La ola delictiva en la ruta 26 se ha incrementado. Hasta ahora se conoce que se trata de una banda de siete sujetos que opera desde el centro de la ciudad y cuando llegan a los sectores 19 de Abril o Paramaconi se bajan del colectivo y escapan.

Maturín. A la crisis que vive el sector transporte en cuanto a la falta de insumos, repuestos en dólares y unidades en constante deterioro hay que sumarle la inseguridad. Y es que los robos en las unidades de transporte público de la ciudad se han incrementado de acuerdo con las denuncias los usuarios.

Una de las rutas que se ha convertido en la más atacada por los delincuentes es la ruta 26, que cubre desde el centro de Maturín hasta la zona industrial de la ciudad. En lo que va de año, según información aportada por los usuarios, se han registrado alrededor de 10 robos, de los cuales en una oportunidad una de las unidades fue secuestrada y desviada de su destino.

Es una lotería, pues cualquier autobús puede ser interceptado y también acrecienta el temor de aquellos que diariamente hacen uso del transporte público, específicamente esta ruta.

Yo tengo tanto miedo que salgo sin cédula porque me da temor que me la puedan robar, con lo difícil que es tramitar un documento en este país. Y tengo que usar diariamente esa ruta para ir a la universidad, al trabajo o a hacer cualquier diligencia”, comenta Sheillin Pineda.

Los robos, por lo general, son perpetrados cuando el autobús se acerca a los sectores 19 de Abril o Paramaconi, ambos catalogados como zona roja en la entidad. Los pasajeros indican que ahí es donde los delincuentes suelen atracar.

“A veces esperan que el autobús vaya por 19 de Abril o Paramaconi para ellos proceder a robar, en otras oportunidades roban antes y se bajan en alguno de esos sectores. También ha pasado que roban a las personas que tienen cerca y se bajan, mientras que otras veces sí detienen a todo el autobús”, detalla Jose Marcano.

Modus operandi

El modo de cometer el delito varía. Pero en las últimas semanas se pudo conocer, que hay siete antisociales que han implementado subirse en las unidades por separado, en diferentes tramos, como usuarios comunes. Dos llegan al final de la unidad, dos se quedan en el medio y tres en la parte de adelante. Cuando proceden a interceptar a los pasajeros cada uno hace lo suyo desde la parte de la unidad donde se encuentre. Posteriormente, se bajan en algunos de los sectores antes mencionados. 

Se desconoce si se trata de una nueva banda dedicada a esta modalidad de robo o es una organizada que también se dedica a otro tipo de delitos. La hora de la fechoría frecuentemente es las 5:00 p. m.; sin embargo, esto varía, pues se han registrado robos en horas del mediodía 

“Han sido tantos los robos, y tan seguidos que me atrevería a decir que al menos 2 de cada 10 usuarios de esta ruta han sido víctimas de la delincuencia en estas unidades”, precisa Pineda.

En abril se reportó un nuevo robo en la ruta 26, el elemento diferenciador, fue que varias personas ante la desesperación para no ser despojadas de sus pertenencias se lanzaron de una unidad en movimiento. Al menos cuatro personas resultaron heridas. La información y opiniones corrieron como pólvora, pero las estrategias para atacar el problema no.

Los usuarios se quejan de la situación a la que se exponen a diario, sin embargo, hasta ahora no han realizado una denuncia formal en los órganos competentes, sino a través de los medios de comunicación.

“Se realizarán operativos en paradas”

César Barrios, secretario de Prevención y Seguridad Ciudadana en Monagas, informó que se prevé realizar operativos en zonas vulnerables del casco central, así como en las paradas, para evitar hechos delictivos en las unidades de transporte público. 

Barrios puntualizó que tiene previsto reunirse con conductores para implementar una medida con el fin de evitar este tipo de asaltos que ponen en riesgo la vida del usuario y el transportista.

Pero los usuarios manifiestan que estos operativos, solo significan “pañitos de agua tibia”, pues no se ataca el problema de raíz.

La seguridad solo es por unos días, los malandros se calman, entonces  los policías dejan de hacer los operativos y vuelven los robos. Esos operativos deberían realizarse de manera constante y castigar bien a los que infringen la ley”, destaca Nelson Bastardo.

A las ruta 26, también se suman la ruta 18 y 36, catalogadas por los usuarios como las que registran mayor índice delictivo.


Participa en la conversación