Tumbas profanadas, la desidia y el cobro en dólares se apoderaron del cementerio municipal de Maturín

tumbas

Los más de 32 cementerios de Monagas han quedado en el olvido para las autoridades regionales, frecuentemente los familiares denuncian la desidia que existe en los camposantos ante la falta de mantenimiento y seguridad. Se observan tumbas profanadas. La inseguridad y negligencia ha arropado estos espacios.

Maturín. La falta de atención y supervisión gubernamental ha convertido los cementerios municipales en anarquía total. Desde cobro en dólares para acceder a las fosas y al crematorio hasta profanación de las tumbas son problemas que los familiares han hecho de conocimiento público.

Las quejas se incrementan cuando se acerca el Día de los Difuntos, en noviembre, pues ni por esa fecha los cementerios reciben el respectivo mantenimiento. De los 32 camposantos existentes en Monagas, las denuncias recurrentes provienen de las parroquias foráneas, donde han quedado en el olvido, e incluso los familiares no pueden ni acceder a las tumbas de sus parientes.

El pasado 14 de enero de 2021, la gobernadora de Monagas, Yelitze Santaella, reconoció que en los cementerios del estado abunda el irrespeto hacia los difuntos. Precisó que estaba prevista la construcción de un nuevo cementerio, sin embargo, no dio detalles sobre esto ni anunció algún plan para atender las denuncias de los ciudadanos.

“En los cementerios de Maturín sucede el irrespeto cruel a un ser que ya pasó a otra etapa. Allí se violan las urnas, se vende en 100 dólares el hueco para enterrar al difunto y piden hasta cemento, bloque y cabillas”, dijo la gobernadora.

A esta situación se suma la cantidad de maleza que bordea cada una de las tumbas e incluso las caminerías. Los ciudadanos que frecuentan estos espacios aseguran que para llegar a las tumbas de sus difuntos deben atravesar todo el monte, pues no hay espacios libres para caminar.

Estoy visitando las tumbas de mis familiares y para llegar hasta acá es difícil porque el acceso a las caminerías lo han agarrado para hacer otras tumbas o están llenos de monte. Todas las tumbas están arropadas por el monte. Los trabajadores nos dicen que tengamos cuidado porque han conseguido hasta culebras”, expresó Carmen Sanabria.

“Tenemos que venir a las carreras”
Los familiares de los difuntos comentan que para ir al cementerio deben hacerlo de manera rápida por la inseguridad. Los delincuentes se han llevado desde argollas de las tumbas hasta las flores que llevan en las visitas y la profanación se ha convertido en un dolor de cabeza para los deudos que condenan y rechazan estas prácticas.

Cuando venimos tiene que ser todo rápido. Tenemos que venir a las carreras porque la inseguridad es demasiado grande, por aquí no se ve ni un policía. Las tumbas las han profanado, se llevan los huesos para rituales y no hay una ley que regule eso. El gobierno tiene que controlar eso porque se trata de nuestros familiares”, comentó Mercedes Contreras.

Otra de las acciones que rechazan y denuncian es el cobro en dólares para las fosas o para el crematorio. Los ciudadanos comentan que los montos en divisas son exagerados e impagables.

“No es posible que el cementerio esté en estas condiciones cuando a uno le cobran hasta 100 dólares para enterrar a un familiar y en el crematorio son aproximadamente 200 dólares y aparte piden cemento, cabillas y bloques como que se va a construir un mausoleo”, detalló Contreras.

Negligencia en el cementerio municipal
El 1° de enero de 2021 fue difundido en redes sociales un video que mostraba la negligencia en el cementerio municipal. En el audiovisual se observaron tobos llenos de cenizas y parte de las denuncias de los familiares reseñaban que se entregaban cenizas que no correspondían a la de los difuntos.

Me dieron unas cenizas y supe que no eran de mi tía porque enfrenté al señor del crematorio y vi el cuerpo de mi tía en el horno. Resulta que no estaban cremando, lo que hacen es entregar otras cenizas”, dijo Alex Pino, víctima de esta situación.

Por este hecho fueron detenidas tres personas, entre ellos el encargado del crematorio. Se pudo conocer que para ese momento el crematorio municipal pertenecía a una empresa privada de la ciudad de Cumaná.


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