El pasado 8 de enero, la alcaldesa de Caracas, Érika Farías, hizo una dotación de 12 autobuses, cada uno con una capacidad para 60 pasajeros. Dos días luego de la inauguración una unidad perdió los frenos y terminó accidentada en la bajada de El Junquito.
Caracas. El transporte público en Caracas cojea de una pata, mientras planes van y planes vienen. Desde que asumió el gobierno municipal la alcaldesa Érika Farías, hace un año y un mes, mucha tela se ha descosido. Se habló del transporte comunal, se implementaron las famosas perreras y —de nuevo— se pone a rodar otro experimento, el transporte Caribe, que va a estar en manos de las comunidades.
El pasado 8 de enero Farías llegó al distribuidor La Yaguara con 12 autobuses repotenciados, con capacidad para 60 personas. Los entregó recién pintados de amarillo, como el transporte escolar. Ya hay una experiencia similar en Valencia con el gobernador Rafael Lacava.
Los de la ruta La Yaguara-El Junquito, según dijo la mandataria local, son para transportar 7000 usuarios. Cobran Bs. S. 15 y, por supuesto, compiten con las dos rutas que quedan en la zona, que de 125 carros bajaron la operatividad a cerca de 40 y tiene una tarifa por encima de los Bs. S. 30. Se paran en el distribuidor Montalbán y trabajan de 5:00 a. m. a 10:00 p. m.
Pero como todo lo que brilla no es oro, los transportistas que hacen vida en la zona, entre ellos Omar Medrano, quien además es directivo de una de las líneas, alertó sobre el riesgo que representan estas unidades que son automáticas y nada funcionales en una vía tan fuerte como la bajada de El Junquito. Según Medrano, no tienen freno de motor y solo pueden llevar pasajeros sentados, no soportan la sobre carga.
De hecho, dos días después de la inauguración, uno de los autobuses se quedó sin freno y antes de que agarrara vuelo, el conductor se encunetó y no fue a mayores el evento. Quedó accidentado en la vía.
Lo que han visto los choferes de otras rutas es que se han quedado a medias en las vías y que de 12 buses, han visto rodar solo 8.
De acuerdo con Farías, este proyecto se aplica luego del compromiso que asumieron con la comunidad de El Junquito, donde también a mediados de año metió una flota de perreras con el apoyo del Metro de Caracas.
“Ellos se han organizado en Mesas Técnicas de Movilidad y en brigadas de trabajo para el tema del transporte, además han elaborado una Gaceta para reglamentar los horarios, las rutas y las tarifas. Ya no es el Concejo Municipal, sino la comunidad organizada, como lo dicen las leyes del Poder Popular. Ahora pueden instrumentar elementos como estos para ayudar al gobierno regional y municipal para otorgar las rutas a las líneas privadas que ofrecen el servicio en las comunidades. Esta Gaceta recoge el espíritu del pueblo legislador”, sentenció.
Pasajeros como Gonzalo Parra están de acuerdo con que se aumente la flota de unidades, pues es muy crítica la situación de traslado, principalmente en horas nocturnas. “Uno se monta en lo que sea cuando es de noche, pero hay que tener cuidado, pues lo que hemos escuchado es que tienen fallas”.
El exconcejal José Bracho, quien presidió la Comisión de Obras y Servicios de la Cámara Municipal, explicó que este programa llega con retardo, pues hace un año solicitaron que se ejecutara.
Informó que al país llegaron 550 autobuses de procedencia norteamericana. Son del 2005, marca Thomas, y el chasis es norteamericano, similares a los que ya circulan en Valencia. Un lote grueso está aún aparcado en Puerto Cabello.
Bracho comentó que entregarán 10 a cada parroquia del municipio.
La pregunta que queda en el aire es la siguiente: ¿cómo un gobierno como el de Libertador, que quiere enterrar todo vínculo con el “imperio norteamericano”, hace este tipo de negocios? Eso no lo ha aclarado la alcaldesa. Y Bracho dijo que los van a criticar, “porque son gringos los carros”.
Extraoficialmente, se conoció que en el mercado un autobús de este tipo puede costar 2000 dólares.
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