Vecinos de la Gran Caracas que viven cerca de bombas de gasolina no pueden ni dormir debido al caos por las colas

bombas de gasolina

Los vecinos resaltaron que no debe crearse una guerra entre los usuarios de las bombas de gasolina o personas que van a vacunarse y los habitantes de los alrededores, sino que es un problema que debe solucionarse de raíz con más organización por parte del Estado.

Caracas. La avenida Tamanaco de El Llanito, en el municipio Sucre del estado Miranda, siempre está congestionada por una doble fila de carros, que tienen entre 24 horas y tres días esperando para poder echar gasolina en la estación de servicio que está en la esquina que conecta con Petare. Las colas se cruzan por toda la parte residencial, y quienes viven en esos edificios denuncian que en los últimos meses se ha intensificado el caos en la comunidad.

No se están cumpliendo las normas de convivencia ciudadana, destacó Elizabeth Sawoloka, vecina de la avenida Tamanaco de El Llanito. Por lo general, la cola comienza a hacerse durante la madrugada y hay una “mafia” que se encarga de poner cauchos o bolsas de basura para cuidar los puestos. Hay otras personas que prefieren dejar los carros estacionados, por la inseguridad que hay en la zona, y llegan cuando amanece.

La comunidad comenzó a verse afectada luego de que se “perdieran” las paradas de Metrobús debido a que hay carros que están en la cola de la gasolina y obstaculizan el área, o aquellos que se montan encima de la acera y obligan a los vecinos a caminar por la vía pública. Hay personas que ni saben dónde esperar la camionetica, porque el borde de la acera está ocupado por los vehículos, resaltó Elizabeth.

Foto: Gleybert Asencio

La señora Istúriz, miembro adjunto de la Asociación de Vecinos de El Llanito, explicó que muchas veces los carros que están en la cola han obstaculizado las salidas de los estacionamientos, y hay personas con emergencias que no han podido salir de sus edificios. Además, resaltó que, como son edificios antiguos, las ventanas de los apartamentos están muy cerca de la calle y a eso de las 4:00 a. m. escuchan los gritos de los vendedores ambulantes que ofrecen pan, café o cualquier otro producto.

No tenemos tranquilidad, ni podemos dormir en paz porque la bulla es todo el tiempo, resaltó Istúriz y manifestó que a veces las personas que están haciendo la cola para la gasolina amanecen escuchando música muy alta, tomando bebidas alcohólicas e, incluso, han visto hechos de violencia en la comunidad por peleas entre los usuarios y las autoridades que están en la estación de servicio.

Foto: Gleybert Asencio

La escasez de gasolina, que comenzó a intensificarse en Caracas con la llegada de la COVID-19 en marzo de 2020, ha obligado a las personas a tener que pernoctar en las colas desde el día anterior si quieren conseguir la tarifa en bolívares.

En junio se cumplió un año desde que el gobierno de Nicolás Maduro comenzó con un nuevo esquema de venta ante la escasez de combustible en el país en dos tipos de estaciones: las “subsidiadas”, donde se paga el litro de gasolina en 5000 bolívares, y las “premium”, en que la tarifa es de 0,50 dólares por litro. Pasaron doce meses y las colas no desaparecieron, y algunas estaciones pasaron a cobrar a precio internacional.

En el caso de la estación de servicio de El Llanito, que forma parte de las declaradas como “subsidiadas”, en un momento llegó a surtir hasta 150 carros diarios. Pero ahora solo están dando 70 números y, según los vecinos, hay algún “negocio” en el que las personas pagan en dólares para que los pasen más rápido.

Esto se ha convertido en una bomba internacional, porque la gente paga en dólares para que la pasen. No puede ser que, como ciudadanos, además de todos los problemas que tenemos, no es suficiente con que te pares de madrugada para hacer la cola, pases 24 horas o hasta tres días y resulta que cuando vas a echar gasolina dicen que no hay, rechazó Guédez, presidenta de la asociación de vecinos.

En el caso de la cola de motorizados, el vecino José Hurtado contó que deben llegar antes de las 5:00 a. m., recogen las cédulas a eso de las 6:00 a. m. y los atienden a partir de las 8:00 a. m., mientras que ven cómo avanza otra cola que denominó como “la dolarizada”.

