La Unidad Educativa Nacional Andrés Bello, ubicada en el casco central de esta parroquia, tiene doliente. Su deterioro motivó el año pasado a una ama de casa y trabajadora del sector salud a organizarse junto con sus vecinos para solventar los problemas de infraestructura que dejó un incendio ocurrido el 26 de febrero de 2016. Desde ese momento comenzó el activismo comunitario de Méndez.

Caracas. El precario estado en que se encontraba el año pasado la escuela Andrés Bello, ubicada en Antímano, motivó a Mayerling Méndez a participar junto con sus vecinos en las gestiones ante autoridades gubernamentales para lograr su recuperación. Gracias a las quejas vecinales se logró una jornada de mantenimiento y limpieza el 5 de agosto del 2016.

Mayerling, habitante de Antímano desde “toda la vida”, nunca había participado en acciones comunitarias, pero decidió apoyar la iniciativa en pro de restaurar el plantel al ver las paredes chamuscadas en seis salones, la biblioteca, la dirección y la sala de informática, como consecuencia de un incendio que se produjo el 26 de febrero del 2016.

Después de denunciar por varios meses en los medios de comunicación el estado de deterioro de la unidad educativa y no conseguir respuestas, los vecinos esperaron la culminación del año escolar 2016-2017 y con palas, escobas, tobos, rodillos, yeso, cemento, materiales para soldar y pintar pasaron un fin de semana en acciones de recuperación de fachada, paredes y rejas.

Esta escuela  fue declarada por el Ministerio de la Cultura “Bien interés cultural” del municipio Libertador según la Gaceta Oficial número 39.272 del viernes 25 de septiembre de 2009. Los salones siguen en malas condiciones, los baños, los lavamanos. El colegio necesita un cariño muy grande, lo que se quemó en la entrada de la Dirección se pintó con pintura donada por la alcaldesa metropolitana Helem Fernández, por intermedio del señor Canache.

Mayerling se ha reunido con vecinos de la parroquia para debatir sobre la situación política y social del país.

Mayerling Méndez afirma que el apego y amor que siente por la escuela Andrés Bello —con más de 70 años de fundada— se debe a que su hija, sobrinos y vecinos estudiaron allí. Participó en la jornada del año pasado y ha seguido pendiente de denunciar públicamente los problemas que se producen por el deterioro de su infraestructura.

Necesitamos que nos ayuden a terminar de reparar la  institución. El tren directivo es muy bueno, no nos hemos comunicado porque apenas están comenzando las clases. Sigo pendiente de ese plantel, no lo voy a abandonar. Queremos terminar de recuperar todo el espacio de la escuela para los niños. Es un colegio emblemático que necesita de todos.

Otra preocupación de Mayerling es la situación de la salud en la parroquia Antímano y el país. Como trabajadora del complejo hospitalario Dr. José Ignacio Baldó, esta dirigente social también participa en acciones reivindicativas para el beneficio del personal que allí trabaja, así como de las soluciones de las carencias de equipos e insumos que presenta el centro asistencial.

Fotos: Cortesía


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