#RostrosDeLaCuarentena: “Aquí lo que pasa es que hay un virus peor que la pandemia”

un virus peor

Artemio Fermín Bello, pensionado, dice que los males que vive en estos 50 días no tienen nada que ver con el virus que afecta al mundo entero, sino con la incapacidad de quienes gobiernan. “La cuarentena la tenemos desde hace mucho tiempo”, asegura.

Caracas. 50 días confinado y sus problemas cada segundo que pasa son peores. “Y la culpa no la tiene la pandemia que azota al mundo entero, la tiene un virus peor que es la incapacidad del gobierno de Nicolás Maduro, que en vez de ayudar al pueblo lo está perjudicando”.

Así se expresa Artemio Fermín Bello, pensionado de 73 años, quien a pesar de estar cumpliendo con la cuarentena decretada el 13 de marzo, se siente ahogado y solo.

“Antes iba todas las tardes a Parque Carabobo a conversar con otros pensionados y jubilados, uno drenaba y se distraía. Ahora, encerrado, ni siquiera mis familiares que viven cerca pueden venir a visitarnos. Siempre estábamos en contacto, ellos nos traían algo de comida o nosotros les llevábamos. Ahora ni eso”.

De salud ha estado bien, nada que le atormente o lo haga andar de carreras, sus quejas son por la deficiencia de los servicios públicos.

Cuando tiene agua, no tiene gas, cuando tiene gas, no tiene Internet y cuando tiene Internet se le va la luz.

Y por eso, ratifica, la cuarentena la tenemos desde hace mucho tiempo. “Estamos afectados por todos lados. No tenemos comida, no tenemos servicios y estamos encerrados y eso es un virus peor que la pandemia”.

Su casa, ubicada en la parroquia La Pastora, es grande para sus tres habitantes. La familia que era numerosa fue migrando, quedamos tres. Una es su hermana, que se encarga de hacer las colas y las compras y el otro un hermano con un tipo de discapacidad.

“Por eso el tanque de agua nos rinde y lo que hacemos es ayudar a los vecinos que no tienen”. Por lo menos así resuelven momentos de sequía. Pero cuando se les acaba la bombona de gas, comen frío.

“Desde que los Clap son los amos y señores de las bombonas dependemos de ellos. Ahora el camión llega con mucho retraso y a precios que desangran los bolsillos. Venden la unidad hasta en 50.000 bolívares y uno no puede dejar de comprarla, porque tampoco es que vamos a comer pan todos los días, con esos costos tan elevados: hasta 100.000 bolívares un campesino”.

Y así como el agua, el Internet también es intermitente. Un año estuvo sin el servicio. “Y eso no es culpa de la pandemia, es que el gobierno es ineficaz. Ahora nos pagan una pensión de 400.000 bolívares y una caja de pastillas para la tensión cuesta 800.000. Eso es increíble. Nadie está resolviendo los problemas de la población. La caja del Clap la pagamos hace un mes y aún no ha llegado. Además, trae pocos productos y de mala calidad, no viene con leche, aceite y azúcar. Para nosotros, que somos tres personas, eso no alcanza”.

En ese punto hace un paréntesis para decir que gracias a Dios tiene a sus parientes en el exterior, pues por ellos comen carne y pollo.

Pide ahora que algún funcionario del gobierno se siente a pensar si es posible con esa pensión puede comprar alimentos y medicinas. “A ver si reflexionan y empiezan a resolver estos problemas”.

Artemio, por ahora, se apoya en sus dos familiares y mantiene contacto con el exterior a través del Whatsapp, cuando el Internet funciona.

Nicolás Maduro aprobó el 2 de mayo un bono especial para los pensionados que se comenzará a pagar desde el lunes 4 hasta el jueves 7 de mayo, iniciando por los de mayor edad. El monto es de 300.000 bolívares. Eso sumado a la pensión son 700.000 bolívares y, aún así, Artemio no llega a comprar la caja de pastillas.

En sus largos años, dejados en el sector de la construcción, no se imaginó en esta encrucijada y aunque sabe que el virus existe y cobra vida –en Venezuela 10 fallecidos desde el 13 de marzo, cuando se hicieron públicos los dos primeros casos–, su impotencia obedece, y lo repite constantemente, a que sus males son de vieja data y los empeora “un gobierno ineficiente”. Y remata: “Ni con pensión ni con bono, no tenemos comida”.

Foto referencial: Jota Díaz


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