Lauren Caballero, el retador de “Nicolasito” Maduro ante el Parlamento

Nicolasito Maduro

El internacionalista y candidato de Avanzada Progresista en Vargas afirma que compite contra el ventajismo del Estado, y que hay que ejercer el voto para recuperar su poder. Afirmó que los principales problemas de la entidad son la mala calidad de los servicios públicos, como la ausencia de transporte público, los apagones y el acceso al agua potable. Sostiene que desde la AN debe impulsarse una reinstitucionalización del país y una Ley de Servicios Públicos.

Caracas. Lauren Caballero se impuso la titánica tarea de vencer a Nicolás Maduro Guerra en el circuito Vargas, el hijo del presidente de la República, Nicolás Maduro, mejor conocido “Nicolasito” en las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. El internacionalista egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) nació hace 33 años en Macuto, y ha vivido toda su vida en la zona popular de Marapa Piache.

Caballero, militante de Avanzada Progresista (AP), sabe que se enfrenta al poder del Estado y no a un candidato cualquiera, por eso su campaña está centrada en el contacto con la gente y en un programa concreto para abordar los principales problemas de la entidad, como el transporte público, la electricidad y la falta de agua potable.

Asegura que una de sus virtudes es la constancia, por eso sostiene que hay que ejercer y recuperar el derecho al voto como instrumento de cambio. Ávido lector, nunca hay un último libro en su mesa de noche, y lee dos o tres al mismo tiempo. El candidato critica tanto al gobierno de Nicolás Maduro —al cual no considera una democracia—, como a lo lo que él denomina el extremismo opositor, representado por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó; la líder de Vente, María Corina Machado; el dirigente en el exilio Antonio Ledezma, así como los partidos que componen el llamado G4.

“Guaidó no tiene una política autónoma y nacionalista; él dejó todo en manos de sectores internacionales y además tomó medidas coercitivas, como las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra la población”, cuestionó.

¿Por qué decidió entrar a la política, cuál fue ese punto de inflexión o ese hecho que le motivó?

—Antes de la ingresar a la UCV yo tenía inclinaciones por los problemas de la comunidad. Una vez vi a una mujer indígena, hace 10 u 11 años, pidiendo en la calle cuando había una migración de indígenas hacia los centros urbanos, entre ellos Catia La Mar. Esas visiones de la realidad me llevaron a tener empatía. Siendo chamo, vi muchos documentales y me interesó la pobreza y su relación con la economía. Cuando llegué a la UCV, por una cuestión del destino, ingresé a movimientos de jóvenes activistas en política, era la época cuando el chavismo estaba en su mejor momento y me empecé a involucrar.

O sea, ¿era chavista en la universidad? ¿Qué cambió que ahora se opone a ellos?

—La realidad se fue mostrando, la UCV fue orientando mi visión y la situación que se comenzó a vivir en el país era un contraste muy marcado con el discurso oficial. Uno lo notaba en los voceros revolucionarios: los lujos, las camionetas, el fetichismo en el poder, la burla hacia la gente; no ejercían el poder para cambiar realidades. Esas aberraciones me hicieron darme cuenta de que ese discurso no era lo que se vendió. La realidad tumba cualquier fantasía. Por ejemplo, tener que depender de una yuca para sobrevivir, que nadie te lo cuente, sino que tú mismo los vives. Entre 2013 a 2015 se generaron unas condiciones de pobreza horrible. Yo mismo lo viví. Aquí en Vargas ocurría que por las noches pasaban pescadores con sardinas y la gente salía a comprar; ésas era las únicas proteínas que podíamos pagar, era algo generalizado. Eso contrastaba con las reivindicaciones que ellos decían defender.

¿Qué le dice a la gente que en Twitter, o en la calle, le cuenta que no va a votar porque no hay garantías y que, además, piensa que los partidos que integran la Mesa de Diálogo Nacional (MDN) son unos “vendidos y colaboracionistas” y los perciben como villanos?

