De acuerdo con el líder comunitario, Fabelio Vivas, en la zona existen al menos tres bandas de grupos de choques, quienes, según vecinos, se pasean por el sector con sus armas “para intimidar”.

Caracas. Vestimenta roja o verde y un bolsito de lado es la indumentaria que caracteriza a los presuntos grupos armados que se pasean a bordo de motos en pleno bulevar de Catia, al oeste de Caracas.

Apenas llegan a un comercio que oferte productos de la cesta básica, deciden controlar la cola. Tanto dueños como compradores se hacen de la vista gorda y prefieren hacer caso, pues existe el temor de que dentro de sus bolsos porten algún arma y las cosas pasen a mayores.

De acuerdo con habitantes del lugar, en más de una ocasión a varios de los integrantes de estos grupos de choques se les puede ver con sus armas a plena luz del día. Mientras en las paredes de varios comercios se leen grafitis que invitan a votar por uno de los grupos, llamado Tupamaro.

Según Fabelio Vivas, líder comunitario y trabajador social en la zona de Plaza Sucre, en Catia se cuentan al menos 3 grupos armados, quienes se reparten y controlan los territorios del sector. Y pese a colocar las denuncias, estas nunca pasan del recibidor.

Son grupos paramilitares al servicio del Gobierno, mientras hay otros que se encargan del bachaqueo en la zona. Lo increíble del caso es que en ocasiones, los propios funcionarios policiales son miembros de estos grupos, pues cuando se les piden identificaciones, muestran carnet del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), por lo que las denuncias se quedan ahí, mientras los vecinos viven atemorizados, relató el trabajador social.

El dueño de un local contó, bajo anonimato, que estos grupos confiscan productos y comidas que llegan a los comercios, al tiempo que se encargan de organizar las colas, sin aceptar las quejas de los compradores, quienes obedecen por obligación.

Vivas detalló que, presuntamente, estos grupos confiscan los productos para luego venderlos con sobreprecio en pleno bulevar del sector. Un ejemplo de ello es la avenida Washington de Pérez Bonalde, cerca de la plaza con el mismo nombre.

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A lo largo del lugar, tanto hombres como mujeres muestran los productos sobre bolsas negras en el piso, toda vez que entre gritos y murmullos dan a conocer el precio de la mercancía: un kilo de harina precocida de maíz en Bs. 10.000; 500 gr. de pasta en Bs. 6000; un kilo de leche hasta en Bs. 20.000. Todo en efectivo y con funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) a escasas dos cuadras.

Hilda Lander, vecina, relató que en ocasiones las bandas extorsionan a los dueños de comercios a cambio de ofrecer “seguridad”. Sin embargo, Vivas detalló que muchas de estas bandas armadas han estado relacionadas con delitos y crímenes organizados, tales como secuestros y venta de drogas.

El pasado 16 de julio, Xiomara Escot fue asesinada por presuntos grupos de choque del Gobierno, mientras participaba en la consulta popular convocada por la oposición. En el tiroteo otras tres personas resultaron heridas, quienes fueron trasladadas al Hospital de Los Magallanes de Catia.

Estos grupos cuentan con la protección del Gobierno, pues de esta manera pueden mantener el control de la sociedad y fungen como un Estado paralelo, pues no hay control policial. Lamentablemente, esto resulta en la resignación y temor de los vecinos, quienes prefieren mantenerse callados, ya que si ellos están armados ¿quién se atreve a enfrentarlos?, sostuvo Vivas.

Foto referencial: Luis Miguel Cáceres


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