La ausencia del recurso sigue atormentando a la mayoría de la población, habitantes del Litoral Central aseguran que las autoridades regionales parecen estar más pendientes de los atractivos playeros y recreativos para el asueto de Semana Santa, que recién comienza.
La Guaira. Al tiempo que se profundizan las fallas en el servicio de agua y disminuyen los puntos de vacunación contra el COVID-19 en el Litoral Central, el gobernador José Alejandro Terán adelantó su aspiración de que más de un millón de temporadistas visiten las 64 playas aptas en la entidad durante el asueto de Semana Santa.
Durante la campaña electoral de noviembre de 2021, Terán anunció un sistema de extracción del recurso desde el Parque Nacional El Ávila. Sin embargo, todo ha quedado en promesas, lo que nuevamente deja a 650 mil habitantes con pocas opciones de disfrutar de este servicio básico ante el arribo de miles de visitantes, sobre todo de la ciudad de Caracas.
De ahí que en los días de Semana Santa, no pocos sospechen que el agua sí llegará a los balnearios playeros y sitios como la Cinta Costera, un boulevard de 2,8 kilómetros entre Punta de Mulatos (La Guaira) y el sector Álamo (Macuto) que se ha convertido desde 2018 en el epicentro gastronómico y de atracciones musicales de la entidad federal.
“Eso lo puedes escribir, como también que seguiremos recogiendo agua del mar si es necesario, porque esta escasez nos tiene la vida de cuadritos”, comentó Rommel Alvarado, residente del sector Llano Adentro en La Guaira, donde no reciben el líquido desde diciembre del año pasado.
Detendrán a los que porten armas
En la celebración de la Semana Santa, un total de 2.524 funcionarios de las policías regional y municipal ejercerán labores de patrullaje y orientación a los turistas, a través de 60 vehículos, 30 bicicletas y 130 motos.
Para el resguardo de vidas en los balnearios y contrarrestar las imprudencias de los conductores, habrá decenas de salvavidas en las playas, ocho lanchas, tres grúas y un helicóptero de rescate, además de decenas de tachas reflectivas (ojos de gato), reductores de velocidad, conos itinerantes, demarcaciones y alcabalas móviles en avenidas y carreteras.
No bajaremos la guardia con el alcoholímetro y sepan que los que tengan armas ilegalmente, los llevaremos ante el Ministerio Público, porque La Guaira es un territorio de paz”, aseveró Terán.
No especificó si las sanciones se basarán en la Reforma de la Ley de Convivencia Ciudadana, vigente desde febrero de 2021 y cuyos montos pecuniarios quedaron rezagados desde la última reconversión monetaria. En ese particular, la multa por conducir en estado de ebriedad alcanza los 90 bolívares ($20).
Estas acciones preventivas de los cuerpos de seguridad abarcan también a los actos litúrgicos en templos e iglesias, así como las concentraciones populares, características de este tiempo de reflexión cristiana.
Este Domingo de Ramos 10 de abril, habrá una bendición especial de las palmas en la Plaza José María Vargas y la tradicional procesión hasta la Catedral San Pedro Apóstol, informó el párroco de La Guaira, Abelardo Bassó.
También se realizarán actividades en la Iglesia de la Ermita del Carmen, que aunque no ha sido recuperada totalmente desde el deslave de 1999, tiene una significación histórica, valorada por grupos de defensa del patrimonio y por supuesto, por los habitantes de La Guaira colonial.
Allí, en 1842, reposaron los restos mortales de El Libertador Simón Bolívar, tras su llegada de Santa Marta (Colombia). “Desde hace tres años, estamos haciendo algunas actividades de nuestra parroquia en la Ermita del Carmen, la tenemos presente”, agregó Bassó.
En torno a estos eventos de la Semana Santa, el gobierno local ha coordinado con la Diócesis de La Guaira que en los lugares santos se promueva entre los fieles el uso del tapabocas. Sin embargo, el distanciamiento social podría ser una tarea complicada, ello sin olvidar que los puntos públicos de vacunación contra la COVID-19 han disminuido desde principios de este año.
A diferencia de las fiestas de Carnavales, en la Semana Mayor no se habilitaron espacios de inoculaciones en playas y otros sitios de grandes concentraciones de personas.
“En la gobernación andan pendientes de la pachanga en las playas y la cinta costera. Por eso, tuve que ponerme la tercera dosis en Caracas”, puntualizó Ada Méndez, habitante del barrio San Antonio en Naiguatá.
Aunque el guaireño de a pie sufre las consecuencias de la falta de agua y el descenso de puntos para inmunizarse contra el coronavirus, el mandatario regional insiste en proclamar que este será el destino turístico más preferido de Venezuela, “como ha ocurrido en los últimos cinco años”.
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