Incendios de distintas magnitudes se registraron entre sábado, domingo y hoy lunes en varios estados del país y consumieron más de 200 hectáreas de vegetación. Las capas de humo que suben a la atmósfera provocan una nubosidad llamada calima tipo B y se produce por eventos especiales como los incendios que han ocurrido recientemente.

Caracas. Cada año desde que comienza marzo la calima, o calina, se instala en el cielo caraqueño e incluso en otros estados del país. La gente al observar lo que parecen capas de humo se alarma y abruma. Este año, a la que puede considerarse un evento recurrente, se agrega una situación que genera más estrés en la población: la pandemia por el COVID-19.

Crónica.Uno consultó a un grupo de especialistas que explican las causas de la contaminación y ofrecen recomendaciones para evitar efectos en la salud, especialmente cuando una de las recomendaciones ante el coronavirus, que hasta el 12 de abril ha producido 181 contagiados y nueve muertos en Venezuela, es evitar enfermedades respiratorias.

El humo que se percibe en estos momentos es una calima tipo B, que se produce por eventos especiales como incendios forestales, los cuales han incrementado en el país los últimos días. Este es un fenómeno meteorológico que consiste en la presencia de partículas pequeñas de polvo o cenizas en suspensión, explican los especialistas.

Alejandro Álvarez y Valdemar Andrade, especialistas ambientales, concuerdan con este concepto. Hacen énfasis en que es temporada de sequía y que este tipo de calima suele afectar más a quienes padecen de enfermedades respiratorias como rinitis, asma, bronquitis, neumonía, entre otras.

Por su parte, el general Randy Rodríguez, viceministro de Control de Riesgos del gobierno de Nicolás Maduro, informó que el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo atendió más de 50 incendios en la región capital el pasado domingo 12 de abril y añadió que el período seco se mantendrá hasta el 20 o 22 de abril.

Ante este panorama, se prevé que el promedio de incendios se mantengan, no solo en Caracas, sino también en el resto del país.

Ana Vielma Rangel, internista, neumonólogo y especialista del hospital José Ignacio Baldó (El Algodonal), explica que el humo es un irritante tanto para las vías respiratorias como para los ojos y la piel. Además, produce distintos síntomas en el sistema respiratorio como tos (mecanismo de reflejo del pulmón) y problemas de la vía aérea superior como la obstrucción nasal y rinorrea.

Si tenemos enfermedades respiratorias presentes como asma o cualquier otra que sea crónica, puede exacerbar los síntomas de la tos, expectoración y la dificultad para respirar.

Una de las recomendaciones de Vielma Rangel es no barrer, porque el hollín que suele entrar en las casas se mantiene en el ambiente de 48 a 72 horas, al igual que el polvo. “En vez de esto, lo recomendable es utilizar un paño húmedo para recoger los restos del suelo y también pasarlo por otras superficies”, precisó.

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Calima en Montalbán. Foto: Luis Morillo

Hoy lunes el cielo caraqueño amaneció cubierto de humo y pasado el mediodía se mantenía en casi toda la capital. En los dos últimos días las redes sociales han estado llenas de recomendaciones que ofrecen personas no especializadas en salud y que podrían resultar perjudiciales. En este sentido, la médico aclara algunas de esas recomendaciones.

Vielma dijo que los lavados nasales y oculares no son estrictamente necesarios porque pueden causar irritación, aunque va a depender de si la persona está muy cercana al lugar donde está ocurriendo el incendio forestal. Con lavarse las manos y la cara es suficiente para controlar las molestias.

“El antialérgico vía oral se utiliza si se requiere y si lo indica su médico, no hay que automedicarse. Si usted está cercano al sitio del humo y lo inhala ese es otro tipo de tratamiento totalmente distinto, no son medidas generales. En este caso debe acudir a un centro de salud”.

Los tres especialistas consultados recomiendan:

  • Si están en la calle mantener el tapaboca, el cual evitará que se aspiren las partículas de cenizas o polvo que haya en el ambiente.
  • Lavarse las manos y la cara.
  • Se sugiere que los pacientes que tengan enfermedades crónicas eviten salir de sus hogares, al igual que los niños, a quienes les afecta más el humo.
  • Utilizar los medicamentos de base de las enfermedades preexistentes como los inhaladores, broncodilatadores, esteroides inhalados y esteroides nasales. Si se exacerba la enfermedad, se pueden utilizar otros fármacos de rescate en caso de estar más cercano o expuesto a las zonas de incendios.
  • Tratar de mantener las ventanas cerradas, para evitar que entren vientos que puedan traer las partículas contaminantes.
  • Evitar salir cuando se presente o se perciba mayor contaminación en el ambiente.
  • En caso de estar cercano a los incendios forestales, se recomienda abrir la regadera o ducha, o si se tiene calentador el vapor también puede ayudar.
  • Utilizar trapos mojados en las orillas de las puertas y ventanas.
  • Hidratarse bien.
  • No cocinar a leña durante esta temporada de sequía.
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Foto: Luis Morillo

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