El actor británico deja de ser James Bond en una película de acción que reúne elementos suficientes para convertirse en un cierre digno para una era.

Caracas. Terminó una era. Daniel Craig no será más James Bond, el espía británico más famoso del cine. La despedida finalmente se concreta en pantalla grande con el estreno de Sin tiempo para morir, reprogramada en 2020 por la pandemia. 

La voz de Billie Eilish da la bienvenida a este adiós en los créditos iniciales, una estética que se agradece por su elegante desarrollo. 

Estos créditos son un abreboca de la estilizada presentación de la película. Notas coherentes con el motivo principal de esta entrega, que luego serán secundadas por el compositor Hans Zimmer; especial atención a lo que logra en persecuciones. Conductores de la música de cierre.

Sin tiempo para mmorir
Hace poco se hizo viral un video en el que Daniel Craig se despide del equipo de la saga

James Bond ve a los lados en Italia, pero no debería preocuparse. Busca vivir la felicidad que siente junto con Madeleine (Léa Seydoux) en un escape a un pueblo de ensueño lejos de toda misión. Sin embargo, el itinerario cambia en Sin tiempo para morir

Desde el principio, no hay reparos en las escenas de acción, que tanto se espera en esta franquicia. De la calma del idilio al peligro de muerte en tan pocos segundos.

Acertada dirección de Cary Joji Fukunaga, el primer estadounidense en encargarse de una película de esta popular y atractiva saga. Además, es coguionista junto con los habituales Neal Purvis y Robert Wade, responsables de entregas anteriores del agente 007. A ellos se les sumó Phoebe Waller-Bridge, actriz, productora y escritora conocida por las series Fleabag y Killing Eve

Sin tiempo para morir
Ana de Armas encarna a una chica Bond que realza los momentos de dupla en el largometraje

Sin tiempo para morir dura casi tres horas, un tiempo que resulta excesivo, pero se perdona por lo que representa esta película como un todo. Evocaciones a personajes del pasado, la nostalgia previa al desenlace que reúne en la sala. 

En la trama el peligro que subyace es un virus –nada lejano a la realidad del espectador– que cae en manos enemigas debido a un complot interno en el que sale a relucir Spectre. 

Comienzan así los acertijos, las intrigas. James Bond está en el aparente retiro, con los sentimientos revueltos del que no supera la traición. Mientras, en Londres, planean cómo evitar el caos. 

Vemos a Ralph Fiennes como M, Naomie Harris como Moneypenny y a Lashana Lynch como Nomi, secundarios que concatenan una puesta en escena tensa en su desarrollo por todo lo que advierte, pero no por ello menos emocionante y hasta con cabida al sarcasmo por parte del protagonista. Vale resaltar la jocosa tensión con Nomi. 

Sin tiempo para morir
Lashana Lynch interpreta a Nomi, una agente que se presenta como sucesora de James Bond en la agencia

Sin tiempo para morir si bien da algunos indicios de lo que podría pasar con la franquicia luego de la salida de Daniel Craig, también pareciera en su trama ironizar sobre los cambios en protagonistas que se han visto recientemente en el cine con otras sagas como Ocean’s y Los cazafantasmas. Sin embargo, todavía se mantiene la incógnita. 

Especial atención a la breve participación de Ana de Armas como Paloma, la chica Bond, en las escenas en La Habana, entre lo mejor del género de acción con la comedia que se infiltra en medio de guiños seductores.

Pero en Sin tiempo para morir el espectador verá a un protagonista diferente, que deja atrás posturas de galán y fortalezas para descubrir a un James Bond que se adentra a otras etapas de la vida, en las que empieza a husmear en la tranquilidad de un hogar que lo aguarda. 

Hay un ambiente en el que se pronostica la redención después de tanto, pero sin renegar del pasado de una vida de espía que ha valido la pena, como se constata en uno de los diálogos con Felix Leiter (Jeffrey Wright), palabras que bien podrían servir de epitafio para la posteridad del 007.

Lamentablemente Rami Malek no logra un papel contundente como villano

Ahora bien, Sin tiempo para morir es un ave que recibe plomo en el ala con el enemigo: Lyutsifer Safin, a cargo de una actuación insípida de Rami Malek. Un villano que en su personalidad no genera mayor temor, ni un ademán transgresor, salvo lo que se asume en la vileza de su plan, que es donde recae sin dudas la fuerza que desembocará en el punto principal de este largometraje disponible en salas venezolanas.

Afortunadamente, el conflicto se sobrepone a esta interpretación, pues supieron muy bien cómo desarrollar sus aristas para reunir alrededor del caos distintos elementos que repercuten en la inmediata atención desde distintos aspectos.

Daniel Craig se despide del personaje que empezó a interpretar en 2006 con Casino Royale. Desde entonces han sido cinco películas. Con Sin tiempo para morir cierra la puerta de su era en la saga, con una obra que trasciende a sus perdonables deslices. No solo es lo que representa, una reunión para el adiós, sino también un ejercicio narrativo y de puesta en escena tanto elocuente, como majestuosa en su aprovechamiento en la pantalla, desde la música hasta los planos para afianzar cada momento. Se suma a esto, el giro en el personaje y su entorno, en el que el espectador se compenetra con su nueva realidad, y por consiguiente, la interacción con el final de la historia, sin posibilidad de dar marcha atrás.

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