Por la inflación y por lo bajos que son los salarios en la administración pública, un eventual cálculo de prestaciones sociales en petros no tendría mayor efecto con un ingreso mínimo que equivale a 0,04 petros. Recibir el token digital tampoco es opción ante la dificultad de cambiarlo o usarlo en comercios.

Caracas. Según dijo Nicolás Maduro el pasado 1° de mayo, con motivo del Día Internacional del Trabajador, las prestaciones sociales de los trabajadores públicos de la administración central, de la administración descentralizada y de las empresas del Estado serán llevadas a petros “para defender el valor real como vía de ahorro”.

Tal y como ha pasado con otras medidas económicas anunciadas recientemente por el gobierno de Maduro, aún se desconoce en qué consistirá lo que el mandatario denominó como “petrolizar (sic)” las prestaciones sociales, uno de los tantos beneficios adicionales al salario que han perdido valor por la inflación y la crisis económica. 

Desde 2017 Venezuela atraviesa un ciclo hiperinflacionario que ha pulverizado por completo los salarios del sector público, ya de por sí mermados debido a la caída de la producción petrolera, principal sostén de la economía nacional. Además, en los últimos siete años el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 70 %.

Expertos aseguran que, ante la falta de ingresos petroleros y el enorme gasto público que representan los ministerios, organismos y entes del Estado, el Gobierno recurre constantemente al Banco Central de Venezuela (BCV) para que emita bolívares que permitan cubrir las nóminas públicas, acentuando aún más la inflación. 

En divisas o en petros el salario es sumamente bajo

Además del anuncio de las prestaciones sociales, el 1° de mayo el gobierno de Maduro incrementó el salario mínimo de 1,8 millones a 7 millones de bolívares, alrededor de 3,5 dólares al tipo de cambio del BCV. Es decir, será a partir de este mes que el nuevo monto, y sus correspondientes tabuladores, empezarán a tener efecto en las prestaciones. 

Sin embargo, tal y como señala Antonio Suárez, presidente de la Federación Única de Empleados Públicos (Fedeunep), “mientras los salarios sigan siendo tan bajos, de nada sirve que el cálculo lo hagas en divisas o petros”, ya que el salario es la base de las prestaciones.

Las prestaciones sociales consisten en el depósito trimestral de 15 días de salario integral en un Fondo de Garantía. El salario integral está compuesto por el salario básico, las alícuotas de vacaciones y de utilidades, aunque estas, al ser calculadas también con base en el salario, pierden poder adquisitivo diariamente por la inflación.

Según datos publicados por el BCV, en el primer trimestre de 2021 la inflación acumulada fue de 127,8 % y en todo 2020 llegó a 2959,84 %. La canasta alimentaria, por su parte, tuvo un incremento de 96,7 % en los primeros tres meses del año, de acuerdo con cálculos del Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda).

De manera que, bien sea que el “llevar las prestaciones a petro” sea reflejar los montos en ese token digital o que, al momento de solicitarlos, les sean depositadas en petros al trabajador, como ya ha habido varios intentos en ocasiones anteriores, es poco el efecto que tendrá en la capacidad de compra porque, a fin de cuentas, serían bolívares “disfrazados”.

Hacer “resurgir” el petro, nuevamente

El economista y experto en criptomonedas Aaron Olmos señala que detrás de la medida “descansa una idea de hacer resurgir el petro como herramienta de pago y beneficio social”, algo que, a su juicio, no tiene sentido en una economía “en la que otras monedas mandan”.

‘Petrolizar’ es un término cuyo significado solo conoce el Ejecutivo. En principio, todo indica que pareciera que van a comenzar a expresar numéricamente los montos de las prestaciones sociales en petros”, señala Olmos.

Algo parecido al uso que se le da en las cuentas bancarias al hacer consultas por internet, donde se puede apreciar la cantidad de petros a que equivalen los bolívares que hay disponibles. Olmos tampoco descarta que las prestaciones sean depositadas en petros, algo que ya ha sido experimentado anteriormente, como en 2018 con el pago de aguinaldos a jubilados y pensionados.

“A final de cuentas, el ahorro es la parte del ingreso que no se consume, muchas personas se quedaron con esos petros y al cambiarlos a bolívares tampoco compraban nada, porque los precios subían a gran velocidad”, explica.

¿Cuál es su uso actual?

Actualmente, el petro tiene un valor equivalente a 56,35 dólares o 160 millones de bolívares, según la tasa del BCV. El monto en dólares se ha mantenido alrededor de ese valor desde su creación en 2018, por lo que, de facto, sirve como unidad de cuenta para que tasas, impuestos y multas del Estado no se devalúen.

Y si bien el Gobierno, en ocasiones, insiste en promover el petro como una opción alterna al dólar, en la práctica solo termina sirviendo para hacer cálculos y uno que otro pago en comercios o entes con la plataforma para recibirlos. Algunas estaciones de servicio de Caracas, por ejemplo, cuentan con wallets que lo permiten.

Negocios como la red de tiendas Traki tienen avisos que muestran el petro como método de pago, aunque no siempre está en funcionamiento la plataforma. El Saime, por su parte, muestra en su web que se pueden pagar trámites de pasaporte con el token, pero al hacer clic no redirecciona o genera errores. 

prestaciones sociales
Captura de pantalla de página del Saime al tratar de pagar con petros mediante la PetroApp.

Por lo que la opción más viable para utilizar el petro es haciendo el cambio a bolívares en las casas de cambio autorizadas, según indica Olmos, que ofrecen tasas entre 50 % y 60 % por debajo del valor oficial. La plataforma Patria también permite venderlos, pero se deben ofertar a un precio menor.

El economista y CEO de Olmos Group afirma que, si no se ataca el problema estructural de fondo de la economía venezolana, que es la falta de producción y alinealidad en materia económica, de nada servirá anclar a petro, dólar o reconvertir constantemente el bolívar. 

La economía no produce, no hay respaldo productivo detrás de la emisión de monedas, no hay credibilidad ni confianza en la moneda y el BCV. La emisión de un token digital no va a corregir este problema”, subraya Olmos.


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