Fiscalizaciones de la Sundde agudizan escasez en supermercados

Los productos cuyos precios fueron rebajados a lo acordado en el plan 50 desaparecieron de los anaqueles “hasta nuevo aviso”. Empleados de algunos automercados indicaron que la reposición se hace cuesta arriba.

Caracas. Durante la última semana las fiscalizaciones de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), se han intensificado en contra de pequeños y grandes comercios. En el caso de los supermercados, los escrutinios se enfocaron en cumplir con la lista de los 25 precios “acordados”, pues según los trabajadores, el resto de los artículos quedaron al mismo precio.

Según las noticias difundida a través de su página web, la Sundde fiscalizó algunos establecimientos de las grandes cadenas de supermercados sin especificar los detalles. Crónica.Uno hizo un recorrido por algunos locales de estas cadenas para comprobar el estado de abastecimiento en las mismas, una vez aplicadas las medidas de la Sundde.

En el Centro Comercial Prado de María, la sucursal del Central Madeirense N.º 10, se mantiene cerrada desde hace tres días por orden de la Alcaldía de Caracas por incurrir en supuestas irregularidades en el marcaje de precios y para realizar una revisión de su inventario. Alejandro Gómez, empleado de la empresa, quien esperaba que reabrieran, señaló que cuando llegaron los inspectores apenas había jabón y spaguetti en los depósitos.

fiscalización de precios en Prado de MaríA
Centro Comercial Prado de María.  La sucursal del Central Madeirense Nº 10 se mantenía cerrado.

Según el testimonio de un trabajador del Central Madeirense de Manzanares, al este de Caracas, esta sucursal fue fiscalizada por funcionarios de la Sundde que solo rebajaron el precio de los huevos, sal, margarina, mayonesa y otros productos incluidos en el Plan 50. Luego de la visita de los fiscales, estos productos se agotaron y no han sido repuestos.

Por otra parte, el gerente de un supermercado Central Madeirense, ubicado en Baruta, quien prefirió resguardar su identidad, señala que se encuentra a la espera de que la fiscalización llegue a su establecimiento. “Hasta los momentos, todos los fiscalizados han salido perjudicados”, señala. Además, agrega que es muy difícil mantener a flote el supermercado debido a la baja producción de las empresas proveedoras: los productos más escasos son el papel higiénico, cereales, leche en polvo, leche líquida, arroz y carnes.

Igualmente, desde hace meses, las neveras de esta sucursal se mantienen fuera de servicio por falta de repuestos y la oferta de frutas, verduras, lácteos, embutidos, pescado y carne es inexistente. La misma situación se ha extendido por varias sedes donde la oferta es reducida.

Desde enero, cuando el Gobierno impuso una rebaja de precios a la oferta de diciembre de 2017, las cadenas de supermercados sufrieron un deterioro del cual todavía intentan recuperarse. El gobierno venezolano ha mantenido regulaciones de precios —que limitan la producción nacional de alimentos— junto con un sistema de control cambiario que ya lleva 15 años y resultó insuficiente para combatir la escasez. La importación de productos por parte de empresas privadas ha mantenido en los anaqueles rubros como pasta, arroz, azúcar y otros a un precio que fluctúa según el mercado negro de divisas.

Por esto, el poder adquisitivo del venezolano quedó relegado a los índices de inflación, mientras la producción nacional de bienes y servicios sigue en picada. “Pan para hoy y hambre para mañana” es una frase que se repite en el marco de estas la fiscalizaciones.

Fotos: Reymar Reyes.


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