En la Unidad de Diálisis de Valencia Sur no hay agua potable y están dañados los aires acondicionados. Mientras que en Monagas, en la unidad de Diálisis Care de Venezuela piden insumos y hasta cloro a los pacientes. Desde hace 11 meses no ha llegado ningún inmunosupresor a esta entidad. Algunos pacientes que son atendidos en la unidad de diálisis del Hospital Manuel Núñez Tovar no han podido acudir a dializarse debido a las restricciones viales por la cuarentena. Tienen que enseñar el catéter y los informes médicos para intentar que les permiten el paso.

Carabobo/ Monagas. Los pacientes renales de Carabobo y de Monagas deben sortear una serie de obstáculos que van desde las fallas de los servicios públicos, pasando por la falta de medicinas e insumos en los centros del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), hasta el impedimento de circular libremente para cumplir con sus tratamientos de diálisis.

En Carabobo, este  jueves pacientes renales manifestaron en la Unidad de Diálisis Valencia Sur, ubicada en Santa Rosa y dependiente del IVSS, porque no cuentan con agua potable ni aires acondicionados, lo que ha ocasionado la reducción de horas en el tratamiento. Solo están funcionando 19 máquinas de diálisis, porque una está descompuesta.

Ernesto Velázquez sostuvo que el tratamiento de diálisis es de unas cuatro horas, sin embargo, por la contingencia, prestan el servicio en tres horas. Asimismo, denunció que no cuentan con catéteres para nuevos pacientes y tampoco para remplazar los que se dañaron, porque no se consiguen.

pacientes renales
La falta de agua en la unidad de diálisis en Valencia ha ocasionado que reduzcan una hora de tratamiento. Foto: Leomara Cárdenas

La falta de agua y de aires acondicionados son un caldo de cultivo para la proliferación de bacterias, lo que pone en riesgo la salud de los 60 pacientes que se dializan en ese centro.

Velázquez destacó que tampoco están recibiendo las vitaminas y medicamentos de forma permanente, sino intermitente, lo cual afecta su salud, porque se les bajan las defensas.

Ante este escenario, los pacientes renales exigen a las autoridades nacionales que solventen lo más pronto posible la falta de agua potable y reparen los aires acondicionados; además, que haya regularidad en la entrega de los medicamentos que requieren.

Alfredo Cáceres, coordinador de Amigos Trasplantados de Venezuela en Carabobo, reveló que la unidad ubicada en la avenida Lara tiene la planta eléctrica dañada, tampoco cuenta con agua ni insumos médicos. A la Unidad de Diálisis San José de Tarbes se le dañó la planta de ósmosis, por lo que los pacientes están siendo sometidos al tratamiento a cuenta y riesgo, con agua de mala calidad.

En referencia a la Ruta del Riñón, implementada desde el 15 de abril por la Gobernación de Carabobo con 15 unidades de transporte, a la fecha solo están funcionando dos, y una de ellas ya está presentando fallas, denunció Cáceres.

Indicó que en Carabobo hay 700 pacientes renales, que ven mermada su calidad de vida por las fallas de servicios públicos y falta de medicamentos.

En Monagas se replica la situación

En la unidad de Diálisis Care de Venezuela (perteneciente al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales), ubicada en la avenida Fuerzas Armadas de Maturín, la situación con los insumos y las máquinas ha ido empeorando con el paso de los meses.

Ahí asiste mi papá. Quien lo acompaña es mi hermana, pero conozco la situación. Hay camas que se han dañado, a veces piden y piden insumos y hasta cloro para desinfectar las máquinas, cuando eso deberían tenerlo ahí. Hay 140 pacientes y solo 24 camas disponibles”, detalló Gerardo Peñaloza.

No solo en Diálisis Care hay carencias, en la unidad del Hospital Central de Maturín los pacientes  renales aseguran que deben llevar desde guantes hasta jeringas para garantizar su atención

Trasplantados tienen 11 meses sin recibir Tacrolimus

Aproximadamente 11 meses llevan los pacientes trasplantados sin recibir el tratamiento a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Mayerling Naranjo, coordinadora de Amigos Trasplantados en Monagas, aseguró que no está llegando ningún tipo de inmunosupresor, medicamentos que necesitan para evitar el rechazo del órgano implantado.

Desde hace 11 meses no recibimos Tacrolimus ni los demás medicamentos que necesitamos para vivir. Normalmente llegaban de dos a tres inmunosupresores, pero ahora no llega ninguno. El gobierno les echa la culpa al imperio y al bloqueo económico. Dos pacientes regresaron a diálisis por la falta de tratamiento y en diciembre murieron dos por esta misma causa”, destacó Naranjo.

En Monagas hay 18 pacientes trasplantados, 13 de ellos necesitan Tacrolimus para continuar su tratamiento y mejorar su calidad de vida, el resto toma otro tipo de inmunosupresores. Tacrolimus tiene un costo de 450 dólares para un mes. Hay quienes deben invertir hasta 1500 dólares para cubrir todo el tratamiento.

En cuanto a los pacientes que acuden a la unidad de diálisis del Hospital Manuel Núñez Tovar, Naranjo detalló que por la cuarentena algunos no han podido acudir a dializarse.

“Las diálisis normales son tres o cuatro veces semanales, con la cuestión de la cuarentena prometieron (gobierno regional) unos buses para buscarlos en un punto y eso no fue así. Los buscan cuando ellos pueden, no es todo el tiempo, y cuando una persona ingresa a diálisis debe asistir regularmente, y lo digo por experiencia propia, porque no hacer la diálisis puede desencadenar un paro respiratorio”, afirmó Naranjo.

Debido a las fuertes restricciones viales, a los pacientes de los municipios Libertador, Caripe, Punceres, Aguasay y Bolívar, pese a que el decreto del gobierno regional los declara como sector priorizados, no les permitían la entrada a Maturín. Para superar esta dificultad deben mostrar informes médicos, constancias y récipes a funcionarios de la GNB y policías.

Los pacientes denunciantes pidieron mantener su identidad en anonimato, pues consideran que exponer sus nombres les traerá problemas futuros al momento de acceder a la ciudad en las semanas que corresponda cuarentena radical.

Para poder pasar a Maturín tuvimos que mostrar el brazo con el catéter. ¿Cómo es eso posible? Nosotros estamos dentro de los sectores priorizados, y si yo no tuviera que ir obligatoriamente a dializarme, ni saldría de casa. Creo que los funcionarios deben tener más respeto, mientras nos prohíben pasar a nosotros que sí lo necesitamos, dejan pasar a muchos carros más que van a Maturín a nada”, sentenció uno de los pacientes.

En su mayoría, sostuvieron que con quienes tuvieron más altercados para pasar a Maturín fue con funcionarios de PoliMonagas, que alegaban que el acceso a la ciudad estaba prohibido durante esta semana.

Algunos guardias entendían la situación y permitían el paso, pero los funcionarios de la policía del estado no querían entender. Nosotros necesitamos dializarnos dos o tres veces a la semana, porque eso mejora nuestra salud y calidad de vida. En cada punto de control fue un problema”, señalaron.


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