Transportistas de la frontera con Colombia están de brazos cruzados al no poder trabajar

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Si bien ellos no pueden prestar el servicio, quienes no tienen restricciones son los carros piratas que se apostan en la periferia del terminal de pasajeros y, sin medidas de protección contra la COVID-19, suben y bajan a usuarios que van a la frontera con Colombia. Esperan que las autoridades determinen la modalidad de trabajo para encender los vehículos. 

San Cristóbal. Incierto. Así es el panorama del transporte tachirense hacia la frontera con Colombia. 

A tres días de haberse iniciado la flexibilización para el transporte extraurbano y el levantamiento del toque de queda en los municipios fronterizos, aún no hay respuesta para los transportistas de microbuses y cinco puestos que laboran en el terminal. 

Tras una serie de reuniones sostenidas entre el gabinete de combustible, transporte y gremios, no ha salido humo blanco para quienes prestan el servicio de manera formal hacia la frontera con Colombia, solo llegaron a un acuerdo de sincerar la data de los vehículos que prestarán el servicio a fin de saber con cuántas unidades se cuenta para trabajar. 

De manera extraoficial se pudo conocer que estaban evaluando iniciar operaciones con 30 % de la flota total existente en el estado Táchira. 

Estamos esperando a ver en qué condiciones o modalidad nos van a suministrar el combustible y a qué precio”, dijo un transportista, bajo la condición del anonimato.

Y es que en el estado Táchira, la venta de gasolina a precio subsidiado está paralizada desde hace tres semanas. Sin embargo, el combustible a precio internacional sí es despachado en las diferentes estaciones de servicio. Aseguró el informante que pueden mantener precios bajos del pasaje siempre y cuando les despachen combustible barato, pues de ser a precio internacional, los costos sumarían el gasto del pasaje. 

Destacó el trabajador del volante que hay unos 380 autobuses y unas 600 unidades de cinco puestos que prestan el servicio hacia la frontera con Colombia, a la espera de reiniciar actividades, pues desde el mes de marzo, los municipios que colindan con el departamento Norte de Santander del vecino país, permanecían en toque de queda. 

Piratas al acecho

Mientras un sector del transporte se mantiene a la espera para reactivarse, las unidades piratas no pierden tiempo. 

Pese al riesgo latente que hay de contagios de COVID-19, estos vehículos, que en su momento prestaban el servicio a otros lugares, invadieron la ruta hacia San Antonio y, según los denunciantes, no cuentan con las debidas normas de bioseguridad. 

Las unidades salen abarrotadas de gente y vienen igual. No hay desinfección, no hay distanciamiento, todos andan como sardina en lata. Sabiendo cómo están las cosas en Cúcuta y ni alcohol tienen en esas unidades”, dijo el denunciante.

Informó que las unidades de transporte piratas en su momento llegaron a cobrar hasta 100.000 pesos, lo que equivale a poco más de 28 dólares, ahora tienen la tarifa hacia y desde San Antonio en 25.000 pesos, es decir, unos siete dólares. 

El gremio de transportistas espera que el Gobierno tome medidas que les permitan trabajar, pues, de lo contrario, buscarán por su cuenta la forma de evitar que los piratas invadan sus rutas.


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