Alberto Chaparro, en conjunto con Eduardo Blanco y Ramón Cardoza, vecinos del sector El Araguaney, en la parte alta de La Vega, excavaron una pequeña gruta en homenaje al Dr. José Gregorio Hernández. Este 30 de abril se cumple un año de su beatificación.
Caracas. Nancy German, esposa de Alberto Chaparro, sufre de asma. Durante el 2021 Nancy tuvo varios ataques. Algunos requirieron que Alberto la llevara a hospitales para que le practicaran nebulización. Se sentía desesperado esos días.
Un domingo, para despejar la mente, Alberto aprovechó que su esposa se encontraba estable y salió a jugar dominó con otros vecinos. En medio de la partida uno de ellos le comentó a Alberto: “Sabes que van a beatificar a José Gregorio Hernández”.
En ese instante Alberto pensó en construir una gruta, en su honor también y para pedirle por la salud de su esposa, quien a partir de ese momento no ha tenido más ataques fuertes de asma.
Alberto es un hombre de mediana estatura, piel morena y cabello negro. Tiene 59 años de edad. Desde niño, gracias a las costumbres religiosas de su familia, ha sido devoto del doctor José Gregorio Hernández. Devoción que demuestra con retratos del beato venezolano en las paredes y figuras puestas sobre repisas de su habitación. Alberto, como otros tantos venezolanos, celebró hace un año la esperada beatificación del “médico de los pobres”.
El viernes 30 de abril de 2021 la feligresía venezolana vio concretada la beatificación de José Gregorio Hernández, luego de que la Iglesia católica venezolana iniciara el proceso en 1949. En 1972 el Vaticano declaró a Hernández siervo de Dios y en 1986, bajo la gestión del Papa Juan Pablo II, fue declarado venerable.
Con motivo de la celebración, en las calles de Caracas se pintaron murales, se colgaron pendones y en la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, donde reposan los restos de José Gregorio Hernández y fueron exhumados antes de la beatificación, se develó un monumento en su honor. En las comunidades también encontraron la manera de celebrar la esperada subida a los altares.
Una gruta es una excavación de una cavidad dentro de una formación rocosa, muy presentes en zonas populares y en carreteras de Venezuela. Alberto, en conjunto con sus vecinos Eduardo Blanco y Ramón Cardoza, aprovecharon que frente a los edificios de El Araguaney, una urbanización de la parte alta de La Vega, existe una montaña formada de roca caliza, en la que excavaron una pequeña gruta en homenaje al Dr. José Gregorio Hernández.
—Mira, ¿qué vas a hacer ahí?, preguntaban los vecinos a Alberto.
—Una gruta para el doctor José Gregorio Hernández.
—¡Ah! ¡Qué bueno!, me encanta esa idea.
La excavación comenzó un día en el que por fin entre los tres lograron ponerse de acuerdo. Con guantes y picos formaron la cavidad, que luego sellaron con un poco de cemento y recubrieron con cal blanca. A los lados soldaron dos vigas que sostienen la parte del techo, el cual decoraron con piedras. También instalaron varios bombillos que se encienden junto con el alumbrado público de la comunidad. En esos trabajos, Alberto, Eduardo y Ramón tardaron varios días.
La construcción también incluyó la formación de varios escalones entre las rocas de la montaña para que los devotos de La Vega pudieran subir y acercarse hasta la gruta. A un costado, los tres vecinos también armaron un pasamanos con tubos que les donaron otros habitantes de la zona.
Finalmente, cuando el espacio estuvo listo, entre todos metieron en el centro de la gruta una figura de José Gregorio Hernández, vestido de blanco y con su característico sombrero. Todo lo que está allí fue donado por los vecinos: la figura, los adornos, las flores, la imagen del Divino Niño y de San Miguel Arcángel que acompañan al famoso médico venezolano.
Desde que la gruta está allí, los vecinos de la comunidad El Araguaney se acercan y suben por los escalones de piedra para rezar, prenderle velas, poner flores, hablar entre ellos o simplemente quedarse por algunos minutos conversando con la imagen de José Gregorio Hernández.
A raíz de esta primera gruta, vecinos de otros bloques de El Araguaney también se entusiasmaron y construyeron una gruta que, aunque muy parecida a la primera, se diferencia por tener una especie de balcón con barandas de palos y sillas, donde de vez en cuando las personas se sientan a pasar el rato.
La iniciativa fue de nosotros, pero la gruta es de toda la comunidad. Entre todos pusimos un granito de arena. Hasta mi nieta colaboró. Ella fue la que hizo el cuadro en el que está pintado la oración del siervo de Dios”, comentó Alberto.
Esta es una comunidad muy tranquila en donde somos muy devotos al Dr. José Gregorio Hernández. La mayoría son mujeres de la tercera edad que se sientan allí a conversar entre ellas”, comentó Franyelin, habitante de El Araguaney.
Proceso de canonización
José Gregorio Hernández ahora transita el camino hacia la canonización, el último requisito que debe cumplir para ser declarado santo ante la Iglesia católica, y para el que hace falta que un nuevo milagro sea aprobado por el Vaticano. Esta nueva causa ya está en proceso y está a cargo del padre Gerardino Barrachini, vicario episcopal de la Arquidiócesis de Caracas y párroco de la Iglesia de La Candelaria.
Esta sábado 30 de abril, para conmemorar el año de beatificación, la Arquidiócesis de Caracas organizó una caminata que partirá desde la basílica Santa Teresa, a las 10:00 a. m., y llegará a la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, en donde posteriormente se celebrará una misa en honor a José Gregorio Hernández. Los organizadores solicitan a los asistentes ir con franela blanca, gorra e hidratación.
Participa en la conversación