Se desplomó la producción del sector público

La información del BCV dejó en evidencia que el modelo económico del Gobierno hizo aguas. En 2015 las empresas públicas produjeron menos alimentos y la construcción de los entes oficiales retrocedió.

Mayela Armas/@mayearmas

Caracas. Hace nueve años el Gobierno, aprovechando el boom de ingresos petroleros, decidió aumentar la participación del Estado en los sectores clave de la economía. Nacionalizó industrias en los sectores de alimentos, acero, cemento, electricidad telecomunicaciones y petróleo, y creó un tejido de fábricas de producción social. El resultado es que ese modelo hizo aguas y las empresas están en crisis.

La información del Banco Central de Venezuela (BCV) muestra que la producción del sector público en áreas estratégicas como manufactura y construcción se desplomó el pasado año. Y además, el Presidente Nicolás Maduro dejó en evidencia que la red de distribución de alimentos ya no funciona y hasta ordenó su reestructuración.

El modelo se hunde

Menos alimentos. Los datos del BCV desnudan que la producción de alimentos cayó 5,3%, más que la del sector privado que descendió 4,6%.

El instituto emisor admitió que el resultado negativo de la manufactura obedeció a las dificultades “en el acceso a las divisas y a la menor disponibilidad de materias primas nacionales e importadas, así como de equipos y repuestos”. Eso significa que las industrias estatales no escaparon de los escollos que el propio Gobierno creó.

El Estado tiene más de 200 empresas. De acuerdo con la información oficial, posee cuatro fábricas de café, ocho avícolas, nueve plantas de aceites y grasas, nueve empresas de alimentos balanceados para animales, 15 plantas de harina de maíz, 17 procesadoras de arroz, 38 empresas de pesca, 45 plantas de lácteos y jugos y 14 conglomerados mixtos. Y adicionalmente, cuenta con 10 empresas de transporte, 18 empaquetadoras, 36 centros de acopio, 46 silos y seis redes de distribución. Sin embargo, la producción y la distribución van palo abajo.

La Memoria y Cuenta del Ministerio de Alimentación de 2014 reveló que en ese ejercicio la fabricación de Industrias Diana y Lácteos Los Andes descendió 24% y 9%, respectivamente. La Empresa Nacional del Café (que agrupa a todas las torrefactoras) apenas generó un tercio de lo programado. Pero la crisis continuó, según la información de los trabajadores.

En rubros como café la situación es crítica. Los representantes de los sindicatos de las empresas de café señalan que Fama de América no está trabajando a 100% de su capacidad, a Café Venezuela le quedan pocas semanas de inventario y Café Madrid está paralizada.

Los trabajadores de La Gaviota esta semana denunciaron en la Asamblea Nacional que esa procesadora de sardinas tiene 18 meses sin producir y que la situación es precaria, porque la maquinaria no sirve.

Hay más, la distribución tiene fallas. La Memoria del Ministerio de Alimentación del 2014 mostró que de los 14.657 establecimientos de Mercal estaban operativos el 46% y de los 2.057 comercios de Pdval apenas estaban activos el 24%.

Esta semana el Gobierno mostró que los problemas son mayores. En 2010 se ordenó la expropiación de la cadena Éxito, hoy Abastos Bicentenarios, porque especulaba, pero el Presidente Nicolás Maduro puso en evidencia que en esa red hay corrupción y ordenó su reestructuración, porque “se pudrió”. Los ajustes se extienden a Mercal, Pdval y las bodegas.

Construcción en picada. Con el lanzamiento de la Gran Misión Vivienda, las autoridades señalaron que la construcción tendría un gran impulso, pero el repunte duró poco y desde 2013 este sector, que es uno de los mayores generadores de empleo, no ve luz.

Las cifras del BCV indican que la construcción pública se desplomó 25,8% por el incremento en los precios de los insumos, maquinarias y los equipos de la construcción, y por los problemas con el suministro de cemento, bloques, cables eléctricos, acero y agregados (arena, piedra, grava y otros).

Aunque el discurso de las autoridades se ha centrado en destacar la producción de viviendas y que se ha llegado a hacer un millón de soluciones habitacionales en cuatro años, la realidad es que hay retrasos. La meta de construcción de casas prevista para sólo 2015 no se cumplió.

En la construcción pública el mayor peso lo tiene el área petrolera, y varias obras asociadas a los programas petroleros van a un ritmo lento por el descenso en los precios del crudo. Adicionalmente, hay lenta ejecución con los ferrocarriles y las líneas de metro.

Las obras no avanzan por falta de insumos y el Estado es el que tiene el control en la producción de acero y cemento.

El Gobierno domina el 90% de la producción de acero a través de Sidor y Sidetur. Según la información de los trabajadores, el pasado año Sidor fabricó 1,06 millones de toneladas, 76%  menos de lo hacía antes de la nacionalización. Actualmente, tiene dos líneas paradas.

El 90% del mercado de cemento está en manos del Estado. De las tres industrias, dos están trabajando a medias por dificultades con materia prima, repuestos y acceso a los dólares. Al cierre del segundo trimestre del pasado año (último dato disponible), la producción de cemento cayó 8%.

Ante la baja disponibilidad de insumos, en el último trimestre del pasado año el Ejecutivo nacional importó 40.000 toneladas de cemento y tres toneladas de cabillas para la Misión Vivienda.


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