Maduro le para más a oficialistas que defienden los controles que a los que sugieren plan de ajuste

Un ala del Psuv considera que se tiene que hacer un programa de emergencia económica, pero el primer mandatario aún no recibe a esos dirigentes

Mayela Armas/@mayearmas

Caracas. Luego del revés electoral del 6 de diciembre, el Presidente Nicolás Maduro anunció la instalación del Congreso Económico del Pensamiento Socialista, debido a que de esas reuniones saldrían las propuestas para superar la crisis económica, sin embargo, de esos encuentros no hubo humo blanco. Una vez finalizado el Congreso, una parte de la dirigencia del Psuv manifestó que era urgente aplicar un plan de ajuste para corregir los desequilibrios, pero otro sector decidió abogar por el modelo de controles y es a este grupo a quien el jefe de Estado está escuchando.

El 16 de diciembre se instaló el Congreso, cuya coordinación estuvo a cargo de Jesús Faría, Tony Boza y Luis Salas, y durante cinco días se realizaron reuniones privadas con el fin de evaluar la coyuntura económica y buscar salidas. El objetivo era presentar un informe al mandatario con las acciones que se debían tomar ante la caída de la producción, la elevada inflación y los problemas cambiarios.

Aunque de cara al público se intentaba mostrar consenso, en dichos encuentros los oficialistas tuvieron severas diferencias en las medidas que se requieren ejecutar, lo que impidió que se elaborara un informe con las propuestas para la superación de la crisis y lo que se llegó a hacer fue un resumen de los debates.

Pero ante las distorsiones, un ala del Psuv encabeza por el ex ministro de Petróleo y de Finanzas, Alí Rodríguez, los diputados Jesús Faría y Ricardo Sanguino y el economista, Carlos Mendoza Potellá, entre otros dirigentes, acudió a Miraflores el 21 de diciembre para sostener una reunión con Maduro, donde se presentarían las propuestas, pero el Presidente los dejó esperando.

Este sector del oficialismo considera que se tiene que aplicar un plan de emergencia económica que abarque correcciones cambiarias, reforma tributaria profunda, revisión del endeudamiento, aumento del precio de la gasolina y ajuste de  las tarifas eléctricas, medidas que ya fueron discutidas hace año y medio cuando estaba Rafael Ramírez en la Vicepresidencia de Economía. Fuentes del Psuv señalaron que además se tenía la propuesta de involucrar el sector privado dentro de ese programa. Sin embargo, el jefe de Estado decidió no escuchar.

Esa misma semana Maduro si atendió a los asesores económicos: Tony Boza, Luis Salas y Alfredo Serrano, quienes le argumentaron que las recomendaciones de los diputados y ex ministros eran “neoliberales”, y que se tenía que mantener el modelo de controles, indicaron las fuentes consultadas.

Boza es de los que sostiene que existe una “guerra económica”, que la inflación es producto de la tasa de ganancia y señala que el poder popular tiene que incorporarse en la lucha contra el acaparamiento. Serrano también aboga por los controles y está negado a devaluar.

La inacción de dos años

Los desequilibrios generados por la política económica de Chávez se reflejaron con fuerza en 2013. Maduro comenzó su gestión con distorsiones y achacó los problemas a la “guerra económica” promovida por el sector privado.

En ese período, el mandatario tomó algunas medidas puntuales como la devaluación de la moneda, la creación de un sistema alterno de entrega de dólares para complementar al Cencoex, y adicionalmente, instaló mesas técnicas con los empresarios para conocer los cuellos de botella que enfrentaban. Pero luego la venta de dólares a las industrias se recortó, persistieron los obstáculos para producir y se profundizaron los controles. Todo ello en un contexto de altos precios del petróleo.

En 2014 el deterioro siguió. Maduro mantuvo el discurso de la “guerra económica” y durante ese año asomó la ejecución de un plan de ajuste que implicaba medidas cambiarias y de precios, revisión del gasto, reforma de los impuestos y hasta aumento del precio del combustible. Al final, esas acciones no se concretaron y siguieron los recortes de dólares y las regulaciones.

Tras dos años sin programas, el 2015 empezó con severas distorsiones a lo cual se añadió la caída en los precios del crudo. Los ajustes para solventar la crisis no se vislumbraron en el transcurso del ejercicio y los problemas se acentuaron. El año cierra con una caída de la economía entre 9 y 10% y una inflación de 200%.  Aunque la crisis pasó factura en las elecciones, Maduro dijo que la derrota fue por la “guerra económica”.


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