Un puesto en el Mercado de Mayoristas de Tocuyito cuesta 40 dólares; sin embargo, no tienen ningún beneficio ni un lugar digno para trabajar.
Valencia. Mayo finalizó con fuertes lluvias en Carabobo y el Mercado de Mayoristas de Tocuyito no estuvo exento de daños, pero no en su estructura, sino en mercancía.
El martes 30 de mayo, a partir de las 3:30 a. m. con el inicio de los aguaceros los comerciantes empezaron a ver cómo su mercancía peligraba.
De acuerdo con el exconcejal de Libertador, Javier Díaz, quien acompañó al equipo de Crónica.Uno en el recorrido, el Mercado de Mayoristas de Tocuyito se edificó en principio para ser un terminal de pasajeros, de ahí su peculiar arquitectura: comercios alrededor de un enorme patio abierto con cuatro andenes en donde cabrían autobuses.
Lo diseñó el mismo arquitecto que hizo el terminal de pasajeros Big Low en el municipio San Diego, principal terminal de Carabobo.
El cambio de uso del mercado influye en los actuales problemas. Según Jonathan Atencio, quien trabaja en el andén 1, ubicado en la entrada del mercado, el agua viene desde arriba en el andén 4 y corre hasta abajo.
Esa inclinación es la razón de los males, dice Atencio. “Estructuralmente está mal hecho. Fíjate que esto es como una colina. Todo inclinado, eso lo que hace es que todo el mierdero que está arriba cae con el agua y acaba allá abajo y no hay desagüe que nos ayude”.
En esta oportunidad Atencio no perdió mercancía porque tenía unas estructuras elevadas en donde puso sus productos: un poco de tomate, un poco de ajo, casabes y granos.
Pero la situación no le sorprende, ha ocurrido muchas veces. Inclusive denuncia que cuando se inundan los andenes las ratas salen. “Muerden los sacos y toda la comida”.
Higiene 0
El Mercado de Mayoristas de Tocuyito, ubicado a 12 kilómetros de la Plaza Bolívar de Valencia, dista mucho de cumplir con los reglamentos básicos de higiene. El olor a orín se despide de muchas partes, especialmente de las divisiones de los andenes.
Mira esto es una pudrición, pero es que no hay baños, entonces la gente por flojera va y hace sus necesidades ahí mismo”.
Por donde sea que se mire hay restos de comida en descomposición. Entonces el olor a orín y comida en mal estado se fusionan. Cuando el agua corre, terminan empozados todos esos desperdicios en múltiples huecos. “Las carruchas cuando pasan por ahí se dañan”, dice Atencio.
Beatriz Sánchez no reportó carruchas dañadas, pero sí los pozos tras el paso de las lluvias. “Mira, eso es todo el tiempo”. Aunque no estuvo el día del “diluvio”, como lo llama, sabe que esos huecos son un reservorio de bacterias.
Lo peor es que cuando vienen las gandolas pasan por los huecos y salpican y a veces si tú estás cerca, te mojan”.
Sobre los problemas dice que están a la vista, pero se inclina a denunciar el de los niños pidiendo. “Vienen porque los verduleros les dan comida”. Otras veces, esos mismos niños roban para subsistir. No obstante, la delincuencia en el mayorista de Tocuyito ha disminuido, pero sigue ahí.
Si el campo se para, el mercado sufre
Es jueves a las 11:00 a. m. y la afluencia del mercado es baja, no hay personas comprando y eso es porque los viernes llega toda la mercancía, comenta Sánchez, pero de igual modo las ventas están malas.
Se hace lo que se puede para sobrevivir. Mira todo el comidero perdido. La falta de gasoil tiene a todos esos productores parados. No lo digo yo porque trabajo aquí, lo veo en Tik Tok”.
A Beatriz Sánchez también se le pierde la comida, junto a ella hay varios sacos de 50 kilos de cebollas, la mayoría muy pequeñas. Esperan poder venderlas, si no dejarán que se pierda. Lo dice con una costumbre preocupante, pero es parte de su día a día, expresa, mientras uno de sus trabajadores arroja una treintena de papas al pavimento porque se les dañaron.
No muy lejos de ahí un grupo de comerciantes graba al equipo de Crónica.Uno. Una de esas personas es Gerson Flores. No precisa qué tipo de mercancía perdió, pero asegura que fueron 500 kilos.
Los precios varían, por ejemplo, el saco de repollo lo vende a $3 y el de zanahoria en $15.
Aquí lo que se pierde no se recupera, lo que hay es que seguir trabajando. Y esto es lo que yo sé, trabajar”.
Dice el comerciante que trabaja desde los 12 años en el mayorista y hoy tiene 27. A diferencia de otros trabajadores para él todo marcha bien.
Inversión que no se recupera
Pero para otros no, más aún cuando la lluvia le hizo perder 270 sacos de repollo, como le pasó a Marcos Flores. Ahí precisamente huele mal, en el andén 4, el que está más arriba.
“Aquí no importa si llueve o no llueve, aquí siempre se pierde, porque si no es por las lluvias, es por la falta de ventas. Todo ese repollero que ves ahí, me han hecho perder $1000 y solo sé que debo trabajar más para recuperarme, pero en el fondo uno nunca se recupera de esto”.
Lo dice porque nadie paga sus pérdidas, y nadie compra la mercancía que se daña, ni siquiera los que tienen cochineras. “Ellos lo quieren de a gratis”, además a final de mes deben pagarle $40 a la Alcaldía de Libertador por un puesto que es realmente un espacio sin nada.
Minutos después de la entrevista, funcionarios de la Alcaldía de Libertador que trabajan en el Mercado de Mayoristas de Tocuyito informaron al equipo de Crónica.Uno que para trabajar debían solicitar un permiso a la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI).
La ZODI, controla el mercado y también establece el cobro de entrada y salida del mercado fijado en $1, solo para vehículos. Sobre las mafias que operan en el sitio, algunos afirmaron que cobran $10 a cada comerciante.
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