Habitantes de Cumaná exigen a las autoridades controlar la emanación de humo del transporte público. Sin embargo, conductores afirman no tener ingresos suficientes para adquirir nuevas unidades, cambiar motores o comprar aceite de buena calidad.
Cumaná. Abrumados por las emisiones de dióxido de carbono de las unidades de transporte público en el estado Sucre, usuarios exigieron a las autoridades competentes iniciar actividades de fiscalización que regulen el transito de las que están en mal estado para garantizar no solo la protección ambiental sino la salud de la población en general.
“Cuando vamos en nuestros carros no podemos manejar detrás de un autobús porque sentimos que nos ahogamos y los choferes parece que aceleran para provocar más malestar”, sostuvo la ciudadana Mariana López.
Para Ezequiel Moreno las consecuencias del COVID-19 las vive a diario pues los miembros de su familia no salen de una gripe.
“No logramos recuperarnos, vivimos con alergia y si caminamos por las calles de Cumaná, ya tenemos la rinitis activa porque el aire no está limpio”, dijo.
César Vásquez, presidente de la Federación Bolivariana de Transporte del estado Sucre, reconoció la necesidad de renovación de flota que tiene el sector transporte en la entidad y el país en general.
Las unidades ya cumplieron su vida útil. Sabemos que algunas tienen 20 o 30 años en circulación, lo más nuevo que hay en la entidad son los buses Yutong que datan de 2015, pero hay muy pocas unidades nuevas”, expresó.
La situación se agudiza debido a la crisis económica del país.
El dirigente reconoció que varios conductores se han visto en la necesidad de utilizar aceite quemado en sus vehículos, debido a la dolarización de los precios de los productos y a ello le sumó el aumento en el precio del diésel decretado por el Gobierno Nacional.
Aseguró que anteriormente en cinco días, un conductor tenía poder adquisitivo para instalar un motor nuevo, pero en la actualidad “o echan humo o se paran definitivamente”, dijo.
Combustible recortado
Vásquez refirió que solo en el municipio Sucre (Cumaná), el sector pasó de recibir 6500 litros de gasolina a 4000.
El suministro de 70 litros de gasolina cada tres días, no alcanza para todas las unidades y sin combustible no podemos garantizar el abastecimiento de muchos de nuestros compañeros. Esperamos que Pdvsa amplié su capacidad para que el servicio mejore”, dijo el dirigente.
Detalló que una unidad de taxi nueva supera los 16.000 dólares y a través de un proceso de financiamiento los conductores deben entregar una inicial de 4000 dólares para completar cuotas de 1000 dólares mensuales.
“Los taxistas, al igual que los conductores del transporte público, no reciben los ingresos suficientes para comprar unidades nuevas y el Estado tampoco tiene dólares suficientes para controlar el paralelo que nos está asfixiando”, añadió el dirigente gremial.
Con ello, argumentó que la compra de autobuses requiere cuotas de financiamientos más altas que las de un taxi.
Vásquez confía en que el Censo Nacional que adelanta el Gobierno nacional a través del Ministerio de Transporte, sirva para renovar la flota de unidades para beneficiar a la población sucrense y más de 1200 transportistas que abarca el gremio en la entidad.
Hace un par de meses la Alcaldía del municipio Sucre anunció un plan de control del transporte público para evitar la emanación de humo, pero la medida no tuvo continuidad luego que el director de transporte fuera cambiado.
Marcos Marín, presidente de la Fundación Conciencia Ecosocial, dijo que junto a su equipo está dispuesto a participar en este tipo de iniciativas para el beneficio colectivo.
En 2011 el Ministerio de Ambiente inició operativos para medir el nivel de contaminación que generaba el transporte público en Caracas a través de una Comisión del Concejo Municipal de Libertador, para mejorar el sistema de transporte y reducir los daños ambientales, pero la iniciativa no se replicó en las regiones.
Incidencia
El transporte genera emisión de gases contaminantes del ambiente, ruido, mayor tráfico e incluso, genera chatarra incluso, un autobús origina mayor cantidad de contaminantes que un vehículo particular.
La Corporación Andina de Fomento (CAF), ha señalado que el trasporte en América Latina es fundamental para frenar el calentamiento global al tiempo que, se reconoce que el sector es dependiente de energías contaminantes y con ello promueve tecnologías limpias, renovables y eficientes.
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