Para los trabajadores ahorrar es un sueño imposible de concretar

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El Banco de Desarrollo de América Latina sostiene que en la región 40 % ahorra de manera informal. “Esta realidad tiene que ver con la ausencia de ahorros y con una informalidad laboral que deja sin protección social a aproximadamente la mitad de los latinoamericanos”, explica la institución.

Caracas. “América Latina y el Caribe sigue estando entre las regiones con los índices de pobreza más altos del mundo”. La afirmación la hace el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Ahorrar puede llegar a ser frustrante para los trabajadores al ver que sus esfuerzos no se materializan en sueños como la adquisición de una vivienda propia. 

La mayoría de trabajadores consultados por Crónica.Uno coinciden en que si pudieran ahorrar lo primero que comprarían sería una casa. Pero mientras eso ocurre algunos ahorran para adquirir cosas más modestas como una computadora o un teléfono. 

Oriana, una joven empleada en diseño gráfico, cuenta que en casa “no gasta mucho” porque sus padres todavía la ayudan, lo que permite destinar el dinero de su trabajo en cosas personales. “Ahorita estoy ahorrando para una laptop. Llevo seis meses ahorrando, pero siempre estoy gastando”, cuenta la diseñadora de 20 años. La computadora que aspira comprar cuesta unos 600 dólares, en seis meses ha logrado ahorrar $300. 

El Banco de Desarrollo de América Latina asegura que solo 30 % de los latinoamericanos puede subsistir sin ingresos entre uno y menos de tres meses, mientras que uno de cada cuatro aguantaría como máximo un mes y los ahorros del 15 % no alcanzarían para más de una semana. 

En Venezuela los bajos salarios han contribuido a un aumento de la informalidad. Los empleados ven que trabajando por cuenta propia pueden ganar mucho más. Incluso en el sector privado, que paga por encima del público, los salarios base son de unos $100 al mes y estos han perdido poder de compra, debido a la inflación. 

CAF sostiene que en la región 40 % ahorra de manera informal. “Esta realidad tiene que ver con la ausencia de ahorros y con una informalidad laboral que deja sin protección social a aproximadamente la mitad de los latinoamericanos. La ausencia de ahorros puede suponer la movilidad social descendente de millones de personas en muy poco tiempo en periodos de crisis”. 

Para las trabajadoras del hogar, que experimentan precarización laboral, ahorrar puede ser aún más difícil. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió el año pasado que este fue uno de los sectores más afectados por la pandemia.

La crisis por la COVID-19 generó pérdida de puestos de trabajo, un aumento de la inseguridad económica y alimentaria, y deterioro de condiciones laborales, situación que ha sido peor para las trabajadoras del hogar y también para las que son migrantes.

Iris, de 55 años, empleada en el sector doméstico, dice que no puede ahorrar. En conversación con Crónica.Uno indica que si tuviera esta posibilidad usaría el dinero para comprar una vivienda.

“Ahorita no ahorro. No puedo hacerlo. Si pudiera ahorrar compraría una casa, porque vivo arrimada”, expresa la trabajadora del hogar.

La CAF sostiene que América Latina y el Caribe mantiene índices de pobreza elevados. “El boom económico de la primera década de este siglo logró reducir la pobreza del 45,5 % en 2004 al 27,8 % en 2014, pero desde entonces la región enfrenta un estancamiento, principalmente debido a estructuras económicas poco productivas y a la rampante informalidad, que roza al 50 % de la población”.

El organismo asegura que más de un tercio de los latinoamericanos son pobres, lo que representa 33,7 % de la población o 209 millones de personas. La tasa de pobreza extrema en la región pasó del 13,1 % en 2020 al 13,8 % en 2021.

Jorge, de 28 años, un especialista del Banco de Venezuela, es otro de los que manifiesta no poder ahorrar. Indica que antes podía hacerlo “en pocas porciones”, para comprar electrodomésticos pequeños, ropa, televisor o hacer viajes cortos. “Si pudiera ahorrar me compraría una casa; un carro, porque actualmente vivo con mis padres”.

Estudios locales muestran que más del 90 % de la población en Venezuela es pobre por ingresos. La crisis política y económica ha llevado a 6 millones de venezolanos a migrar en los últimos años. La economía apenas dejó de contraerse en 2021 y se espera crecimiento para este año. Pero expertos advierten que el modelo económico está diseñado para dejar a muchos afuera, lo que podría generar que los niveles de desigualdad no mejoren. 

No solo el ahorro es considerado un privilegio para una población que ha lidiado en los últimos años con la inflación más alta del mundo, escasez o contracción económica. Adquirir bienes básicos como alimentos o medicinas, puede resultar muy difícil. Pocos manifiestan que pueden guardar dinero para otras cosas menos esenciales.

Asaf Guevara, de 20 años, por ejemplo, comenta que su empleo como diseñador gráfico de los últimos seis meses le ha permitido comprarse un teléfono y una computadora “usada” y destaca esa última palabra. “Mi meta es poder comprarme una moto”, asegura el joven.

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