Hay personas que vienen desde Catia y muchas partes de Caracas. Aquí piden un dólar en efectivo por moto si quieres pasar más rápido, comentó Hurtado, y reconoció que en las horas de espera los motorizados gritan, escuchan música alta y han trancado la vía en protesta.

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Foto: Gleybert Asencio

Los vecinos manifestaron que se sienten doblemente afectados. Por un lado, para muchos resulta imposible echar gasolina en la estación de servicio de la comunidad por la dificultad que hay para conseguir un número y, por otro lado, el caos que se ha generado en El Llanito como consecuencia de la falta de organización por parte de las autoridades.

Elizabeth comentó que la solución sería que no existieran más colas por gasolina, pero, en todo caso, que se reasigne la fila hacia la avenida Río de Janeiro, del lado que no es una zona residencial, para que los vecinos de El Llanito puedan recuperar parte de la tranquilidad. Otra idea sería que permitieran que se forme la cola a partir de las 6:00 a. m. y con eso por lo menos evitamos el ruido durante toda la madrugada, agregó.

Por su parte, Istúriz enfatizó que han intentado conversar con los funcionarios que están a cargo de la estación de servicio El Llanito, pero no los oyen.

Uno de ellos nos dijo que teníamos que aguantar la doble cola, el ruido y que les pagaran en dólares porque ellos también tenían que comer, lamentó.

Foto: Gleybert Asencio
En Libertador pasa lo mismo

Vecinos de las distintas avenidas de La Florida agradecen a las personas que hacen cola para las gasolineras: moderar su vocabulario, tono de voz sobre todo en las noches, no trancar entradas de estacionamiento, no botar basura en la calle y no orinar en nuestras aceras, escribió una cuenta vecinal (@LaFloridaCcs) en Twitter.

Diana Arismendi, vecina de La Florida, en la parroquia El Recreo de Caracas, contó que la cola de gasolina comenzó a hacerse en la avenida Los Jabillos desde hace poco más de un mes. Antes había notado que las filas de las estaciones de servicio Los Mangos y Melo se habían rotado por distintas calles del sector. No obstante, hubo una época en la que estaban por una parte muy comercial —donde hay talleres mecánicos, panaderías y demás— y la situación era bastante tensa.

Estas son dos estaciones de servicio subsidiadas a las que viene gente de toda Caracas, más que todo de Altamira y La Castellana. A los dueños de negocios les molestaba mucho tener la cola al frente de sus establecimientos, comentó Diana.

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Foto: Gleybert Asencio

Al igual que en El Llanito, los carros llegan muy temprano. Diana explicó que desde el balcón de su casa ha visto a personas orinando o con música muy alta. No obstante, reconoció que, al menos en su caso, cuando ha querido salir del edificio y hay algún carro que está trancando el paso, las personas han sido muy amables al mover el vehículo. A pesar de la realidad que vivimos, destaco que todavía hay gente con actitud cordial, enfatizó.

El caos por las estaciones de servicio en La Florida se ha ido regando por todo el sector. En una oportunidad las colas se hacían en la avenida Los Chaguaramos, que conecta con la Cota Mil, y el paso era muy limitado por la cantidad de carros.

Al principio escuchábamos muchos robos en las colas. De alguna manera eso ha disminuido. No sabemos si por la mano de Dios, porque aquí no vemos policías, manifestó.

Foto: Gleybert Asencio

Por otro lado, Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas, comentó que esta situación se repite en Bellas Artes, por las colas de vacunación contra la COVID-19 en el hotel Alba Caracas, y en la plaza Estrella de San Bernardino, por gasolina.Esto no es una guerra que debe crearse entre los que hacen cola y los vecinos. Es un problema que parte de la escasez y que debe solucionarse de raíz, subrayó.

Rojas recordó que entre 2015 y 2016 también había caos en la parte norte de Caracas por las colas que se hacían ante la escasez de alimentos, y afirmó que es necesario que el Estado venezolano se encargue de garantizar el orden en las calles de la ciudad.

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Foto: Gleybert Asencio

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