“Queremos que los sistemas penitenciarios sean pensados también para mujeres”

OVP-cárcel

Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones, dijo que las mujeres que están privadas de libertad se enfrentan a situaciones de violencia, abuso sexual, las obligan a prostituirse y son vigiladas por personal masculino en su desnudez.

Caracas. A juicio de Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), el sistema penitenciario en Venezuela y las Américas es inadecuado para las mujeres. Consideró que es un “sistema para hombres”, en el cual las mujeres son las más perjudicadas. 

Queremos que los sistemas penitenciarios sean también pensados para mujeres. La decisión de los Estados afecta directamente la vida de ellas, resaltó Girón en un foro virtual Mujeres en Prisión Un enfoque diferenciado con perspectiva de Género.

Girón indicó que no existen instalaciones médicas adecuadas, acceso a tratamiento, clasificación de mujeres dentro de los recintos para embarazadas, para quienes están en período de parto y lactancia. También resaltó que no se atiende la salud mental de las mujeres. 

Explicó que en el continente americano, al menos 80 % son madres jóvenes. Además, la tasa de hacinamiento es un riesgo alto para la salud física y mental de las reclusas. 

Las mujeres enfrentan condiciones peores que los hombres. Se enfrentan a situaciones de violencia, abuso sexual, son obligadas a prostituirse, son vigiladas por personal masculino en su desnudez. No hay respeto al pudor y honor de las mujeres.

Hacinamiento en las cárceles 

Humberto Prado, fundador del OVP, indicó que en Venezuela existe una sobrepoblación de privadas de libertad mayor a 20 %. En cinco centros penitenciarios son más de 30 %. Lo cual implica que las mujeres tengan menos espacios para el deporte, esparcimiento, actividades culturales y artesanales o salas para amamantar. 

Como consecuencia se evidencia un hacinamiento que contribuye a la proliferación de enfermedades infectocontagiosas por la insalubridad y falta de higiene. Las patologías más comunes son: tuberculosis, hepatitis, escabiosis, alteraciones cardíacas y problemas gastrointestinales. A esto se le suma que se le niega el chequeo médico y el acceso a tratamiento y atención médica especializada. 

Recientemente, el OVP recibió una denuncia sobre un presunto brote de tuberculosis y hepatitis en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), en Los Teques. Las privadas son obligadas a usar tapabocas. Como no se los proporcionan, ellas deben buscar la forma de protegerse. De acuerdo con esta ONG, esta cárcel alberga 655 personas y su capacidad es para 400 mujeres.

En Venezuela solo existe una cárcel para mujeres: el INOF. El resto son 16 anexos, que vienen a ser construcciones “improvisadas” en las prisiones masculinas y que no tienen un enfoque diferenciado que responda a las necesidades de las mujeres. 

La población reclusa femenina es de 2560, lo cual representa 7 % de la población reclusa general en el país.

Por su parte, Girón resaltó que la falta de opacidad de información sobre la situación real que padecen las mujeres, una población vulnerable, aumenta la estigmatización de su encarcelamiento y la discriminación. 

La experta indicó que las causas de encarcelamiento en mujeres en las regiones son: la coerción, el aborto, el activismo político, el tráfico de droga, en el que las usan como medio de transporte, o “mulas”. Sin embargo, enfatizó que estos delitos tienen relación con la pobreza, baja escolaridad y coerción. “La pobreza se paga con cárcel”. 

Diannet, expresa política 

Diannet Blanco, activista de DDHH y expresa política, quien también formó parte del foro del OVP, habló de su experiencia como privada de libertad en El Helicoide por un año y 12 días. La detuvieron el 20 mayo de 2017. 

Blanco expresó que las mujeres detenidas sufren “mucha discriminación”  y que las presas políticas son mezcladas con presas comunes en un espacio reducido y con poca ventilación. Igualmente, contó que es común el intercambio de sexo con custodios para tener acceso a visitas, medicamentos, acceso al sol y otros beneficios. 

Diannet Blanco
Diannet Blanco, expresa política | Foto: Provea

“Somos vistas como locas que no tenemos derechos y más si es por causas políticas. Somos excluidas de visitas médicas, acceso al sol, expuestas a tratos crueles e inhumanos, ni siquiera acceso a agua potable e instalaciones adecuadas”, recordó Blanco.

La activista también resaltó la pobreza menstrual, la falta de acceso a artículos de aseo personal, los privilegios que tienen los hombres en las visitas conyugales y poder escoger “los mejores espacios” para la visita dentro de los centros de prevención. 

Además, mencionó las pesquisas periódicas en las que a las mujeres las humillan e inspeccionan hasta en sus partes íntimas. Mientras que con los hombres no pasaba. 

Un sistema sin perspectiva de género 

Por otro lado, Magaly Vásquez, secretaria general de la Universidad Católica Andrés Bello, manifestó que en Venezuela, el sistema penitenciario no está concebido con perspectiva de género. Explicó que incluir esta perspectiva permite reconocer los impactos diferenciados que son más favorables para los hombres y discriminatorios para las mujeres, quienes tienen derecho a la igualdad y justicia. 

Recalcó que las mujeres necesitan una “atención especial” y que es importante que el sistema penitenciario venezolano investigue y juzgue con perspectiva de género. Además, que se preparen a los funcionarios públicos –incluyendo mujeres– para una apropiada aplicación de la perspectiva de género. 

“El hecho de que sea mujer no garantiza la perspectiva de género (…) y que forme parte del sistema público, tampoco signifique que la aplique. Por eso hay que hacer un trabajo con las mujeres que están en el sistema policial y en los ministerios. Las mujeres tenemos un gran compromiso para que estas cosas en lo social y cultural puedan ir modificándose”, concluyó Vásquez.

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