A 102 años del fallecimiento de José Gregorio Hernández, la Iglesia anuncia posibles milagros para la canonización

José Gregorio Hernández

La causa de José Gregorio Hernández avanza hacia la canonización luego de que Gerardino Barracchini, vicepostulador de la causa, anunciara este 29 de junio que “tienen en incubadora algunos presuntos milagros preseleccionados”. Se trataría de sanaciones irreversibles e inexplicables para la ciencia que, cuando sean comprobadas por las instancias del Vaticano, permitirá llamar santo al Médico de los Pobres.

Caracas. En una de las manos arrugadas de Diana Jaimes estaba la pequeña figura de una pierna hecha en plata atada a un cordón amarillo. La tenía enrollada en su dedo índice. Con la otra mano apretaba la empuñadura de su bastón mientras esperaba que abrieran las rejas grises de la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria. Y, al fondo, veía al padre celebrando la santa misa que ya había comenzado.

Diana llegó después de las 9:00 a. m. y no le dio chance de pasar a la ceremonia. A pesar de sus 73 años de edad, decidió quedarse parada y apoyada en su bastón para esperar la próxima, planificada para las 11:00 a. m., porque quería homenajear a su beato, al doctor José Gregorio Hernández, en sus 102 años de fallecido.

Foto: Luis Morillo

La figura de la pierna que sostenía con cariño era un obsequio que desde hace mucho quería dejarle al Médico de los Pobres. Meses atrás fue imposible porque las puertas de la iglesia se mantuvieron cerradas ante las medidas de prevención de la COVID-19. La ceremonia de exhumación y la de beatificación había podido verlas a través de la televisión.

El significado de ese regalo de Diana para el ahora beato parte de un presunto milagro que le pidió cuando su hijo nació con un problema en las piernas. Según contó, en algún momento llegó a ver la imagen del Médico de los Pobres, quien le pidió que buscara agua, alcohol y gasas porque lo iba a operar. Ella se asustó y salió corriendo.

—¿Si no tienes valor para hablar con él, para qué lo llamas? —le dijo su madre en aquel momento.

A su hijo, que en la actualidad tiene 51 años de edad, lo operaron en el hospital J. M. de los Ríos y todo salió bien, pese al pronóstico médico. Desde entonces, Diana fue muy seguido al Cementerio General del Sur, donde estaban los restos de José Gregorio Hernández, y luego a la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria.

Después de Dios, mi José Gregorio, dijo Diana con lágrimas, porque sentía que este 29 de junio iba a poder estar más cerca de él, aunque en su casa lo tiene en distintas imágenes, libros y revistas.

La causa de José Gregorio Hernández avanza hacia la canonización luego de que el sacerdote Gerardino Barracchini, vicepostulador de la causa, anunciara este 29 de junio que “tienen en incubadora algunos presuntos milagros preseleccionados”. Se trataría de sanaciones irreversibles e inexplicables para la ciencia que, una vez sean comprobadas por las instancias del Vaticano, permitirá llamar santo a José Gregorio Hernández.

La Iglesia católica exhortó a aquellos que han sido beneficiados de un presunto milagro del beato a presentar toda la documentación clínica y testigos en el despacho parroquial del Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria.

Foto: Luis Morillo

José Gregorio Hernández murió un 29 de junio de 1919. Ese día se dirigía a comprar unas medicinas para un paciente y fue golpeado por un carro que conducía Fernando Bustamante, un mediano empresario próspero para la época que tenía una cadena de tiendas llamada Ópticas Bustamante.

La conmemoración de los 102 años de fallecimiento del doctor José Gregorio Hernández despertó una nueva chispa de emoción entre sus devotos. Por primera vez pudo celebrarse con culto público y la Iglesia católica dio el visto bueno para celebrar misas por su intercesión, lo que se consiguió tras su beatificación en medio de la pandemia.

A partir de la medianoche de este 29 de junio se expuso la reliquia de José Gregorio Hernández en la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, en Caracas, para su veneración y se celebraron eucaristías cada dos horas hasta las 6:00 p. m., en la que algunos vecinos de la parroquia La Candelaria se acercaron para pagar promesas, homenajear al beato y orar por los enfermos.

Foto: Luis Morillo

Cada banco de la iglesia tenía calcomanías que indican dónde podían sentarse los fieles que iban pasando poco a poco luego de desinfectarse las manos y tomarse la temperatura. Así empezaron las misas desde las 9:00 a. m. hasta las 12:00 del mediodía con la presencia de distintos sacerdotes.

José Gregorio Hernández, experto en la ciencia y excelente en la fe, se convirtió en beato el pasado 31 de abril en una ceremonia que tuvo que hacerse a puerta cerrada, ante el aumento de casos de COVID-19 en el país, en el colegio La Salle de La Colina, que fue transmitida en televisión abierta. Los fieles que ese día querían estar más cerca de él se reunieron en la plaza de La Candelaria, pese a que el templo se mantuvo cerrado.

Aunque todavía el país está atravesando la pandemia, en la iglesia de la Candelaria decidieron abrir las puertas del templo a los fieles de martes a sábado a las 5:00 p. m. y permiten visitas al altar de José Gregorio Hernández los miércoles y viernes de 9:00 a. m. a 12:00 p. m. y de 3:00 p. m. a 5:00 p. m.

reliquia José Gregorio Hernández
Foto: Luis Morillo

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