Personas con discapacidad luchan por llevar una vida normal

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El Grupo de Lesionados Medulares de Venezuela realizó una jornada de sensibilización en una escuela del 23 de Enero. La actividad fue impulsada por Danielbert Castillo, de 13 años de edad, quien se encuentra en silla de ruedas debido a una bala perdida. El joven ha logrado superar situaciones de acoso escolar.

Caracas. Las personas con discapacidad tienen días difíciles producto de la crisis que se vive en Venezuela. Centenares en todo el país se ven amenazadas por úlceras de presión (escaras). Sin embargo, muchos no se detienen en la búsqueda de una realidad que les permita vivir y salir adelante con normalidad.

Este viernes, 14 de junio, integrantes del Grupo de Lesionados Medulares de Venezuela realizó, en coordinación con el personal directivo de la Escuela Gabriela Mistral del 23 de Enero, una jornada de sensibilización desde el deporte en las instalaciones del plantel.

La actividad fue promovida por Danielbert Castillo, de 13 años de edad, quien forma parte del grupo de lesionados, juega básquet en su silla de ruedas y además cursa primer año de bachillerato en la institución.

Danielbert perdió clases por no poder comprar los cauchos de su silla. La escuela hizo las gestiones para conseguir unos nuevos. Fotos: Luis Morillo

Con esta actividad queremos enlazarnos con los profesores del colegio para promover conciencia sobre las personas con discapacidad. Tenemos vida normal, tenemos familia, eso tenemos que darlo a conocer. Y me incluyo porque en mi familia mi esposo y mi hijo tienen una discapacidad, entonces la tenemos todos, explica Betzabeth Ruiz, mamá de Danielbert.

Betzabeth apunta que estos eventos ayudan a que la comunidad se dé cuenta de la realidad y de la potencialidad que tienen quienes viven con discapacidad. “Al verlos jugar en una cancha como esta, las personas pueden ver lo que pueden hacer, y también pueden ver cómo se les gastan los cauchos. No tener cauchos es como no tener zapatos”.

Cuenta la mamá que Danielbert ha tenido problemas con algunas materias, dado que no ha podido asistir regularmente a clases por falta de cauchos. Cada caucho cuesta entre 47.000 y 50.000 bolívares. También apunta que es necesario educar para disminuir el acoso en los colegios y garantizar los derechos de las personas con discapacidad. “Existe mucho bullying. Mi hijo lo vivió cuando estaba cursando el sexto grado”.

Danielbert está en silla de ruedas desde los 7 años de edad, cuando recibió el impacto de una bala perdida mientras dormía.

La directora del plantel, Adelaida Cordero, informó que gracias a la iniciativa de Danielbert, de su familia y del Grupo de Lesionados Medulares, desarrollarán talleres en la escuela con la finalidad de promover el apoyo a las personas con discapacidad tanto dentro como fuera del plantel. Estas actividades son en coordinación con la División de Previsión Social del Ministerio del Trabajo.

Bulla en favor de las personas con discapacidad

Manuel Mendoza, lesionado medular desde los 7 años, tiene 32 años de servicio en el Ministerio de Educación. Forma parte del Grupo de Lesionados. En su opinión, jornadas como estas son importantes porque “permiten mostrar que hacemos mucho en medio de la situación que vivimos. Que vean que hacemos otras actividades como cualquier persona”.

Manuel llama la atención sobre las dificultades que viven actualmente, sobre todo en materia de salud.

Desde la muerte de Luis Misler estamos tratando de hacer bulla en favor de las personas con discapacidad que tienen escaras. Si no hay un cuidado sumamente estricto, lo que viene es la muerte, dice.

Y ese cuidado meticuloso no se está brindando en los hospitales, pues la condición de precariedad que atraviesan no lo permite.

Manuel Mendoza (con el balón en la mano) asegura que las escaras son actualmente un problema para los lesionados. Fotos: Luis Morillo

Las escaras no necesariamente tienen que conducir a la muerte. Manuel, quien fue arrollado por un vehículo a la edad de 7 años, presentó una escara que en ese momento, hace más de 30 años, fue operada en el Hospital Ortopédico Infantil de Caracas. Betzabeth afirma que el pequeño Danielbert también tuvo escaras “pero en ese momento había mayor posibilidad para tratarlas, ahorita no hay condiciones”.

Manuel confiesa que la bulla que están haciendo para visibilizar la situación les está permitiendo conocer los casos. Dice que muchos no lo dicen por pena, pero están sufriendo en silencio con sus escaras. “Freddy tiene seis meses hospitalizado y no estábamos al tanto. Está delicado. Y qué le dice el médico a la familia, que tienen que conseguir el tratamiento, de lo contrario no hay nada que hacer”.

Una de las propuestas de las personas lesionadas es que en cada estado del país haya una unidad que atienda a las personas con discapacidad afectadas por escaras, “pero la realidad es que no hay esa atención especializada y cuando la escara llega al grado 4, te jodiste”, sentencia Manuel.

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Fotos: Luis Morillo

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