Tanto trabajadores como vecinos denunciaron la poca presencia policial, pues en cualquier hora del día escuchan gritos de ‘auxilio’ después de un robo, e incluso disparos.

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. Cada vez que Alberto Losada termina su turno como vigilante en un edificio cercano al supermercado Día a Día en la avenida Andrés Bello en el oeste de Caracas, lo hace con el corazón en el pecho. Son tantos los robos que ha presenciado que recibe a los desconocidos con las manos arriba, dispuesto a entregar todo lo que tenga.

Desde su pequeño puesto, escondido detrás de unas rejas, Losada ya sabe hasta identificar los gritos de las víctimas cada vez que pide auxilio luego de un robo.

“Muchos están armados, y cuando los veo lo que hago es esconderme dentro del edificio. Uno quisiera hacer algo, pero no puede. Tengo impotencia, porque no hay dónde recurrir. El hampa es el que manda”, sentenció el hombre de 63 años.

Y como ejemplo contó que este fin de semana un par de motorizados robaron a una pareja que se accidentó en plena avenida, mientras pedían ayuda.

“Se le llevaron los bolsos, celulares, todo. He pensado dejar el trabajo por la inseguridad, pero necesito el dinero aunque ahorita no alcance para mucho”. Además se atrevió a asegurar que al día, puede contar hasta cinco asaltos a cualquier hora del día.

El pasado 29 junio, un presunto delincuente identificado como José Antonio Canguri González, falleció; y su compañero, Eliberto Gutiérrez Díaz, cayó herido en plena avenida (a la altura del supermercado Día a Día) mientras atracaban una camioneta que cubría la ruta Casalta-Chacaíto-Cafetal.

Alexader Ramírez, conductor de la línea Ortopédico Infantil, indicó que según lo rumores de sus compañeros y trabajadores de la zona, los delincuentes habían robado otra camioneta antes del suceso.

“Da la casualidad que en la camioneta había un funcionario y cuando los malandros bajaron, les disparó. Ese día todo estaba congestionado, porque tardaron en recoger el cuerpo”, comentó.

Los asaltos en las camionetas que pasan por la avenida son frecuentes, pues según un conductor de la línea El Cementerio-Carmelitas los choros se aprovechan de subir en los semáforos, para asaltar a los pasajeros a mano armada y piden que cierren las puertas de las camionetas.

Más de uno se atreve a decir que muchos de ellos provienen de los barrios cercanos, como Pimto Salinas, ya luego de cometer los atracos se bajan en la plaza Andrés Bello.

Ramírez contó que, normalmente, los delincuentes observan quiénes andan con sus celulares para cazarlos en las calles o en las camionetas.

Los taxistas también tienen sus cuentos. En enero a Arnaldo Reyes lo apuntaron con un arma en la cabeza para pedirle el celular de la pasajera. “Nos persiguieron por la avenida y cuando paramos me apuntaron a la cabeza para que la muchacha entregara el celular”, recordó.

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El pasado 29 de junio, un presunto delincuente falleció luego de atracar una camioneta frente al supermercado Día a Día

Evitar salir por la delincuencia

Desde hace 14 años la señora Leonor Santos vive en la avenida Andrés Bello, pero del año pasado para acá se guarda temprano en su casa, y lo piensa dos veces antes de salir a realizar la cola por comida los martes, el día que le toca.

“Debería salir a las 5:00 am para hacer la cola, pero me da miedo salir tan temprano, porque en las esquinas roban con cuchillos al que pase. Le pido a una amiga que me acompañe, pero es ponerla en riesgo a ella también”, relató la señora con voz de preocupación, pues cada semana le toca decidir si arriesgarse en la búsqueda de alimentos.

Por esto, trabajadores y vecinos piden que haya un policía y cámaras de seguridad en cada semáforo para que los motorizados respeten las señales, igualmente ubicar un alcabalas a lo largo de la avenida.

Fotos: Mariana Mendoza


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