Los afectados ante este incumplimiento del pago de la jornada laboral, por parte del Complejo Salinero de Araya, aseguran que son más de 400 trabajadores entre activos y jubilados que hoy claman por la cancelación de sus salarios, pese a que la empresa esta inoperativa. Alimentos San Ignacio, cancelaría los sueldos y salarios, más sin embargo hasta ahora no se habían comprometido a saldar ningún pasivo, porque al parecer la deuda y salarios caídos la asumiría el gobierno regional a través de CorpoSucre. Se reactivó el transporte maritímo entre Araya y Cumaná.
Cumaná. Una vez más un grupo de trabajadores del Complejo Salinero de Araya, en el municipio Cruz Salmerón Acosta del estado Sucre, levantan su voz para denunciar las irregularidades que están ocurriendo en la empresa productora de sal, al tiempo que exigen el pago de más de tres meses de salarios.
El grupo de trabajadores siente temor a represalias, por parte de algunos funcionarios, por denunciar la violación de sus derechos labores pese a reconocer que, la ley los ampara y están en su derecho de exigir la cancelación de las quincenas acordadas con la empresa Alimentos San Ignacio, compañía con la que el gobierno regional de Sucre firmó una alianza para la recuperación y reactivación de la empresa.
Los afectados ante este incumplimiento del pago de la jornada laboral aseguran que son más de 400 trabajadores entre activos y jubilados que hoy claman por la cancelación de sus salarios, pese a que la empresa esta inoperativa.
Alegan que el gobierno regional de Sucre firmó un convenio a mediados de febrero-marzo del 2020 con la compañía privada identificada como Alimentos San Ignacio, la cual cancelaría los sueldos y salarios, sin embargo, hasta ahora no se había comprometido a saldar ningún pasivo, porque al parecer la deuda y salarios caídos la asumiría el gobierno regional a través de CorpoSucre.
Con este panorama, los trabajadores que hoy protestan, llaman la atención de sus representantes sindicales, “porque en lugar de defender los derechos de los trabajadores, se han dado a la tarea de amedrentar a sus mismos compañeros por reclamar sus derechos”.
Irma Flores, trabajadora con más de 20 años en la empresa, expresa que ya no puede soportar la precariedad con la que tiene que lidiar todos los días porque ella es el único sustento de su hogar.
Apenas percibimos el salario mínimo y un cestaticket de 10 dólares, que sin recibirla ya está devaluada por la hiperinflación que vive el país. Con eso no alcanza ni para comprar cuatro productos de la cesta básica”.
Al igual que Flores esta Carlos Cedeño, que casi cumple su tiempo para la jubilación. Asegura que ha podido sortear sus necesidades porque tiene un hijo en el exterior y lo auxilia.
“Si nosotros somos trabajadores activos y ya no podemos más, peor están nuestros compañeros jubilados”, apunta Cedeño.
Flores agrega que ya está desesperada, los representantes de Alimentos San Ignacio les “adeudan siete quincenas” y no ha podido retornar a la empresa porque aumentaron el costo del pasaje a cuatro bolívares “y es imposible cubrir ese gasto cuando tenemos que hacer magia para comer”.
Entre excusas e irregularidades.
Los trabajadores exigen seriedad y celeridad tanto a los representantes de Alimentos San Ignacio como al gobierno regional. Aseguran desde hace tres meses que “nos están engañando con el pago de las quincenas, excusas van y excusas vienen y aún el pago no se hace efectivo”.
Los afectados afirmaron que “por todos es conocido que presuntamente ya el gobierno regional tiene listo un nuevo convenio con otra compañía, pero aún no revelan su nombre. Conocemos todo el proceso de producción. En este complejo de nos ha ido la vida; queremos que reactiven la empresa, porque queremos trabajar.”
Entre el grupo de trabajadores del Complejo Salinero que formuló la denuncia ante el equipo de Crónica.Uno, otros compañeros de Flores y Cedeño advirtieron sobre las irregularidades que al parecer ocurren puertas adentro de la empresa a la vista de todos, inclusos de los representantes del sindicato.
A la empresa la están desvalijando. Si ya estaba en franco deterioro, hoy se están llevando como chatarra lo que queda de ella”, alertaron.
Aseveraron que estos desmanes se producen “con complicidad interna. Solo los trabajadores conocen los activos que todavía funcionan en la empresa y saben dónde están”.
Ante estas irregularidades se preguntan: “¿Cómo es posible que manos inescrupulosas llegaron hasta el área de tornería y se llevaron el torno y otras piezas? De eso nadie habla”, agregaron los trabajadores.
Activado el transporte marítimo
Después de una larga espera y tras muchas protestas de los habitantes de la península de Araya, se concretó la puesta en marcha del transporte marítimo entre Araya y Cumaná, se conoció de la reactivación de la embarcación La Palita, de la empresa Naviarca.
El Instituto Nacional de Espacios Acuáticos INEA-Cumaná habilito dos embarcaciones para cubrir la ruta entre la península y Cumana. Así se incorporó al servicio de transporte marítimo el catamarán Cayo Sombrero, el cual tiene una capacidad para 120 pasajeros.
También entró en funcionamiento otra lancha para garantizar la movilidad de los peninsulares a la capital del estado, todo ello en el marco del Plan Nacional de Hidrovías que adelanta el gobierno nacional.
En las lanchas habilitadas por el gobierno nacional los pasajeros pagaran un costo de 2 dólares, a diferencia de las pequeñas embarcaciones tipo peñeros conocidos como “tapaìtos”, que todos los días tienen un precio del pasaje diferente, condicionado por los costos de la gasolina.
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