Trabajadores activos, jubilados y pensionados de los sectores salud y educación protestaron este miércoles, 9 de agosto, para continuar con la exigencia de mejoras salariales y reivindicaciones laborales.
Caracas. “Así, en las condiciones de este país, da miedo llegar a viejo”, dice Pablo Urbina, un trabajador jubilado del sector salud quien lamenta que su pensión no le alcance para comprar sus medicinas.
Pese a que le gustaría dedicarse a alguna actividad económica que le permitiera subsistir, su condición de salud no se lo permite. Padece de glaucoma, de convulsiones, de inflamación en los riñones y gastritis. A sus condiciones se le sumó la desviación de las vértebras más bajas de la columna L4 y L5, luego de una caída causada en una convulsión.
“Yo debería tomar mis pastillas, pero lamentablemente no me alcanza. Prefiero gastar lo poco que recibo en comida. A veces, cuando mi condición de salud se pone más crítica, elijo comprar mis medicinas y dejo de comer”, admite.
Este 2023 ha evaluado la posibilidad de vender su casa para poder pagar la operación que necesita de manera urgente en su columna. “Por lo menos tengo mi casa. No me importa irme a algo más pequeño con tal de pagar la operación y medicinas”.
Pablo se unió a la protesta de pensionados y jubilados, frente a la plaza Parque Carabobo, este miércoles, 9 de agosto. La concentración tuvo como propósito llegar hasta el Ministerio de Trabajo, en Plaza Caracas para exigir reivindicaciones como el pago de de deuda de uniformes para el personal de salud, pago de cestatickets para los jubilados del personal docente, así como un aumento salarial. Actualmente el salario mínimo en Venezuela se mantiene en 130 bolívares, monto que los trabajadores perciben desde marzo de 2022.
Luis Cano, presidente del Frente en Defensa de los Jubilados y Pensionados, aprovechó la oportunidad para reclamar por el incremento del pasaje en los trasportes públicos. “Lo subieron de manera arbitraria y sin que estuviera siquiera en Gaceta Oficial”, reclamó.
Este 2023 las protestas iniciaron el 9 de enero, encabezadas por el gremio docente, el día en que comenzaron las clases del período 2022-2023. Sin embargo, desde agosto de 2022 los trabajadores de distintos sectores han exigido que se respete el contrato colectivo y la anulación del Instrumento de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), que perjudica el cálculo de beneficios como pago vacaciones, aguinaldos y la liquidación, para la que se tomaría el cálculo del salario integral al sumar las primas laborales.
Vivir de la familia
Carmen Espinoza también asistió a la protesta de este miércoles. Es trabajadora jubilada del seguro social. Aunque le agradeció a su hijo por la ayuda monetaria que le brinda, cuestiona que lo que percibe como jubilada no le permita costear sus gastos. “¿Quién vive con 130 bolívares? Nadie”.
A Carmen le gustaría trabajar para ayudar con los gastos de su casa y que su hijo no lleve toda la carga económica. “La osteoporosis no me deja. Yo tengo muchísimas dolencias y además hongos en gran parte de la piel. Es desesperante”, cuenta, mientras enseña las lesiones en la piel producto del escozor que su enfermedad le produce.
La trabajadora jubilada no ha podido tratarse, aunque logró atención médica en un centro de salud público. “Pero, ¿de qué sirve si no puedo pagar las medicinas. Tampoco cuento con un seguro que responda por eso?”.
En la casa de Carmen a veces se hace una comida al día. Su hijo es comerciante, pero sus ingresos no siempre son buenos. Les ha tocado elegir entre el desayuno o el almuerzo.
“Aunque mi osteoporosis me causa dolencias no voy a dejar de venir. Hay que seguir en las calles porque si nosotros no luchamos por esto, ¿entonces quién?”.
Con Carmen concuerda Pedro, un trabajador jubilado que vive en Petare, quien admite que el Parkinson no es un limitante para asistir a cada convocatoria hecha por trabajadores que reclaman los derechos que merecen por el trabajo al que le dedicaron tantos años de su vida.
“Necesitamos que exista un cambio. En mi caso, mis hijas y mi esposa son quienes me mantienen, pero a mí me gustaría pagarme mis propias medicinas, solo que cómo voy a hacerlo si lo que recibo son 130 bolívares mensuales, más el bono ese de guerra. Más nada”, alega.
Sin respuestas del Gobierno
Durante la protesta de este miércoles los trabajadores públicos no se hizo entrega de ningún documento en el Ministerio para el Trabajo. “No seguiremos perdiendo tiempo en eso. Ya el 12 de julio entregamos las peticiones en la vicepresidencia y todavía no tenemos obtenido ningún tipo de respuesta”, apuntó Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros de Distrito Capital.
Al finalizar la movilización, una comisión del Ministerio de Trabajo escuchó los reclamos y las exigencias de los distintos líderes sindicales y se comprometieron, una vez más, a dar una respuesta.
Los trabajadores públicos aseguran que seguirán en las calles. En el caso de los docentes, insistieron que la paz y el inicio de clases para el próximo período escolar 2023-2024 dependerá de las respuestas en materia salarial por parte del Gobierno.
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