Melissa Arcila, de 38 años, fue asesinada de 12 puñaladas por José Gregorio Pérez, su expareja desde hace un año. El hecho ocurrió en Los Jardines de El Valle. La víctima había acudido a organismos públicos para pedir protección ante el acoso y las amenazas, pero fue ignorada.
Caracas. Desde hace un año Melissa Sidney Arcila Ruiz denunció a su agresor en Fiscalía. Ya le había fracturado la nariz en dos golpizas, pero las autoridades nunca le prestaron atención a su caso, que terminó en tragedia: su expareja la asesinó.
José Gregorio Pérez la apuñaló 12 veces con una tijera en el pasillo del edificio Unep, en Los Jardines de El Valle. Eran las 6:30 a. m. del lunes 20 de mayo. El hombre se escondió en las escaleras y cuando ella regresó de dejar a sus dos hijos en el transporte, para ir a la escuela, la sometió y la mató.
Melissa, de 38 años, trató de entrar al apartamento y en el forcejeo partió la llave de la cerradura. Luego de herirla huyó hacia la casa de unos familiares en El Valle, a quienes les avisó que la había matado y después se lanzó desde el piso 14 de residencias Savoy.
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Los vecinos de Melissa la llevaron hasta el Hospital Clínico Universitario, pero llegó sin signos vitales. Era madre de dos niños, de 12 y 7 años, y vivía sola con ellos desde hace un año, luego de separarse de José Gregorio, con quien tuvo 15 años de relación.
Sus familiares, que no quisieron revelar sus nombres por medidas de seguridad, contaron que ella lo denunció en Fiscalía, pero nunca procedió. Iban infinidad de veces al ente público, pero les decían que el expediente estaba perdido o les pedían que llevaran un pendrive en vista de que no tenían hojas para imprimir.
Confesaron que el hombre era muy celoso. La acusaba de tener otra relación y este era su motivo para golpearla y ahorcarla constantemente.
Eso fue horrible, nunca le hicieron caso en Fiscalía. Hasta le decían que tenía que sacarle sangre para atenderla, fue una perdedera de tiempo. A Melissa no la ayudaron y por eso la mataron. Pido que ayuden a las mujeres que son maltratadas porque a ella nunca la ayudaron y ahora la mataron”, exigió un familiar.
Según el informe Mujeres al Límite 2019 de la coalición En Equivalencia, el Estado no publica cifras oficiales de los feminicidios y en la última ocasión que se ofreció un dato no fue verificable, pues no hubo un informe. La Fiscalía designada por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) indica que entre agosto 2017 y octubre 2018 fueron asesinadas 93 mujeres.
El portal Cotejo.info, citado en la investigación, en 2018 ocurrieron 448 feminicidios en el país. 35 de cada 100 mujeres asesinadas ocurrió a víctimas cuyo promedio de edades es entre 25 y 45 años.
José Gregorio acosaba día y noche a Melissa desde que se separaron, aunque tenía una orden de caución. Incluso le mandaba amenazas verbales con otras personas. Sus parientes confesaron que pensó en irse del país, pero necesitaba un permiso para llevarse a sus hijos, que el padre no le concedería.
Sus padres la ayudaban económicamente porque él no le daba manutención para sus hijos. La mujer tuvo miedo de denunciar por muchos años, hasta que no aguantó los maltratos. El domingo 19 de mayo habló con su mamá por teléfono, a quien le confesó que tenía un mal presentimiento.
Era una excelente hija, la consentida de su papá, él siempre estaba pendiente de ella. Era una excelente madre, ahora sus hijos quedarán sin ella”, sollozaba un familiar en la morgue de Bello Monte.
En varias oportunidades su mamá le pidió que se fuera a vivir a su casa; sin embargo, el apartamento era de una sola habitación y Melissa le dijo que no quería incomodarlos con los niños porque no tendrían donde dormir.
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Melissa trabajaba desde hace un mes como manicurista en una peluquería en Bellas Artes. Mientras que José Gregorio vivía solo en una casa en Los Teques donde pasaba consultas de santería; algunos fines de semana se llevaba a su hijo menor. Frecuentemente el hombre se quedaba en casa de una tía en El Valle.
Allegados a la víctima comentaron que José Gregorio estuvo involucrado en la el asesinato de su hermano, hace seis años. Por este hecho estuvo preso. También fue detenido hace 20 días, en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la avenida Urdaneta, luego de que Melissa lo denunciara otra vez por su acoso, pero fue excarcelado horas después aunque tenía registro policial.
“En todos los organismos del Estado le decían cosas como: te tienes que acostar conmigo para hacer algo o hasta que no haya sangre no podemos hacer nada. La mató porque simplemente quería que se quedara con él y ella no quería estar con él”, contó otro pariente.
De acuerdo con el informe Mujeres al Límite 2019, en 58,6 % de las agresiones a las mujeres fue a manos de sus parejas actuales y en 7,7 % se trató de exparejas. En cuanto al proceso de denuncia solo 32,14 % de ellas estuvo en Fiscalía u otro ente público para denunciar.
Agregaron que el Estado continúa sin aprobar un plan de acción nacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Es responsabilidad del Ministerio para la Mujer y la Igualdad de Género formular políticas de prevención y atención de la violencia, pero este organismo no ejerce sus responsabilidades.
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