—Hay descontento generalizado en la población hacia la política: chavistas, ni-ni y oposición. Los ven como unos mentirosos, no solo a los miembros de la mesa, salpica también a Juan Guaidó, presidente de la AN y del gobierno interino; Henry Ramos Allup, María Corina Machado y Antonio Ledezma. La gente los ve como una estafa política. Es también un mecanismo que ha generado un sector de la propia oposición. Cuando se dio el proceso de negociación en República Dominicana y luego en Barbados, y se descalificó a todos los negociadores. La señora Machado y Ledezma le han hecho un terrible daño a la política porque destruyen la imagen de la gente; ellos son el reflejo del madurismo. El que hoy no está con las directrices de Guaidó o del sector abstencionista es tildado de traidor, calco y copia de la peor cara del chavismo y madurismo. Con relación a las condiciones electorales, en un proceso electoral se espera que el oponente sea democrático y entregue el poder si pierde. Pero en Venezuela no hay un régimen democrático y no hay Estado de Derecho. El derecho al voto y a la protesta se defienden ejerciéndolos.

 ¿Cree que hay condiciones electorales suficientes para participar el 6-D?

—Las condiciones dependen de la gente y de la capacidad que tenga el ciudadano de defender su voluntad expresada en cualquier manifestación, en este caso expresada en el derecho al voto. El cambio político profundo no va a depender de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización de Naciones Unidas (ONU) o un país, sino de los ciudadanos comprometidos, más allá de la colaboración de la comunidad internacional. Quien no sufre aquí, no lucha. Lo que no está a tu alcance es irreal.

Es candidato principal nominal circuito del estado La Guaira. ¿Cuáles son los principales problemas que hay allí? ¿Cuáles son sus propuestas en caso de resultar elegido diputado?

—Uno de los grandes problemas es el de la electricidad. Hay una falla en la termoeléctrica, la planta de Tacaoa, y los últimos datos que pude conocer es que generaban 280 megavatios, y la capacidad instalada es 1.400 megavatios. Es un absurdo. La electricidad es un problema macro, requiere ser abordada de manera nacional, ello implica una reinversión general en el sector y un acompañamiento técnico que soporte a cualquier mecanismo nacional, lo que llaman el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), una sinergia en distintos poderes. Vargas sufre la distribución del agua potable, cuando llueve, lo que sale es pantano; después de cierta hora no hay transporte público, sobre todo en las parroquias foráneas, como Carayaca, y deben amanecer en Catia La Mar, para que les den un aventón. Los terminales de pasajeros no funcionan bajo parámetros regulares y cobran de más, eso puede ser atendido con una Ley Especial de Servicios Públicos, me refiero también a la electricidad, al gas doméstico, agua potable. Muchas veces o le mandas agua a la gente o le mandas por la electricidad. Ahora hay sectores del estado en esta conversación que no tienen agua desde hace meses, como Las Tunitas, que lleva de 3 a 6 meses sin agua. En Atlántida, corazón comercial de Catia La Mar, no reciben agua. Hay un sistema paralelo con cisternas de la gobernación. Les quitan el agua a propósito para venderles el agua a los locales, porque si no tienen agua los multan, y en las comunidades deben organizarse y pagar una cisterna para varias casas. Igual otros sectores no tienen luz. Decirle a la gente que lo vamos a resolver de manera inmediata es un mentira, más allá de respaldo legislativo se requiere una acción de gobierno. Los ciudadanos tienen que pensar en cómo le vamos a dar una nueva oportunidad a aquellos que lo único que han hechos es destruirlo todo. Los candidatos del PSUV vienen aquí a hacer de turistas, y todos están en cargos de gobierno y nunca hicieron nada por Vargas.

¿Como cuáles “turistas”?

—Una pertenece a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), ¿qué ha hecho, Jazmín Reyes para que los varguenses y su vida mejore? Otro es el heredero del trono, y es el constituyente Nicolás Maduro Guerra, conocido como “Nicolasito”, quien no ha hecho nada sino culpar a otros de su mala gestión. Giuseppe Alessandrello es otro hombre que sigue órdenes del PSUV. Estamos hablando de gente que tiene años enquistados en el aparato del Estado, y que han transformado al Estado en su corporación, se olvidaron de los grandes problemas de la gente y solo hacen grandes negocios. Lo que nosotros buscamos es construir una representación para la gente de Vargas, así como el tema del control del uso de los recursos de los ciudadanos. Sin ese control el Ejecutivo seguirá robando, le quitan la comida y le dan unas migajas, cuando además le expropian sus bienes.

¿Quiénes son los candidatos “mortadela”?

