Súmate y Observatorio Electoral estiman que el CNE hizo todo a su alcance para que el revocatorio fuera imposible

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Para Francisco Castro (Súmate) y Luis Lander (OEV) la cantidad total de máquinas y puntos desplegados, la ausencia de una campaña de información y el tiempo dé la jornada imposibilitaron el revocatorio.

Caracas. Ya se concretó lo que para muchos era un futuro casi seguro: el fracaso de la solicitud del referendo revocatorio contra Nicolás Maduro por falta de firmas para apoyar la iniciativa. Sin embargo, según los ojos de expertos en materia electoral este resultado no se debió a la falta de convocatoria o de interés por la idea de terminara el mandato de Maduro, sino a una serie de condiciones que el Consejo Nacional Electoral (CNE) impuso, que hicieron el proceso imposible.

Para Francisco Castro, director de la Asociación Civil Súmate, el resultado de apenas 42.421 firmas para apoyar la salida de Maduro era algo de esperarse “con la baja información, los pocos puntos y lo atropellado que fue el proceso”.

Con respecto a los puntos, Castro señaló que “hoy los reglamentos que existen son sumamente ineficientes y por ende no hay criterio reglamentario para determinar una cifra exacta de acuerdo con la población”, pero añadió que en todo sentido “700 puntos era una cifra tan baja que hacían imposible recoger las firmas”.

Si hablamos de la recolección del 20% del Registro Electoral, y considerando que piden el 20% por entidad federal, lo lógico es que se desplegaran los centros con los mismos criterios para una elección. Normalmente en una elección hablamos de 14 mil centros con unas 30 mil mesas, entonces unas 7 u 8 mil máquinas hubiese sido lo aceptable, señaló.

Castro también criticó la distribución geográfica de los puntos hecha por el CNE, y dijo que se debió realizar algún tipo de análisis de densidad poblacional que permitiese desplegar los puntos de acuerdo con la cantidad de personas que viven en cada parroquia.

“La distribución que se hizo fue políticamente parcializada, sin considerar las peticiones de las organizaciones promotoras. Colocaron los puntos en su mayoría en zonas oficialistas y no opositoras. Todo esto aunado a la situación de movilidad hacía imposible que se lograra un número importante en un proceso como esta naturaleza”, señaló.

El tiempo como enemigo

El mínimo grupo de máquinas desplegadas por el CNE para el evento del 26 de enero por sí solo no implica nada, pero una vez que se suma a la jornada de 12 horas que el ente comicial determinó, se traduce en que era matemáticamente imposible conseguir el número requerido de firmas.

Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), contrastó los datos que se le solicitaban a cada persona que se acercaba a uno de los puntos para apoyar el revocatorio, con el total de tiempo disponible.

Para que con las 1200 máquinas se alcanzara la cifra requerida de firmas era necesario que pasaran en total cinco personas en cada máquina por minuto, esto de manera ininterrumpida durante las 12 horas del proceso. Eran 12 segundos para que el operador anotara los datos, registrara cuatro huellas dactilares y completara el proceso. Simplemente era imposible.

Lander también cuestionó que para el proceso no se hiciera ningún tipo de campaña informativa para la población, algo que sí se ha hecho en referendos anteriores. Dijo que esto es simplemente muestra de que el CNE con su cronograma hizo que la meta fuera inalcanzable.

“En 17 días se estaba resolviendo un evento en el que: los electores debieron ser informados, se debe dar seguridad de tiempo a los promotores para promover el acto, se deben realizar auditorías técnicas y auditorías a las huellas dactilares, todo ese proceso en solo 17 días. Era absolutamente imposible”, señaló.

El director del OEV dijo que más allá de imposibilitar y negar un derecho constitucional a la población, el accionar del CNE dañó el proceso de recuperación de confianza en la institución y el voto, algo que poco a poco habían ido recuperando con las elecciones regionales y municipales el pasado 21-N.

“Lo que pasó con el revocatorio atenta contra la confianza de la institución. Diría que con las elecciones del 21-N hubo algún inicio de recuperación de la institucionalidad electoral, a lo largo de ese proceso el CNE se portó razonablemente bien, mejor que en otras ocasiones aunque hubo muchas irregularidades. Pero en general se mostraron mejores condiciones (…) con lo que ocurre con el revocatorio pareciera que se produce un fuerte retroceso”, expresó.


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