Eugler Narváez, después de pasar casi una década sin soltar las amarras, decidió aceptar el pedido de que capitaneara la embarcación Don Rafa Junior para ir a Los Roques. Pero la nave se incendió y naufragó con 24 personas a bordo, de las cuales 23 han sido rescatadas. Se encuentran en el ambulatorio de esta isla a la espera de ser trasladados a la isla de Margarita.

Porlamar. Eugler Narváez, de 57 años de edad, analizó muy bien la propuesta de capitanear la embarcación Don Rafa Junior, y luego de pensarlo un poco accedió a retomar sus faenas en altamar. Había pasado casi una década de no soltar las amarras para irse a la mar.

Y es que la fortuna le jugó una mala pasada. El buque que salió del puerto pesquero de Chacachacare, isla de Margarita, con destino a Los Roques, con 24 personas a bordo, no llegó a su destino.

Narváez partió rumbo a Los Roques para buscar pescado y le solicitaron que en calidad de apoyo trasladara a esa isla a representantes del equipo de Gobierno del Territorio Insular Francisco de Miranda, a firmar un convenio de negociación con el Consejo de Pescadores Santa Bárbara, sobre pescado y langosta, a propósito de la apertura de la temporada de esa especie marina.

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De esta experiencia le quedan a  Eugler Narváez huellas psicológicas y quemaduras por la exposición al sol. Foto: Cortesía

Pero la embarcación zozobró y fue este martes 21 de septiembre cuando se concretó el rescate de la mayoría de los tripulantes y pasajeros.

La mañana de este miércoles, 22 de septiembre, Narváez hizo el primer contacto con su hija Eurys, para calmar la angustia de la familia que lo espera ansiosa en su casa del sector Buenos Aires, en la población de Boca de Pozo, municipio Península de Macanao, Nueva Esparta.

Narváez le narró a su familia que, desde el domingo 19 de septiembre, a las 6:00 a. m. como viejo lobo de mar, se percató de que algo andaba mal en el motor de la amplia embarcación que tenía en sus manos.

Sintió un ruido en la turbina del motor una vez que había finalizado con la rutina higiénica de cepillar sus dientes. En fracciones de segundos el área se prendió en llamas y alcanzaron al motorista Arquímedes Marval, que reside en Punta de Araya, estado Sucre.

El pánico cundió entre la tripulación y los pasajeros a bordo del Don Rafa Junior que esperaban arribar al Gran Roque, en la isla Los Roques, pero de acuerdo con sus coordenadas estaban al parecer más cerca de La Orchila. Aunque en un principio se dijo que el naufragio se produjo entre La Tortuga y Los Roques, de acuerdo con la versión preliminar que manejaba el comandante de ONSA.

Al ver las llamas extenderse por el bote, desde ese momento no lo pensaron dos veces y se lanzaron al mar en improvisadas tablas de salvación. Narváez, al igual que sus compañeros de infortunio, siempre se encomendó a San Rafael, patrono de su pueblo, pero también a la Virgen del Valle, a quien siempre rinde tributo, como buen margariteño y oriental.

Eugler Narváez solo conocía a Cristhian Narváez, uno de los marinos, que es familiar cercano. Fue él, Cristhian, quien le recomendó y animó a retomar las faenas, a sabiendas de la experiencia como capitán en diferentes embarcaciones de la zona peninsular.

Mi papá no tiene necesidad de trabajar. Primero, porque es diabético y solamente ve por el ojo derecho, pero la experiencia y su terquedad lo llevaron a pasar esa tragedia. Ese va a ser su primer y último viaje en esa embarcación y todas. No le complaceremos más caprichos de ese tipo”, recalcó la hija de Narváez.

Milagros de sus santos

La familia de Eugler Narváez no se cansa de agradecer a Dios por hacerle el milagro de regresarlo a casa con vida.

Contó a sus parientes que de esa tragedia solo le quedan huellas psicológicas y algunas quemaduras por la prolongada exposición al sol del domingo y lunes antes de ser salvado en altamar junto con las otras 22 personas que también sobrevivieron a la zozobra del barco pesquero que mantuvo en vilo al país durante unas cuantas horas.

Mi papá me dijo que llegó un momento en que pensó que no regresaría a la casa, pero que se aferró a San Rafael y a la Virgen del Valle, a quienes imploró por él y por todos”, apuntó.

Este miércoles, tanto el capitán como el resto de la tripulación, junto con los 13 pasajeros, fueron chequeados en el ambulatorio Petra María Marcano, ubicado en el Gran Roque, y de acuerdo con los resultados decidirán cuándo los enviarán a Margarita por vía aérea.

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Al ambulatorio Petra María Marcano, ubicado en el Gran Roque, fueron trasladados los sobrevivientes del naufragio. Foto: Cortesía

Por los momentos, las familias de los marinos que residen en las poblaciones de Las Hernández, Las Guevara, municipio Tubores, al igual que los que habitan en Boca del Río y Boca de Pozo, en Península de Macanao, esperan su llegada a tierra margariteña para celebrar la nueva oportunidad que les brindó la vida, luego de un naufragio que pudo costarles la existencia a todos.

Aún falta por rescatar a Arquímedes Marval. Y, por eso, las labores de búsqueda y salvamento continúan de acuerdo con el testimonio de algunos de los pescadores de Los Roques, que fueron los que pusieron a salvo a más de 14 personas del naufragio. Entre ellos, a Esmer Ordaz, que se salvó de morir ahogado porque se aferró a la tapa de una cava para flotar. Era uno de los viajeros y no aparecía en la lista que reposa en poder de las autoridades marítimas con las identidades de los tripulantes y pasajeros. Fue ayudado por los pescadores de Los Roques.

También han participado en estas labores: ONSA, la Armada, Guardia Costera y helicópteros.


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