Mientras se avecina un incremento del pasaje, los usuarios se ven obligados a hacer largas colas, perder tiempo en las paradas tanto para entrar como para salir de sus comunidades, pagar altas tarifas y pelearse para abordar las pocas unidades que aún funcionan. Transportistas dicen que se debería declarar este servicio en estado de emergencia.
Caracas. Tomar un bus de Catia a Chacaíto, de Plaza Venezuela a La Rinconada o de Petare a La Pastora es una tarea titánica. Mientras este fenómeno ocurre a la vista de todos en las rutas urbanas de la ciudad, la problemática se agudiza en aquellas líneas no tan visibles, que operan hacia las barriadas y comunidades populares de Caracas.
Trasladarse de El Valle al barrio El 70 o de la avenida Sucre de Catia hacia las comunidades de la carretera vieja Caracas-La Guaira, o de Propatria hacia cualquier kilómetro de El Junquito, puede resultar toda una hazaña.
El servicio de transporte público en las rutas troncales de Caracas disminuye cada vez más. “Nosotros teníamos 165 unidades en nuestra línea; hoy (28 de enero) contamos con unas 60 unidades aproximadamente, de las cuales salen a trabajar diariamente entre 20 y 30, pues algunas están sin cauchos o en condiciones que no le permiten circular”, explica Pedro Quijije, presidente de la línea Unión de Conductores de Santa Ana.
Para Quijije, la disminución se debe a que “las autoridades no nos dan los insumos como deberían darlos; y no nosotros no podemos, como en otros tiempos, comprarlos por nuestra cuenta porque los costos están muy elevados y en muchos casos hay que pagarlos en dólares”.
El transportista asegura que en diciembre las autoridades en materia de transporte solicitaron un listado de transportistas para asignar cauchos, aceite y batería, pero la asignación ha sido muy poca. “Desde noviembre no nos llega aceite, las baterías no han llegado, la semana pasada nos asignaron cauchos pero solo para 15 socios”.
Braulio Cedeño, vicepresidente del Bloque de Transportistas del Oeste de Caracas, ofrece una visión más amplia de la problemática. Hace algunos años, explica, el Bloque contaba con 54 líneas de transporte; en la actualidad cuentan con 35 líneas aproximadamente. “Algunas han quebrado, muchas están a punto de quebrar y otras se fueron al bloque bolivariano de transportistas”, sostiene Cedeño.
Para el transportista, entre las rutas más afectadas están Catia-Tacagua Vieja, El Manguito, Unión Relámpago, Catia-Cafetal, Propatria-El Junquito, Catia-Nuevo Día.
La situación es tan grave que “se debería declarar al transporte público en estado de emergencia. Si no se atiende al sector transporte prácticamente no estaríamos viendo obligados a declararnos en paro técnico masivo”.
Un litro de aceite pasó de 6000 bolívares a 20.000 bolívares. Antes uno iba a comprar y escogía el aceite que uno quería. Ahora solo disponemos del que nos asignan y ya tienen tres meses que, por ejemplo, no suministran aceite. Los vehículos que están operando tienen fallas, la situación es complicada, y con un pasaje en 20 bolívares cuántos pasajeros necesitas subir al día para cubrir los gastos“, se pregunta Cedeño.
Nuevo pasaje urbano
Para este martes, 29 de enero, los transportistas se reunirán con los representantes gubernamentales encargados del tema del transporte en Caracas. Esperan la aprobación de una tarifa urbana de 150 bolívares soberanos.
“No nos estamos imponiendo. Estamos de acuerdo con una tarifa social y estamos abiertos a la negociación de la tarifa, pero deben frenar la inflación”, afirmó Cedeño.
Usuarios del transporte público manifestaron a Crónica.Uno su desacuerdo con el nuevo pasaje propuesto por los transportistas de las distintas zonas de Caracas. De 10 consultados en el centro de Caracas, solo una persona dijo estar de acuerdo con el incremento.
Uno entiende que todo aumenta todos los días, pero si a uno no le alcanza para pagar los 50 bolívares que están cobrando actualmente, menos podremos pagar 150”, dijo uno de las consultadas.
“En realidad uno no termina de saber cuánto es que ellos [los transportistas] necesitan, pues aprueban un pasaje un día, y ya al otro día lo quieren aumentar”, dijo una chica residenciada en Charallave que labora en el centro de Caracas.
“Los transportistas no colaboran ni con los ciudadanos ni con el Estado. Reciben subsidios y no tienen las unidades en buen estado, maltrataban a los abuelos y no quieren cargar estudiantes. Debería dejar de existir el transporte privado y que solo haya transporte público”, sugirió otra de las consultadas.
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