Pese a la cantidad de ofertas en las ferias de útiles escolares de Caracas, comprar los materiales solicitados en las instituciones educativas privadas o públicas se ha hecho cuesta arriba para muchos padres y representantes, quienes optaron por distintas alternativas para poder asumir dicho gasto.
Caracas. “De alguna forma tenía que comprar los útiles de mi hija. Por eso busqué unas cosas que tenía en casa sin usar y me dije: haré una rifa”, recuerda Nuri. A una semana del inicio de clases del período escolar 2023-2024, esta madre espera vender los últimos números que tiene, para comprar la lista escolar de su hija.
No tiene trabajo. La única ayuda económica que recibe proviene de la pensión de sus padres y $80 que su hermano envía mensualmente desde el exterior. Por esa razón, solo ofreció como premio un juego de vajillas y cinco ensaladeras.
“Todo lo que llega a la casa se va en comida. Aunque he intentado buscar otra entrada de dinero, se me ha hecho imposible. Estuve buscando empleo todas las vacaciones escolares y no tuve éxito. Me imagino que porque todavía soy estudiante”, lamenta Nuri, quien cursa el cuarto año de Medicina en la Universidad Central de Venezuela.
La madre cree que no venderá todos los números. Sin embargo, espera que sean los suficientes como para poder comprar la mayor parte de los útiles. Admite que no ofrecer artículos atractivos en la rifa, como un teléfono celular o comida, hace que la gente no tenga interés.
“Yo sé que los premios no son atractivos, porque no son cosas que llamen la atención, pero era lo que estaba en nuestras manos para ofrecer Por lo menos quisiera comprarle lo una franela, una chemise y un mono. Los zapatos y bolso serán los mismos del año pasado”, dice.
En cuanto a la lista de útiles, calcula que, por los precios que ha visto en ferias escolares, podría costarle unos $150 dólares. Insiste en que hay productos económicos, pero no quiere darle a su hija, quien está próxima a cursar primer grado de primaria, útiles de mala calidad.
Agrega que anteriormente todos los gastos de su hija eran compartidos con el padre de la niña. “Ese era el acuerdo, pero desde hace un año que no se manifiesta, por lo que los gastos me quedaron solo a mí”.
315 salarios mínimos
Un estudio presentado por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), el 12 de septiembre, muestra que se necesitan 315 salarios mínimos, de 130 bolívares, para adquirir la lista de útiles escolares con textos y uniformes incluidos. Por esa razón, para muchos representantes se ha hecho cuesta arriba comprar la totalidad de materiales solicitados.
Las escuelas públicas, en su mayoría, se abstienen de pedir lista escolar, por lo que en un escenario ideal, la educación pública sería idónea para quienes sobreviven son el salario mínimo en Venezuela. Pero, para muchos padres y representantes representa un gasto mayor a largo plazo debido a la baja calidad educativa.
Por esta razón, Yessika Abreu, madre soltera de tres hijos, de 15, 11 y 5 años de edad, decidió cambiar a todos sus hijos a instituciones privadas, todas situadas en Lídice, La Pastora.
“Mi hijo de 11 años era el único que estaba en colegio público, pero quiero que tenga una buena preparación en bachillerato, sin tanta ausencia por parte de los docentes o servicios básicos que conllevan a que pierda tantos días de clases”.
El único problema para Yessika, es que esa decisión significaba comprar una lista escolar más. Después de solicitar varias cotizaciones llegó a la conclusión de que, como mínimo, tendría un gasto de $150 por hijo. La opción para lograr su meta y reunir la totalidad de lo solicitado sería hacer una rifa.
“El año pasado hice una rifa con un amigo y nos fue muy bien. Así que después de tanto pensar se me ocurrió hacer una de electrodomésticos, que es algo que a la gente le llama la atención”.
Yessika es analista administrativa en una constructora. Aunque está conforme con su sueldo, los gastos de alquiler, colegio, tareas dirigidas, guardería y pasajes hacen que las ganancias se vuelvan “nada”.
“El papá me ayuda con los gastos de uno de los niños. El resto corre por mi cuenta”, revela.
Es por ello que para el pago de las mensualidades del colegio pidió un préstamo en su trabajo. El adeudo le será descontado del monto recibido en las utilidades.
La madre agradece a su madre y a su tía porque le ayudaron con algunos materiales de las listas escolares. “Si no toda la ganancia sería para lista, pero si vendo los 100 números, podré comprar uniformes”, expone.
“Falta una semana y no tengo nada”
Belén Fernández sostiene que en el liceo de su hijo, cercano al sector José Félix Ribas, de Petare, no piden lista escolar. Pese a esto, los uniformes sí son obligatorios, al igual que los $7 que solicitan como colaboración para impresión de boletas y “otros gastos”.
También debe entregar 12 libretas. El resto de materiales son pedidos a medida de que avanza el año.
Ya por experiencia uno sabe que hay cosas que piden y necesitan, como láminas de papel bond, los lápices, sacapuntas hilo, agujas, telas y papeles surtidos”, apunta.
El problema para Belén es que gana $70 dólares mensuales, que si bien, representan más que el sueldo mínimo, apenas y le alcanzan para vivir y costear los gastos de servicios básicos y comida para sus dos hijos.
En ciertas temporadas Belén vende donas para tener ingresos extra. “Tengo tiempo sin hacerlo porque para vender hay que invertir y yo estaba sin trabajo. Poco a poco voy a ir comprando. Lo que más me preocupa son los zapatos porque los costos no bajan de $25 y la ideales que le duren por lo menos el año. Lo que me pone más nerviosa es que falta una semana y no tengo nada. No he podido comprar nada”, resalta en referencia al inicio de clases el próximo lunes 2 de octubre.
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