—Lo primero es que todos están en la administración pública o en espacios de representación popular, como la ANC o el Concejo Municipal. Otro de los candidatos es Mario Castillo, miembro del Concejo Municipal y que aplaude lo que el gobernador y el alcalde dicen y hacen. Como cuando se irrespetó la voluntad de los varguenses y no le preguntaron a nadie, y el Consejo Legislativo le cambió el nombre al estado. También Irlanda Rodríguez, secretaria de educación de la gobernación, y habrá que ver si los maestros se sienten representados, cuando esa cara nunca ha defendido a los maestros.

¿Cómo es su campaña en el contexto de la pandemia? ¿Qué le dice a la gente? ¿Qué le comenta la gente?

—He tenido muy buena recepción. Hay una interesante relación con gente que está harta del chavismo, y gente chavista que me dice que no puede hacer campaña por mí, pero que hará campaña debajo de cuerda. No me han llamado “traidor”. No te puedo responder detalladamente, porque es mi estrategia. Lo primero es no hay que tenerles miedo a las personas, porque la gente sale todos los días a trabajar, no puedes tener miedo al contagio de la COVID-19, lo haces guardando las medidas especiales, lo cual es a veces muy difícil, para mí es necesario tocar a la persona, es parte de mi personalidad. El político que arriesga su vida no puede tener miedo a morir por representar a los ciudadanos.

Nicolasito Maduro
Lauren Caballero junto con su equipo de campaña. Foto: Cortesía

Compite contra Nicolás Maduro Guerra, mejor conocido como “Nicolasito”, el hijo del presidente. ¿Cómo enfrenta ese hecho? ¿Hay ventajismo en la campaña?

No competimos contra ‘Nicolasito’, competimos contra el Estado y todo su poder, contra la Presidencia del Estado, la Gobernación de Vargas, la alcaldía; y el príncipe heredero está aquí y no sabe la diferencia entre Naiguatá y El Junko. La alcaldía y la gobernación tienen un comando de campaña para promoverlo a él con el dinero de todos los varguenses. Eso es peculado de uso, eso es responsabilidad penal. ¿Cómo pretendes ser legislador cuando violas todas las leyes que están vigentes?.

 ¿Cómo hace una campaña sin recursos?

—Invoco al pueblo, chavistas, no chavistas, clase media, ricos, pobres, una voz combativa que los represente. Ese poder de los ciudadanos organizados es mayor que cualquier chantaje laboral o repartición de mortadela en camionetas Fortuner.

Si pudiera debatir con “Nicolasito”, ¿qué le diría?

—¿No le da pena al señor “Nicolasito” que usted no ha tenido la decencia de vivir ni una semana en el estado y hace campaña por problemas que no conoce, desde su condición de príncipe heredero?, ¿no le da vergüenza postularse en un estado en el cual no reside, y viola la Constitución, pues la carta magna establece que debe haber vivido al menos cuatro años en el circuito de manera interrumpida? Le diría lo mismo al comandante general de la Armada, Alessandrello Giuseppe, apodado “el Siciliano”.

Hace unos días, el secretario general de AP, Luis Augusto Romero, dijo que la Ley Antibloqueo sería revisada en la AN. ¿Qué les hace pensar que ustedes no serán bloqueados, perseguidos e inhabilitados como los partidos agrupados en el G4?

—Esa posibilidad existe, sin embargo, no sé qué va a ocurrir. Lo que te puedo decir es lo que nosotros vamos a hacer: intentar derogar leyes que no sean cónsonas con la Constitución y reinstitucionalizar al país, no tener poderes paralelos que no representan a nadie, y permitir el enriquecimiento de X o Y persona. Aquí ninguno se chupa el dedo y sabemos lo que estamos enfrentando y los pocos escrúpulos de algunos sectores de la política. Los hombres que cambiaron el mundo, para los anales de la historia, lo hicieron porque lograron cosas que fueron consideradas imposibles. Como la batalla de las Termópilas: 300 espartanos contra 150.000 persas. O Churchill “contra el fascismo y el totalitarismo”: nunca se rindieron. Las mujeres que pelearon y dejaron su vida por el voto en Estados Unidos, o el 18 de octubre de 1945 en Venezuela, una fecha controvertida que produjo una ruptura y le dan un golpe de Estado a Isaías Medina Angarita, pero tenía sus raíces en los mecanismos de cómo se elegía al presidente. El voto universal directo y secreto, esa fue la lucha de los adecos, y cristalizó con la caída de Marcos Pérez Jiménez en 1958. Pero no son luchas de gente que se queda quieta, es de gente que participa por sus ideas y por un proyecto de país.

