Ni viviendas ni refugios para los afectados por la crecida del Lago de Valencia

Los ciudadanos se sienten desamparados por el Estado. En sus testimonios relatan que lo único ofrecido es la bolsa de comida Clap, con una condición: que no sigan denunciando ante los medios de comunicación. Les han dicho que se refugien en escuelas o casas de familiares hasta que las aguas del lago bajen.

Maracay. La gente está asustada y cada vez que llueve, aumenta la preocupación de cientos de familias aragüeñas establecidas en las riberas del Lago de Valencia. También ha aumentado peligrosamente el nivel del cuerpo de agua, al punto en que algunas comunidades ya están inundadas. Mezclado con aguas residuales por el colapso de los drenajes y las persistentes lluvias, el lago ya alcanzó hasta un metro en las viviendas en el sector Aguacatal II en el municipio Girardot, principalmente las ubicadas en la Calle Paraíso, mientras que en la calle Los Jardines, el nivel de las aguas ha llegado a unos 60 centímetros.

Similar panorama viven los habitantes de Paraparal, en el municipio Linares Alcántara, donde desde hace dos días, los residentes han tenido que abandonar sus viviendas y trasladarse con sus pocos enseres a casas de familiares o a un salón de clases de un preescolar de la zona, intentando salvar lo poco que las aguas no han inundado y, sobre todo, sus vidas.

Quien no tuvo suerte fue Dino Joaquín Tovar Mujica, de 36 años, quien este miércoles 6 de septiembre intentaba ayudar a sus vecinos a mudar enseres en una carreta improvisada que era arrastrada por su caballo. Pasó muy cerca de un poste sumergido entre las aguas que generó una descarga eléctrica y lo electrocutó junto con su caballo. Ambos murieron entre las aguas putrefactas que circulan por la calle El Mamón, también de Paraparal.

Aquí los únicos que han venido en una lanchita son algunos funcionarios de Protección Civil haciendo una especie de censo de las familias afectadas. La única salida que nos han dado es que tenemos que irnos a casas de amigos o familiares porque no hay refugios para albergarnos, dijo molesto José Machado, habitante de Paraparal.

Y es que no hay respuesta oficial y gubernamental ante el clamor reiterativo de los habitantes de las zonas afectadas. Según testimonio de otros residentes del sector, el gobierno regional les ha dicho que no tiene recursos para atender la emergencia.

Dino Joaquín Tovar Mujica murió electrocutado este 6 de septiembre junto con su caballo mientras ayudaba a vecinos afectados a transportar sus enseres.

La última vez que protestamos —comentó una vecina que prefirió no ser identificada— nos mandaron un piquete de la policia y de la Guardia Nacional. Fue el día que ese pobre hombre y su caballo murieron electrocutados. Lo único que nos han ofrecido es que nos vayamos a dormir a las escuelas de la zona, que por cierto una de ellas, también está inundada.

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Las familias temen una catástrofe si continuan las lluvias, pero igual tienen miedo de abandonar sus casas y que se las invadan o saqueen. Mientras tanto, tienen mas de dos semanas sin servicio de agua potable, sin gas doméstico y las pocas unidades de transporte público que se atreven a circular por la zona ya resultan insuficientes para cubrir la demanda.

Nos han amenazado con no darnos la bolsas de comida del Clap si seguimos declarando y denunciando a la prensa la tragedia que estamos viviendo e inclusive, nos han dicho que ya saben quiénes son los vecinos que mandan videos y fotos a las redes sociales, comentó otro habitante de Paraparal que también pidió la reserva de su nombre.

Víctimas de estas amenazas han sido algunos periodistas y reporteros gráficos de la región, quienes fueron increpados por algunos dirigentes comunales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que los echaron del lugar luego de realizar registro fotográfico de sus rostros y sus vehículos.

Amnistía Internacional se pronunció sobre el grave problema social, ecológico y ambiental que representa el Lago de Valencia. Este reservorio endorreico, el más importante del país, ha sido represado con un muro de contención, convirtiendo sus aguas en un peligroso foco de contaminación. En las zonas afectadas por su crecida ya se han registrado enfermedades como dengue, zika, escabiosis (sarna) y alergias, así como cuadros diarréicos y respiratorios en niños y adultos mayores. Hasta los vecinos de Paraparal reportaron que una niña fue picada por una culebra. Peor aún, Amnistía Internacional señaló que se tiene información de un caso de microcefalia en una de las urbanizaciones del sur de Maracay.

