Los primeros 10 artículos del PORU se leyeron en tres mesas de trabajo, cada una con un relator y un secretario. Los grupos revisaron los resultados pero no se generó una discusión sobre los aportes comunes para que fueran reflejados en un documento público final. 

Caracas. Las reuniones para la modificación del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) de El Ávila siguen avanzando sin la presentación del diagnóstico técnico que desglosa el estado del parque nacional, requisito fundamental que debe ser cumplido por el Instituto Nacional de Parques (Inparques) previo a las discusiones para cambiar la normativa. 

Convocados en el área recreativa Los Venados, en El Ávila, los asistentes tomaron la palabra para preguntarle a las autoridades de Inparques por el diagnóstico que presuntamente poseía el coordinador de Parques Recreacionales, Ramón Campos, e inquirir la minuta de la reunión efectuada el pasado 5 de noviembre que no fue publicada en la página oficial de la institución como prometieron.

La respuesta de Hilda Ángel, coordinadora de Inparques, fue que la institución no tiene la capacidad de elaborar un diagnóstico por sí sola. Por su parte, Campos negó tener en sus manos el estudio y aseguró que la información que maneja es la suministrada por los funcionarios que están en todos los puntos de las vertientes de El Ávila.

En Galipán no hay afectaciones, el parque está protegido en un 95 %, estamos recabando datos sobre el teleférico y la carretera por la Cota Mil, sostuvo Campos.

Ante estas afirmaciones, Marlene Sifontes, secretaria nacional del Sindicato de Trabajadores de Inparques, destacó que, según la información que maneja, Galipán está afectado por tres “megaconstrucciones” con más de 300 metros cuadrados y la ruta Loma de Muerto se ha visto perjudicada con la construcción de una carretera para el teleférico de carga.

Es necesario saber el impacto que se ha generado dentro del parque y el efecto ambiental tras la inclusión de algunos deportes para saber sobre qué se va a regular, agregó la sindicalista.

Mesas de trabajo 

Los primeros 10 artículos del PORU se leyeron en tres mesas de trabajo, cada una con un relator y un secretario, para que los asistentes pudieran hacer sus propuestas y observaciones. Posteriormente, los resultados fueron leídos por cada grupo en un tiempo máximo de cinco minutos, pero no se generó una discusión sobre los aportes comunes para que fueran reflejados en un documento público final.

A juicio de Carlos Molina, habitante del poblado autóctono de Galipán, en la discusión técnica que sostienen es necesario agregar un debate político debido a que considera difícil discutir los alcances de una norma sin tener en cuenta el contexto de políticas públicas que promueve el Estado venezolano.

 Si la discusión de la modificación se hace en el marco de la violación sistemática de la Constitución y de la norma vigente en el parque por parte del Estado y sus funcionarios, esta discusión va a fracasar, enfatizó.

Gabriel Thomas, habitante de Galipán, alertó la posibilidad de que estas reuniones se conviertan en un acto monopolizado por una visión individual de Inparques y que se pueda poner en peligro los derechos de los habitantes de los poblados autóctonos

Se espera que este miércoles 27 de noviembre se realice otra reunión en la sede de Inparques en Caracas para que los interesados lleven información relacionada con la cartografía e imágenes satelitales de El Ávila.

La institución no ha precisado cuándo será el próximo encuentro para continuar con la discusión del PORU. 

perderse en El Ávila
Foto: Archivo.

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