La clase media los ve como un grupo de partidos que son la oposición a la medida. Y la Mesa es muy crítica con el G4 y la gestión de Juan Guaidó al frente del gobierno interino y la AN. ¿Qué le critican ustedes a Guaidó y al G4?

—La Mesa ha tenido una mala gestión mediática, como si la Mesa fuese un ente homogéneo, cuando es  diversa. Cuando Claudio Fermín hace una declaración no implica que la Mesa la suscriba. Es un grupo heterogéneo, y AP ha tenido posiciones firmes contra la judicialización de los partidos, igual que lo he denunciado yo desde mi cuenta en Twitter.

Tengo muchas críticas hacia Guaidó y el G4. Es un sector extremo, no tiene una política autónoma y nacionalista; él (Guaidó) dejó todo en manos de sectores internacionales, un político que responde a intereses que no son del país. Además, se cayó en el gran error de imponer mecanismos coercitivos que en vez de erosionar la base de apoyo del régimen autoritario, le causan un gran daño a la población —como las sanciones impuestas por Estados Unidos—, y cohesiona la épica discursiva propagandística del chavismo, todo eso terminó viéndose respaldado por la política americana hacia Venezuela.

“Intentos para impedir que lleguen buques de gasolina al país; que Citgo refine nuestro petróleo y nos envie gasolina. Eso daña es a la gente, no a quienes viven de las mieles de la política mala. A esa cúpula no los toca. Al Gobierno no le importa acabar con electricidad, el agua, el aparato productivo. Son indolentes frente al sufrimiento de la gente; la oposición que lidera Guaidó viene a ponerle la guinda al pastel con las sanciones. Pero hay alternativas, y están allí. En mi caso estoy haciendo un esfuerzo para que mis propuestas lleguen al estado y al país. Por eso usamos las redes; más allá de las imágenes y de que mi rostro sea conocido, hay información sobre las soluciones y alternativas que proponemos”.

¿Cree que la oposición que promueve el voto pueda lograr una fracción numerosa que le haga contrapeso al Gobierno?

—Espero que la gente entienda que en este momento tan difícil una de las pocas herramientas que tenemos para enfrentarnos al régimen autoritario es ir a votar, dar una demostración de rebeldía al oponernos a ellos. Si es así, habrá una representación nutrida de hombres y mujeres que defendemos la sociedad democrática. La Venezuela de hoy es invivible e inviable; hay que recuperar a la Venezuela próspera desechando los males del pasado y enterrando las aberraciones del presente.

Nicolasito Maduro
Lauren Caballero durante sus recorridos por el estado. Foto: Cortesía

¿Cuál fue el último libro que leyó?

—No tengo ningún último libro, leo varios a la vez. Estoy leyendo un libro que se llama El Parlamento de la humanidad de Paul Kennedy, y repasaba un libro sobre la historia política de Venezuela de Diego Bautista Urbaneja, desde 1899 hasta 1958. Estoy haciendo una comparación entre Rafael Arráiz Lucca, Urbaneja y un texto de que contiene varios autores, como Asdrúbal Aguiar y Teodoro Petkoff, llamado De la revolución restauradora a la revolución bolivariana.

Dígame un defecto y una virtud que reconozca en usted.

—Soy excesivamente emotivo. Eso es contraproducente en algunos escenarios, puedo ser muy pasional, no ves con cálculo y aplomo algunos temas. A veces las pasiones nublan la razón y eso hay que corregir. Una virtud es que soy muy constante en todo lo que hago.

¿A qué políticos admira?

Mis políticos vivos favoritos son Angela Merkel y Pepe Mujica. La canciller alemana, sin caer en el hipernacionalismo vulgar, ha sabido posicionar a Alemania como gran potencia económica y política en el continente europeo, asegurando calidad de vida para los alemanes. Y Pepe (expresidente uruguayo) es una prueba viviente de que es posible hacer política con honestidad y respeto por los ciudadanos, sin ensuciarse las manos y manteniendo la autoridad moral más allá del poder político. En un contexto como el venezolano, en el que los egos, los intereses personales, el discurso agresivo y amenazador, las acusaciones de lado y lado son pan de cada día, estos dos gobernantes sobresalen como guías para quienes creemos en la buena política.

Fotos: Cortesía Comando de campaña de Lauren Caballero


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