Producto de la crisis económica e inseguridad, pequeños y medianos productores dejaron sus tierras en búsqueda de mejores oportunidades.
Maturín. Viento Fresco es una comunidad campesina del municipio Cedeño, ubicada al noreste de Monagas, a una hora de distancia de la capital del estado. Recientemente, arribó a sus 89 años de fundada, pero la celebración de la municipalidad estuvo de espaldas a lo que padecen sus habitantes.
El asentamiento pertenece a los llanos orientales del país y cuanta con más de 4000 hectáreas para la agricultura y la cría de ganado bovino y porcino. Más del 70 % de las tierras se encuentran abandonadas.
En otros tiempos, la zona era referencia productiva por la siembra de maíz, soya y algodón. Ahora solo quedan conucos, donde familias cultivan yuca amarga para sobrevivir.
Rosa Gil, nombre utilizado para proteger a la fuente, recuerda que en su infancia el trabajo de la tierra les permitía vivir con dignidad. “Como era un pueblo nuevo, a los campesinos se les repartieron cinco hectáreas de terreno y un crédito para la cosecha”.
La producción era llevada hasta los silos y los trabajadores recibían su pago, y siempre alcanzaba para sostener las familias. En mi caso, éramos papá, mamá y 10 hijos”, cuenta.
Agrega que vivieron muchas navidades felices y todas las familias podían pintar y mantener sus casas arregladas.
El declive inició en el año 2000, “cuando le quitaron las tierras a los campesinos para entregárselas a personas ajenas a Viento Fresco. Ahora los campos están solos y algunos terrenos quedaron como conucos”.
Migraron del campo
Edgar Pérez, habitante del municipio Cedeño, refiere que los productores de Viento Fresco intentaron sortear la crisis que abrazó los campos. El aumento del precio de las semillas, el costo del producto en el mercado y el mantenimiento de las máquinas les dificultó seguir trabajando.
Cuenta que en un intento de no abandonar las tierras, “los productores se organizaron para formar cooperativas y solicitar créditos a la empresa de mecanizado y transporte agrícola Pedro Camejo, para la reparación de camiones y equipos, pero nada sucedió. Allí está toda la maquinaria, en un cementerio de chatarra”.
Lamenta que por situaciones adversas el campo dejó de ser una opción para los jóvenes y productores. En el año 2015 comenzó la migración, los campesinos buscaron mejores oportunidades en Maturín y hasta fuera del país.
Zona Económica Especial
Monagas, junto a los estados Anzoátegui, Bolívar, Delta Amacuro, Guárico y Sucre, conforman la Zona Económica Especial (ZEE) Agroalimentaria del oriente del país. Se trata de un proyecto del gobierno nacional que busca, desde su óptica, revivir la actividad agrícola en la región.
Nuevas fuentes de empleos se contaban entre las promesas para construir la nueva economía. Plantea además la producción de sorgo, maní y merey, así como el desarrollo de la ganadería caprina, ovina y bufalina; producción forestal, leguminosas, algodón y girasol.
El 24 de abril de este año, un grupo de gobernadores y diputados viajó hasta la provincia de Shandong, en China, para presentar el proyecto y establecer alianzas en materia de investigación y desarrollo en genética animal y vegetal, insumos biológicos, financiamientos, tecnología, mecanización, fertilización, siembra y cosecha, así como el desarrollo del sector agroindustrial.
Hasta la fecha, los campos de Viento Fresco no han sido incorporados en el proyecto de la ZEE. Aunque el gobierno regional ha anunciado nuevos ciclos de siembras en Maturín y la zona alta del municipio Cedeño, habitantes de la comunidad sueñan con el reverdecer de los campos y que familias sigan labrando la tierra como un patrimonio que trascienda a nuevas generaciones.
Ilusiones por cumpleaños
Los residentes de Viento Fresco esperaban que este 17 de mayo, el pueblo recibiera un cariño, para el día de su cumpleaños.
El festín no pasó de una sesión del Concejo Municipal en la plaza El Alba.
La gente comenta que se sienten abandonados por las autoridades regionales y municipales, por la carencia de servicios básicos.
Las calles están totalmente deterioradas y hay muchas “casas muertas” porque las familias desde hace varios años no han podido pintar ni reparar sus fachadas.
“El mayor regalo de cumpleaños sería la eliminación de un grave foco de contaminación por el desbordamiento de aguas residuales”, dice Edgar Pérez.
El sistema de drenaje está colapsado. El canal recolector no alcanza el nivel donde está situada la planta de tratamiento y todo se derrama por las calles.
Sin respuestas
“El pueblo ha tenido un mal gobierno. Cedeño durante de 16 años ha sido dominado por el chavismo y ninguno de los alcaldes ha volteado su mirada al pueblo”, expresa Virginia, nombre utilizado para resguardar a la fuente.
En el tema educativo, el deterioro de las instituciones ha sido una constante que puso en peligro a estudiantes y docentes de la escuela Idelfonso Núñez Mares. El techo presentaba severos daños estructurales, lo que obligó al cierre de varias aulas para evitar que ocurriera una tragedia.
“La misma comunidad contribuyó a la reparación del techo ante la falta de respuestas del Ministerio de Educación, Gobernación y Alcaldía. Luego aparecieron ellos y se adjudicaron los trabajos”, acota.
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