Fe y Alegría aseguró que en caso de que llamen a retomar las actividades, será un contexto de contingencia, por lo que los niños tendrán horarios flexibles. La institución informó que mantienen conversaciones con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a fin de crear algunas condiciones (campañas de saneamiento e insumos para la higiene, agua y salud) para el reinicio de actividades.

Caracas. Las escuelas en Venezuela se mantienen fuera de servicio. La falta de agua y energía ya forman parte de la rutina escolar. El apagón nacional del pasado 7 de marzo —que hoy en día todavía mantiene a oscuras a varios sectores del país— dejó a las escuelas aún más apagadas y con los tanques de agua vacíos.

La directora nacional del Programa de Escuelas de Fe y Alegría, Noelbis Aguilar, aseguró que en caso de que llamen al reinicio de actividades esta semana, será un contexto de contingencia: Estamos planteando escenarios de trabajo que contemplan horarios flexibles ante la falta de agua, luz, transporte, dinero en efectivo y gas. Sabemos que no todos los estudiantes van a poder llegar. Entonces aprovecharemos el tiempo para trabajar lectura y escritura, procesos lógicos matemáticos y valores.

Desde el pasado 8 de marzo las actividades escolares se encuentran suspendidas. El gobierno de Nicolás Maduro amplió la medida hasta el 13 de marzo mientras se recupera el servicio eléctrico que falló tras un supuesto “ciberataque registrado al Sistema Automatizado de Control” en el Guri. En horas de la tarde de este miércoles, el vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, informó que se extiende por 24 horas más la suspensión de actividades escolares.

Trina Carmona, presidenta de la Asociación Venezolana de la Educación Católica (Avec) aseguró que no podrán mantener las aulas abiertas si no tienen agua. Expresó que parte de las escuelas en diferentes regiones del país aún se encuentran afectadas.

La mayoría de las 174 escuelas de Fe y Alegría están en zonas populares, al igual que las 1073 de la Avec. Esto dificulta incluso más el acceso continuo a los servicios públicos. Ambas instituciones, expresaron, no han sido contactadas por el Ministerio de Educación para proveerlas de agua y plantas eléctricas o condiciones mínimas para su funcionamiento.

Tanto Aguilar como Carmona, informaron que mantienen conversaciones con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para crear algunas condiciones (campañas de saneamiento e insumos para el higiene, agua y salud) para el reinicio de actividades.

Algunas organizaciones, como la Unicef, están ofreciendo a las casas hogares cisternas de agua. Varias instituciones han tenido que enviar a los niños a sus casas ante la falta de agua , señaló Carmona. No ofreció detalles de cuáles instituciones y cuántos niños han sido trasladados. “Esta semana comenzaron a recoger los datos, ha sido complicado comunicarse”, dijo. La Avec tiene 60 casas hogares que alberga a 2600 niños.

Desde hace cuatro años las escuelas sufren la emergencia humanitaria compleja. La falta de comida y las fallas en los servicios públicos son factores que con frecuencia alteran la cotidianidad escolar. La Encuesta de Condiciones de Vida de 2018 reportó que la falla en el suministro de agua afectó a 28 % de los estudiantes, quienes dejaron de asistir de forma regular a los centros educativos. Mientras 15 % fue por falta de energía eléctrica.

En este tiempo, han sido los padres y representantes quienes han apoyado a las instituciones con los servicios, pero tras el apagón, Aguilar cree que la comunidad educativa no está en condiciones para atender la situación: Aquellas escuelas con tanques de agua los abrieron para suministrar agua a la comunidad. Muchas vaciaron sus tanques para repartir el agua.

Solo tres escuelas de Fe y Alegría, ubicadas en Apure, Mérida y Barinas, cuentan con plantas eléctricas.

Proponen ampliar el candelario

Desde que se inició el año escolar 2018-2019, Fe y Alegría contabiliza 20 días de clases perdidos por elecciones, decreto de días libres y el apagón del 7 de marzo. Carmona planteará al Ministerio de Educación ampliar la fecha de inicio de vacaciones para poder recuperar parte de la programación escolar.

Se perdió la continuidad escolar en un momento en que los muchachos están afectados por razones de supervivencia, tensión emocional: falta de agua, falta de alimentos, el contexto de violencia, saqueos, protestas. Todo eso hace que el nivel de estrés sea muy alto, opina Olga Ramos, miembro de la Asamblea de Educación.

Destaca que, de darse una posible extensión del año escolar, esto no solo dependerá de la cantidad de días perdidos, sino del tiempo requerido para que se restablezca la tranquilidad de los niños y tengan la condición emocional para enfrentar el proceso de aprendizaje.

Agregó que el Estado debió abrir espacios en las escuelas públicas durante el apagón para realizar actividades complementarias: “En un país serio, eso hubiese ocurrido. Era necesario apoyar a las familias a ocupar de manera positiva el tiempo de los niños y bajar el nivel de estrés”.


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