivo de regocijo. Pero sienten “llegar a una situación límite”. Su director general, el padre Manuel Aristorena, dijo que en los últimos 6 meses han querido expresar la trágica situación que vive el personal directivo, docente, especialista, administrativo y obrero.
Trina Carmona, de la Asociación Venezolana de la Educación Católica (Avec), destacó la necesidad de que los docentes sean reconocidos laboral y económicamente. Reclamó que los planteles están deteriorados ante el costo para su mantenimiento. “Se está viendo afectada la situación de la calidad educativa”, sostuvo.
Una vez más, tanto de Fe y Alegría, como de la Avec, ponen sobre la mesa la demanda por el cumplimiento de los compromisos adquiridos en la II Convención Colectiva 2018-2020, el ajuste salarial al personal docente de 40 % de octubre de 2018 y 60 % de enero de este año y la reactivación de la fórmula de cálculo de las primas por jerarquía, hora técnica, transporte, compensación académica y la eliminación del factor de cálculo de la Oficina Nacional de Presupuesto.
Para Noelbis Aguilar, directora nacional del Programa Escuela de Fe y Alegría, el hecho educativo está en riesgo. Cuando aún no termina el año escolar 2018-2019 las cifras son escandalosas. Las inasistencias de estudiantes rondan 30 %: “Tenemos una población de alumnos que se está quedando en casa, eso le resta oportunidades”, dijo.
La cifra de niños dejados atrás producto del fenómeno migratorio venezolano —el más importante en la historia reciente de América Latina— llegó a 8904. Un número que se duplicó en siete meses, cuando la institución reportó que eran 4444.
La falta de docentes también cambió la rutina escolar. Personal administrativo, directivos y hasta familiares de los estudiantes están asumiendo las vacantes. “15 % de nuestros docentes renunciaron”, exclamó Aguilar, “hay que replantarse el proyecto educativo por políticas más profundas”.
En el caso de la Avec, su primera vicepresidente, Molly Castillo, indicó que más de 8000 trabajadores de la institución han presentado su renuncia, de esos, 25 % de los cargos no han podido reponerse porque los salarios no son atractivos. “Necesitamos recibir una pronta repuesta del Ministerio de Educación”, insistió.
Sin respuestas salariales
Los docentes han enviado cartas al Ministerio de Educación solicitando una reunión con Aristóbulo Isturiz, protestas de calles, y continúan sin respuestas.
Un docente IV, con 12 años de servicio y 36 horas, tiene un salario base de 28.525,80 bolívares. Según la convención colectiva, le corresponde 5650,56 bolívares por prima geográfica. Pero el factor Onapre, aplicado desde septiembre de 2018, redujo esta prima a 282,53 bolívares.
Por las primas de transporte, postgrado, antigüedad, jerarquía, geografía, antes de la reconversión monetaria, un docente percibía 33.564,32 bolívares. Ahora son 12.092,12 bolívares.
“El incumplimiento de la convención colectiva y de sus acuerdos, ha hecho más difícil la situación en que nos encontramos”, dijo Rafael Peña, director de la Escuela Técnica Industrial San José Obrero.
Descartaron reunirse con el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y unirse a los paros escalonados convocados por los sindicatos. Señalaron que se están organizando para ejercer presión. Carmona declaró que “el canal directo es con el Ministerio de Educación”.
Peña alertó que, de continuar la situación, las instituciones podrían quedarse sin educadores en “un corto tiempo”.
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