Miles de familias permececen en ascuas y bajo la angustia de que sus ya precarias viviendas resulten inundadas totalmente, como la del señor Fernando Klein, cuyo hogar está ubicado a escasos 50 metros del muro de contención, en La Punta y Mata Redonda. Lo conocen como el “náufrago” porque por décadas ha tenido que “vivir entre las aguas del lago que inundan mi casa”, dijo enojado.

Acusó al Gobierno, al ejecutivo regional y a las alcaldías de lo que considera un problema de Estado en el que solo ha imperado la desidida oficial.

No duermo, mucho menos cuando llueve. El golpe del oleaje del lago nos mantiene desvelados a mí, a mi esposa y a mi hija cada noche —dijo Klein—, quien es profesor de inglés jubilado y que por años no ha recibido la indemnización ordenada por el TSJ en las sentencias 1752 y 1632 del 11 de agosto de 2006 y del 13 de agosto de 2007, respectivamente, en las que declaraba con lugar una orden de desalojo, demolición, posterior remoción de escombros y pago de la indemnización por las viviendas para todos los habitantes de dichos sectores.

Las urbanizaciones que circundan el Lago de Valencia debieron ser desalojadas hace muchos años. Pero el incumplimiento de esas dos sentencias del TSJ por parte de las autoridades regionales y nacionales se ha sostenido.

Las autoridades saben que el muro de contención que protege al sur de Maracay y zonas aledañas al lago colapsará inevitablemente bajo la presión del agua que crece cada día, sobre todo en los actuales momentos, cuando las lluvias no han cesado. Así lo han advertido expertos e ingenieros. Pero lejos de acometer los proyectos de saneamiento del Lago de Valencia prometidos por el expresidente Hugo Chávez en el Aló Presidente 218 del 2005, 12 años después, ese reservorio sigue siendo una cloaca y una amenaza.

La única salida que las autoridades han encontrado de manera “expedita” es levantar el muro de contención. Sin embargo —señaló una fuente del cuerpo de Bomberos de Aragua que pidió confidencialidad de su nombre— ese muro ya tiene más de 25 fracturas. Pese a ello, en los actuales momentos, la empresa Estructuras Nacionales Sociedad Anónima (ENSA), lleva a cabo los trabajos de elevación del terraplén en un metro más. ENSA tiene entre sus principales clientes a Pdvsa, Metro de Caracas, Hidroven y Ministerio del Ambiente, entre otros entes oficiales.

Aguacatal

Para conocer la viabilidad de estos trabajos, Crónica.Uno en Maracay estableció contacto telefónico con el geólogo José Vicente Heredia, proyectista del muro, quien prometió responder varias inquietudes sobre el tema cuando regresara a la ciudad.

Por los momentos, funcionarios de la Policía de Aragua y de Protección Civil permanecen en la zona, impidiendo que los vecinos de La Punta, Mata Redonda y La Esmeralda, entre otros sectores, así como los medios de comunicación, accedan al área en donde maquinaria pesada y un contingente de obreros cargan con toneladas de piedra y tierra para levantar un terraplén que ya evidencia cientos de cárcabas producto de la filtración permente del agua del lago.

El reclamo de los residentes de las comunidades del sur de Maracay no es distinto: exigen una solución inmediata a la emergencia latente que representa un inminente desbordamiento del Lago de Valencia. Pero la respuesta oficial para ellos también es igual a la que han recibido los afectados de otros municipios cercanos al lago: ni dinero, ni viviendas, ni refugios.

Mientras tanto, el Gobierno destinó 5 millones de dólares para ayudar a los damnificados de Texas, en Houston, luego del paso devastador del huracán Harvey y recién envió 10 toneladas de enseres, entre ellos, agua mineral, medicamentos y material descartable para Antigua y Barbuda, isla que fue afectada gravemente por el paso del huracán Irma.

Fotos: César Bracamonte | Video: Gregoria Díaz


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