Transparencia Venezuela reconoce trabajo de Tairy Gamboa, Luis Morillo y Nicola Rocco

Tairy Gamboa, quien realizó el disparo de cámara de la fotografía ganadora en el concurso de Transparencia Venezuela,y Luis Morillo forman parte del equipo de Crónica.Uno y Nicola Rocco es reportero gráfico en El Universal.

Caracas. El Clap de cada día, el trabajo fotográfico presentado por Tairy Gamboa, Luis Morillo y Nicola Rocco, obtuvo el segundo lugar en “Captúralos”, un concurso de fotografía sobre la corrupción promovido por la ONG Transparencia Venezuela que anunció a los ganadores el pasado 24 de marzo. 

La corruptela con las cajas de los Clap va desde miembros de la comunidad hasta altos puestos en el Gobierno, e inclusive trasciende fronteras. Millones de bolívares y dólares pasan de una mano a otra mientras el ciudadano lleva la mayor carga, recibiendo cada vez menos productos alimenticios, escribieron en el formulario de postulación.

Tairy Gamboa, quien realizó el disparo de cámara de la fotografía ganadora, y Luis Morillo forman parte del equipo de reporteros gráficos de Crónica.Uno. La historia antes de tomar esta foto se basa en los comentarios sobre este programa social relacionados con la corrupción. El concepto ganador del segundo premio fue un jíbaro con cabeza de Clap recibiendo dinero por debajo de cuerda y un flaco cargando su caja, explicó Morillo a Transparencia Venezuela. 

Gamboa y Morillo son reporteros gráficos en Crónica.Uno y Rocco está en El Universal, juntos, bajo el seudónimo Bangclub, presentaron el trabajo.

El primer lugar fue para Alanis Sánchez, una joven de Barquisimeto (Lara) de 18 años de edad, que mostró a un votante amenazado de muerte con un arma de fuego frente a la urna electoral, bajo el nombre Pantomima Política

El texto que escribió Alanis al momento de postular su fotografía fue:La pantomima nos rodea, la pantomima está aquí. Venezuela es en sí una pantomima política. Nos ha afectado a todos, lo sigue haciendo, es la causa de tantos problemas, de tanta injusticia.

Foto: “Pantomima Política”, por Alanis Sánchez

Los riales perdidos, de Gerardo Andrés Lisi, se llevó el tercer premio de Captúralos. El joven de 18 años representó el desfalco que realizó Odebrecht a Venezuela. El chispazo fue directo, aseguró Gerardo sobre cómo se le ocurrió la idea. 

Otros enfoques que reconoció Transparencia Venezuela y premió con cuatro menciones honoríficas fueron: “Sextorsión: Otra forma de corrupción”, de Luis Manuel Da Silva. “Podredumbre”, de Luis Bellorín. “Niño no escolarizado”, de Daniel Hernández. Y, “¿Venezuela ayuda a la corrupción?”, de Lucas Molet.

Foto: “Los riales perdidos”, por Gerardo Andrés Lisi

En la fotografía de Luis Manuel Da Silva muestra a una joven vestida con uniforme escolar que está siendo abusada por su profesor. La idea surgió debido a que una compañera de la universidad pasó por una situación parecida, solo que en la vida real la chica quedó embarazada de aquel hombre. Poco después, tuvo un aborto espontáneo, casi la llevan detenida y abandonó sus estudios. En la corrupción contra la mujer comúnmente su cuerpo es usado como moneda de cambio, escribió Luis.

Foto: “Sextorsión: Otra forma de corrupción”, de Luis Manuel Da Silva

Luis Bellorín muestra enPobredumbre a un mercader de la desgracia. Un hombre que se pasea diariamente a quien hincarle los dientes, buscando llenar su bolsa y paseándose diariamente frente a la injusticia indolente y cómplice de una indiferente autoridad militar, dice la leyenda de la foto. 

Niño no escolarizado pertenece al fotógrafo Daniel Hernández, de 45 años. Reflejó la deserción escolar que aumenta cada vez más en el país. La foto es documental. Ver al niño en esa situación lo motivó a investigar por qué estaba ahí.

Foto: “Pobredumbre”, por Luis Bellorín

“Captúralos” fue una iniciativa de la ONG Transparencia Venezuela con la intención de visibilizar y denunciar el impacto de la corrupción en la vida cotidiana de los venezolanos, y, de alguna manera, incentivar a especialistas en fotografía a realizar este tipo de trabajos que tengan un peso dentro de la sociedad. 

Foto: “Niño no escolarizado”, por Daniel Hernández

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